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La Semana Santa de Segovia pareció resurgir ayer después de los vaivenes de los últimos días, motivados por la lluvia, y recuperó el tono ... gracias a la estabilidad atmosférica. Las siete procesiones del Jueves Santo se desarrollaron bajo un cielo encapotado pero contenido, lo que permitió a las cofradías y hermandades desfilar sin otra preocupación que la de marchar de manera organizada y conforme al horario previsto. La temperatura, muy 'fresquita', no mermó el ánimo de una avalancha de turistas y segovianos que abarrotaron las calles y sucumbieron al esplendor de las imágenes religiosas en su camino hacia la Catedral, donde han pasado la noche a la espera del comienzo de la Procesión de los Pasos, prevista para las ocho de esta tarde de Viernes Santo.
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El primer paso
Pasaban unos minutos de las seis de la tarde cuando de la parroquia de la Resurrección, en Nueva Segovia, partía la procesión de La Flagelación del Señor, organizada por la cofradía del mismo nombre. La talla, obra de José Quixal, adquirida por la diócesis de Segovia en 1907, representa a Cristo en el momento de ser azotado. El desfile recorrió las calles Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, José Zorrilla, Muerte y Vida y San Francisco, para unirse a la carrera oficial que marca el eje Azoguejo-Calle Real-Plaza Mayor. La banda de cornetas y tambores titular de la cofradía acompañaba a los cofrades de túnica morada y capirote blanco, que llegaron a la Catedral sobre las nueve de la noche ante la mirada de los miles de espectadores que se agolpaban en las aceras en busca del mejor sitio.
Honor a Marinas
Desde la iglesia de San Millán salió la procesión que escolta las imágenes de Nuestra Señora la Soledad al Pie de la Cruz (1930) y el Santísimo Cristo en su Última Palabra (1947), ambas del escultor segoviano Aniceto Marinas, patrocinadas cofradía homónima. Fundada tras la donación de la Soledad por parte del autor, sus cofrades, con túnicas carmesí y capas blancas, son escoltados por la Policía Nacional. El recorrido cruzó Hermanos Barral, Carretas, Félix Gila, Pelaires, Santo Domingo de Silos y la avenida del Acueducto hasta la carrera oficial. Las tallas, de gran expresividad, siempre conmueven al público. La cofradía es pilar de un barrio entero.
Solemnidad
Eran las siete de la tarde cuando daba salida de la parroquia de San José Obrero los pasos El Calvario (Escuela de Olot), La Magdalena al pie de la Cruz (Sebastián Sanabra, 1907) y Nuestra Señora de la Piedad (José Quixal, 1907), acompañados por la cofradía de Nuestra Señora de la Piedad, fundada en 1990. El cortejo descendió por la avenida de la Constitución y la calle Independencia hasta el Acueducto, donde los tres pasos se colocaron linealmente mientras la banda titular interpretó varias piezas. El público que llenaba el Azoguejo los premió con sonoros aplausos.
El palio de Santa Eulalia
La imagen de Nuestra Señora la Soledad Dolorosa, de la Hermandad de Nuestra Señora la Soledad Dolorosa y Cofradía del Recogimiento, es una de las más emblemáticas de la Semana Santa segoviana. La Virgen, única en Segovia bajo palio, desfiló con su banda de cornetas y tambores y escoltada por miembros de la Academia de Artillería. El recorrido pasó por Santa Eulalia (con una breve oración), Buitrago, Somorrostro, Muerte y Vida, San Francisco y Azoguejo, uniéndose ahí a la carrera oficial. La cofradía, que el martes se vio obligada a celebrar la procesión de los Cinco Misterios en el interior de la iglesia debido a la lluvia, llegó a la Catedral en medio de un silencio reverente que contribuyó al brillo de la madurez serena que expresa el bellísimo rostro de la Dolorosa.
La lentitud devota
Ya eran las siete y media de la tarde cuando los fieles de la parroquia del Cristo del Mercado asistían a la salida del Santo Cristo de la Cruz, el célebre Cristo de las enagüillas, una talla anónima del siglo XVI que portan a hombros los miembros de la Cofradía de la Esclavitud del Santo Cristo de la Cruz. Escoltada por la Guardia Civil y precedida por la banda titular, avanzó lentamente por José Zorrilla, Somorrostro, Muerte y Vida, San Francisco y Azoguejo. A la Catedral llegó sobre las once. La imagen, con sus faldillas recientemente restauradas, es símbolo de todo un barrio, que siente auténtica veneración por ella.
Recogimiento en la noche
La procesión penitencial de La Oración en el Huerto desfiló con la bella imagen realizada por José Rius en 1907. Históricamente custodiada por el gremio de los hortelanos, la talla refleja la introspección de Jesús, arrodillado ante el ángel en el huerto de los Olivos. El desfile serpenteó las calles de San Lorenzo y llegó al Azoguejo a través a la Vía Roma, acompañada por la banda de cornetas y tambores Félix Martín. El verde de las capas y capirotes es el color de las huertas de este barrio histórico.
Regreso al Socorro
La Semana Santa de 2025 ha recuperado una de sus estampas más hermosas: el momento en que los pasos de la cofradía de los Maristas pasan por debajo de la Puerta de San Andrés o del Socorro. Llevaban tres años sin poderlo hacer debido a las obras de reurbanización de la calle Daoiz, que condicionaron los recorridos en las dos últimas ediciones. Esta Cofradía Penitencial de Ademar (la asociación de exalumnos maristas) porta las tallas de Jesús con la Cruz a Cuestas (José Quixal, 1907) y la Virgen de las Angustias (escuela de Juan de Juni, siglo XVI). Portados a hombros y banzos, con la banda titular, los pasos descendieron por el Camino de la Piedad y a través del puente de Sancti Spiritus y la calle San Valentín, llegaron a la Puerta del Socorro, en torno a la cual se arremolinaba una muchedumbre de espectadores, que disfrutaron con el momento.
Fue un Jueves Santo pleno de fe y tradición. Las siete procesiones del Jueves Santo convirtieron Segovia en un escenario de devoción, arte y comunidad. Las imágenes, iluminadas por antorchas y farolillos, brillaron ante un público entregado, lo que marcó el preludio de la Procesión de los Pasos, prevista para esta tarde de Viernes Santo. La jornada, sin contratiempos meteorológicos, reafirmó la vitalidad de una Semana Santa segoviana declarada Fiesta de Interés Turística Nacional que une generaciones y atrae a personas de todo el mundo.
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