«Para comer la merienda tenían que chupar el dedo del pie al monitor»
Un educador advirtió hace ya un año a la Ertzaintza de lo que ocurría en el campamento juvenil de Bernedo
David S. Olabarri
Viernes, 26 de septiembre 2025, 09:31
Nuevas denuncias de familias afectadas por el polémico campamento veraniego de la localidad alavesa de Bernedo han salido a la luz en las últimas horas ... tras la publicación de un artículo en este periódico en el que se detallaba que los niños y niñas de entre 13 y 15 años eran obligados a ducharse desnudos junto a sus educadores y que muchos cuidadores se paseaban por las instalaciones con sus miembros sexuales al descubierto.
Diversos padres y madres volvieron ayer a ponerse en contacto con este periódico para dar su testimonio de lo que han vivido sus hijos durante los últimos años, no sólo el verano pasado. Muchos necesitaban confirmar que lo que ocurría en Bernedo «no era normal». Familias vizcaínas insistieron en que sus hijas les contaron cosas muy parecidas a las que han advertido las madres que han decidido dar el paso de denunciar. Incluso aportaron una nueva carta de otra niña en la que se lee que los monitores se ponían «en tetas» y se desnudaban.
El nuevo testimonio más significativo recabado por El Correo es el de un educador de menores tutelados de Gipuzkoa que ya advirtió a sus superiores –y a la Ertzaintza– de lo que estaba pasando en Bernedo. Lo hizo hace nada menos que un año, sin que se conozca que haya habido algún tipo de actuación o inspección desde entonces en la colonia juvenil.
Cazuela de guisantes
Este trabajador social explica que algunos chicos y chicas le comunicaron comportamientos que consideró denunciables. Por ejemplo, relata que uno de los menores le dijo que, a modo de juego, los chavales del campamento debían chupar «el dedo del pie al monitor» para «comer la merienda». Esta fuente explica que algunos menores se lo trasladaban sin darle mucha importancia, pero que otros sí se sintieron violentados. Otro caso que relatan fue cuando los cocineros se desnudaron completamente para preparar la comida y «uno de los niños no quiso comer».
La mayoría de los nuevos testimonios insiste en que se obligaba a los adolescentes y niños a ducharse juntos. Pero también relatan teatros en los que «jugaban» a policías y manifestantes. En este caso, los niños simulaban estar protestando por algún tipo de causa y los monitores se dedicaban a perseguirles con palos en las manos. También se dio un caso –explica otra familia– de que a un niño le arrojaron una cazuela entera de guisantes.
El campamento se anunciaba con ejes en el euskera, la naturaleza y el feminismo, pero nadie sabía a dónde mandaban a sus hijos. Las familias insisten en que en los estatutos de la asociación, que son públicos, no aparece ninguna referencia a este tipo de prácticas ni a los baños mixtos.
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