Decálogo para evitar robos durante las vacaciones

Las vacaciones estivales se traducen en ocio, descanso y despreocupación, y con ello, en pasar más tiempo fuera de casa. La contrapartida es que, al permanecer los domicilios vacíos durante períodos más largos, las cifras de robos con fuerza se disparan: España es el segundo país de la OCDE que más los sufre. Según los últimos datos del Ministerio del Interior, este tipo de hurtos han aumentado un 7,7% respecto a 2015 en el país. Sin embargo, la mayoría de los allanamientos son evitables si se toman algunas precauciones y se tienen en cuenta algunas herramientas que facilitan enormemente la tarea de proteger la vivienda. Estos son los consejos que facilitan los expertos en la seguridad de la vivienda:

1. Resistencia física. Preparar oposición material a los ataques suma tiempo de protección. Los sistemas de alarma tradicionales no son suficientes ya que el robo se comete en menos de 15 minutos y la policía está empleando de media ante el aviso de una alarma entre 23 y 45 minutos. Las alarmas comunican la intrusión pero únicamente las puertas, muros o ventanas suponen una barrera de acceso real y retrasan e incluso impiden el robo.

2. Cuanta menos información, mejor. El auge de las redes sociales nos hace transparentes en la red, pero también, detalles como escribir el nombre entero en el buzón, ser vistos al preparar el coche para un viaje largo o dejar las persianas bajadas del todo pueden ser una fuente de información demasiado útil para el caco. Hay que evitar hacer públicos todos nuestros planes si no es estrictamente necesario.

3. Controlar las zonas comunes. Es importante conocer a los vecinos, entablar buena relación con ellos e informar de las ausencias. También es clave reforzar la seguridad del portal y acceso a trasteros y terrados, con la intención de dificultar al ladrón el acercamiento a su botín teniendo que romper varias capas de seguridad.

4. Detección anticipada. Instalar sistemas de detección anticipada del intento de robo incomoda y altera al ladrón y además comunica el ataque con el individuo en la calle. El tiempo que pasa intentando entrar a nuestra vivienda, se verá reducido por el aviso del sistema y por la llegada de los cuerpos de seguridad antes del acceso. Los sistemas de detección anticipada disuaden y evitan robos.

5. Cerrar con llave. Aunque parezca una obviedad, hay que asegurarse de hacerlo. De nada sirve tener la mejor puerta si no se usa. Independientemente del rato que se abandone el domicilio durante un momento o aunque se permanezca dentro, cerrar con llave es primordial para una mayor tranquilidad.

6. Controlar las copias de llaves. No es una exageración: un exceso de confianza puede jugar una mala pasada y se hace necesario tener controlado quién tiene copias de las llaves del domicilio. Lo ideal es duplicar las llaves solamente en negocios especializados y controlar los duplicados con un sistema de avisos SMS o email.

7. Cerradura acorde con la puerta. Es esencial que para que una puerta sea segura la cerradura también lo sea (y viceversa). No es aconsejable invertir en una buena puerta y no hacerlo en el cierre, pues la seguridad perdería eficacia.

8. Reforzar la seguridad de la puerta. Una puerta blindada se abre en dos minutos y una acorazada, en cinco. La importancia de una buena puerta de seguridad certificada según UNE85160:2013, que proteja el domicilio es clave para ahuyentar al ladrón de manera que, cuanto más alto sea el grado de seguridad, menos probabilidades habrá de que se acerque a ella.

9. Escudo protector de seguridad. Hasta la mejor llave de seguridad del mercado requiere de una protección adicional ante ataques violentos con palancas, martillos o mordazas de presión. Un bombín de seguridad sin la protección adecuada, ofrece una resistencia inferior a los 3 minutos.

10. Controlar periódicamente los sistemas de seguridad. Para disponer de un sistema de seguridad eficaz contra los métodos de robo actuales como el bumping, será necesario revisar cada cinco años las medidas de las que dispone el inmueble y comprobar que funcionen bien.