María Luisa Cabañero
Vocación ·
Esta semana se ha jubilado del fuego, pero seguirá nadando en aguas abiertas -ha cruzado cinco veces el Estrecho- y pilotando globos, sus dos pasionesAlos 59 años, María Luisa Cabañero cuelga el casco tras 38 en el Parque de Bomberos de Puertollano (Ciudad Real), donde nació. Fue pionera en ... un oficio de hombres, cruzó a nado cinco veces el Estrecho de Gibraltar y el lago Ness sin traje de neopreno, pilota globos aerostáticos y sigue compitiendo en natación de aguas abiertas. Madre de cuatro hijos, esta cabo de bombero que aprendió a nadar atada a una cuerda se jubila con la misma energía con la que empezó a apagar fuegos a los 20 años. Dice que echará de menos la sirena del camión y la adrenalina de las emergencias. Pero continuará montando en globo y seguirá a tope con la natación, para la que se entrena en la piscina municipal de Puertollano, que se llama María Luisa Cabañero. «Nado casi a diario 4.000 metros. Voy cuando quiero y no pago. Es la suerte de tener una piscina con tu nombre».
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- ¿Le da pena colgar el casco?
- Hombre, claro que sí. Siempre lo añoraré. Lo que más me va a doler será ver pasar el camión de bomberos camino de una intervención y saber que ya no voy dentro. Esa adrenalina, esa tensión... eso lo voy a echar de menos. Empecé con 20 años y tengo 59. He pasado aquí prácticamente toda mi vida. Es parte de mí.
- ¿Por qué decidió ser bombera?
- Por pura casualidad. El verano antes de empezar COU (el actual 2º de bachillerato) impartía clases de natación en la piscina de Puertollano. Otro monitor me comentó que había salido una convocatoria con 135 plazas de bombero. Vi las pruebas físicas y pensé: 'Esto puedo hacerlo'. Me presenté, pasé todas las pruebas y quedé la número 88. Y aquí he estado 38 años.
- ¿Y descubrió su vocación?
- Sí. Por mi carácter y por mi manera de ser. He disfrutado muchísimo de mi trabajo, he aprendido, me he hecho más independiente. En mi época hacíamos de todo: mecánica, reparaciones, incluso cogíamos vías con la UVI móvil. Aprendías a ser resolutiva.
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- Se la conoce como la primera mujer bombero de España.
- Eso salió cuando crucé a nado por primera vez el Estrecho de Gibraltar, en 1988. Los periodistas se enteraron de que era bombero y publicaron que era la primera mujer bombero. Yo ni lo sabía. Años después me dijeron que antes hubo otra mujer, en Mallorca, que murió en un accidente. Si fue ella la primera, chapó por ella. A mí no me pagan ningún plus por ser la primera o la 158, da igual.
- Pero se convirtió en una referencia.
- Si sirvo de referencia, me alegro. En mis oposiciones nos presentamos 1.200, y solo cinco éramos mujeres. En estos 38 años por el Parque de Puertollano solo ha pasado otra compañera más, Laura, que es bombera interina.
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- En las pruebas de natación dejaría a muchos hombres por detrás, ¿no?
- Sí, en la piscina un compañero que nadaba en la calle de al lado me dijo: ¿Por qué te paras? Y yo le respondí que ya había acabado y a él todavía le quedaban por completar 50 metros.
«Lo echaré de menos, sobre todo la tensión y la adrenalina»
- Usted se define como de la vieja escuela de los bomberos.
- Sí, una vieja escuela en la que nos enseñaban a arriesgar la vida. Ahora no: ahora les enseñan que si el salvador no se puede salvar, no entra. Seguridad del interviniente, lo llaman. Primero tú, luego el que está dentro. En mi época era al revés: primero el de dentro, aunque murieras tú. También hacíamos auténticas burradas, como subir a torres de nueve metros sin arnés.
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- Se habrá jugado la vida muchas veces...
- Ser bombero tiene ese riesgo. Para mí, lo primero es la vida del otro. Luego la tuya. Recuerdo un incendio en Almadén, una familia con seis hijos. Los sacamos a todos y cuando ya estábamos apagando el fuego oímos a un niño llorar. Se habían olvidado de él. Lo encontramos debajo de una cama. Eso te marca. Cuando hay niños, todo cambia. En accidentes de tráfico y en incendios. Cuando los sacas vivos es como ver a Dios en medio del caos.
- ¿Y cuando entra en un edificio en llamas no piensa en que igual no sale?
- No pienso en la muerte. Cuando llegue, llegará. Si me tiene que caer una viga encima, me caerá. Creo que estamos predestinados.
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- ¿Ha desafiado siempre las reglas?
- Mi madre me contaba que con año y medio me metía al pantano de Montoro sin miedo. Tenía que atarme con una cuerda para que no me fuera donde me cubría.
- Y de ahí a cruzar a nado el Estrecho de Gibraltar con 22 años.
- Sí. He cruzado el Estrecho cinco veces y todas sin neopreno. En línea recta son unos 15 kilómetros, pero nunca vas recto por las corrientes. En 1988 hice Tarifa-Punta Cires, en Marruecos. En 1990 intenté ida y vuelta, pero nadé contracorriente y solo llegué a Punta Acebuche, cerca de Algeciras. Me retiré al volver, pero el árbitro del Guinness certificó que era la primera persona que cruzaba de África a España en contra de la corriente.
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- En esas travesías hubo sorpresas como una manada de orcas...
- Sí, pasaron por debajo de mí y siguieron. Otra vez me topé con calderones, esos cetáceos entre delfín y ballena. En competiciones internacionales de aguas abiertas también con tiburones, pero el ruido de las embarcaciones los aleja.
- Y ha nadado en el lago Ness...
- Sí, lo atravesamos con el agua a diez grados y sin neopreno. Y no vi al monstruo, jajaja.
- Sus hazañas acuáticas le han llevado a estar en el Salón Internacional de la Fama de Estados Unidos...
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- Estoy en el 'Hall of Fame' de natación en aguas abiertas. Tengo una plaquita en un rincón y me hace mucha ilusión.
- Además, pilota globos aerostáticos, ¿cómo llego ahí?
- Fue en el año 2000. Mi hermano volaba en ultraligero, se sacó el título de piloto de globo y me animó. Hoy tengo un club deportivo y tres globos. Subir al cielo es pura paz. Flotas, no hay ruido. Solo el aire, el horizonte y tú.
«No se domina, se respeta; la fuerza de la naturaleza es indestructible»
- Bombera, nadadora, piloto de globos... fuego, agua, aire y tierra, ¡domina los cuatro elementos!
- No los domino, juego con ellos. Pero sabiendo que la naturaleza siempre gana. Somos una pluma. Si el fuego me quiere comer, me come. Si el mar me quiere tragar, me traga. Si el viento me empuja, me lanza. Yo juego, pero con respeto porque la fuerza de la naturaleza es indestructible.
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Poner la mano en el fuego
- Volviendo al fuego, ¿cuántas quemaduras tiene en el cuerpo?
- Más de medusas que de fuego. Del fuego tengo alguna en la mano. Lo que mejor va es el aloe vera.
- Y ya puestos, ¿por quién pondría la mano en el fuego?
- Por mi madre y mis hijos. Por ningún político.
- ¿Ha estado en algún incendio de esos que parecen el infierno?
- A ver... el fuego es una lengua que viene hacia ti y tú estás ahí para decirle: 'De aquí no pasas'. Pero a veces es él quien te dice eso a ti. Recuerdo la explosión de un tanque de gasolina en la planta de Repsol, en agosto de 2003. Yo estaba recién parida de mi hijo Guillermo y no pude ir. Me dolió no estar con mis compañeros. No murió ninguno, pero sí nueve trabajadores de la planta. Eso fue el infierno, sin metáforas.
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- ¿Bombero o bombera?
- Me da igual. El coraje no tiene género. He vivido con el término masculino toda la vida. No me molesta. Soy mujer bombero. Eso sí, lo de 'bombere' me chirría.
- Hay quien dice que a una mujer bombero le costaría sacar del fuego a un hombre de 90 kilos.
- Yo puedo hacerlo. Es más técnica que fuerza. Hay muchas formas de evacuar a una persona sin cargártela a la espalda. A veces me río con eso.
- ¿Ha sentido machismo por ser bombera?
- Cuando empecé a trabajar era como un mono de feria. Cuando salíamos con el camión, uno gritaba por la ventanilla: '¡Tenemos una bombera!'. Un día hubo un incendio en Abenójar, un pueblo no lejos aquí. Era mi primera salida, me equipé como todos y uno me dijo: 'No vengas guapa, que te vas a quemar'. Le contesté que me quemara o no, yo iba. Y fui. Esa reacción marcó todo lo que vino. A partir de ahí se acabaron los comentarios. Si me hubiera amedrentado y digo 'vale no voy', no hubiera ido a ese ni a otros muchos fuegos. Con los hombres, o te pones a su altura o te comen.
- ¿Ha cambiado el ambiente con los años?
- Ahora hay más respeto, más compañerismo. Tenemos vestuarios separados, pero cuando hay una emergencia y hay que ponerse deprisa el traje de intervención no nos asustamos de vernos en bragas o calzoncillos.
- ¿Entre compañeros no 'se pisarán las mangueras'?
- Jejeje. No tanto, pero siempre hay alguno que te viene con la teoría del manual. Yo prefiero el sentido común. Si hay que entrar en casa de una persona mayor, no destrozo la puerta si puedo evitarlo. Los nuevos van un poco a lo tremendo, sin pensar en que luego hay que reparar los destrozos. Ellos son más impulsivos y nosotras más calculadoras.
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- Se acerca la Navidad y aparecerán los típicos calendarios con 'el cuerpo' de bomberos…
- Ja ja ja, aquí en el parque no hay bomberas para hacer un calendario. Solo para dos meses. Pero también te digo que en el caso de ellos el photoshop hace maravillas. Hay algunos que sí, pero hay otros que dices 'a mí no me engañes, que yo a este lo conozco y no está así'. Yo no he posado nunca.
«Con los hombres o te pones a su altura o te comen. El coraje no tiene género»
- Este verano, los incendios forestales devoraron 325.000 hectáreas... ¿Indignación, pena...?
- Mucha pena y mucha indignación. Ahí ves el poder del fuego. El 95% de los incendios son provocados. Yo a esa gente la pondría en primera línea a apagar las llamas. Que sientan el humo y el calor cerquita. Prender fuego y salir corriendo es muy fácil.
- ¿Qué hay tras un pirómano?
- Tengo que pensar que es una enfermedad mental, porque si no es para colgarlo de una cuerda.
- ¿Qué seguimos sin saber hacer para prevenir incendios?
- Bastaría con amar la naturaleza. Pero vamos al campo y lo dejamos hecho una mierda. Cuando veo tirar un papel, una lata, una colilla, me enciendo. Yo les llamo la atención, no me callo, y cualquier día me van a calentar.
- ¿Cuál ha sido su última 'idea de bombero'?
- Me encanta la mecánica y hace poco desmonté medio coche para instalar un motor de arranque y no tuve narices de volverlo a montar.
- Ahora libre de turnos de 24 horas, incendios y sirenas... ¿qué va a hacer?
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- De momento me voy a México a un festival de globos, que me pagan todos los gastos. Y luego lo que se vaya terciando. Nadar, viajar y montar en globo que es lo que más me gusta. Y seguiré entrenando. Lo bueno de tener una piscina a tu nombre es que entras sin pagar cuando te da la gana. Ayer nadé cuatro mil metros, mañana otros cuatro mil. Sigo compitiendo en pruebas senior de aguas abiertas y me gusta entrenar bien. Llevo fatal perder. Me cojo unos buenos rebotes. Me jode muchísimo no ganar. Soy tan competitiva que algún hombre me ha dicho que le doy miedo, jajaja.
- ¿Qué consejo daría a una nueva bombera?
- Que disfrute de su trabajo porque es capaz de hacer exactamente lo mismo que ellos. Nadie es más que nadie.
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