La procesión de Jueves Santo desciende por primera vez por el casco histórico de Cuéllar

Tras la celebración de la Cena del Señor, primero en las iglesias de los conventos de Santa Clara y La Concepción, y después en el templo de San Miguel, la atención en la tarde de Jueves Santo se centró en la zona norte de la villa, en concreto en su castillo, desde donde desde hace cinco años tiene su salida la procesión de esta jornada, protagonizada por la imagen del Cristo de San Gil, muy venerada especialmente en el barrio que lleva su nombre, con la principal novedad de un cambio de recorrido que lleva a las imágenes por el casco histórico de la villa.

Las bandas de cornetas y tambores de La Soledad y el Nazareno tomaron posiciones en el exterior de la fortaleza, mientras una oración de uno de los sacerdotes de la parroquia en el interior del castillo, iniciaba los actos procesionales, que se desarrollaron con fervor y silencio, sólo roto por la música de las cofradías.

Cientos de personas tomaron las inmediaciones del castillo y el adarve de la muralla para disfrutar del inicio de la procesión, con un marco incomparable como fondo. De la fortaleza salió, en primer lugar, la cofradía del Nazareno, seguida por la Cruz de Nuestro Padre Jesús Nazareno, acompañada por su banda de cornetas y tambores. Le siguieron los miembros de la cofradía del Cristo Yacente y los de Nuestra Señora de La Soledad, para cerrar la comitiva la talla del Santo Cristo de San Gil, portada en andas por diez penitentes ataviados de color rojo, al igual que el hermano de paso.

Como novedad este año, la procesión, en lugar de dirigirse directamente hacia la zona norte, recorrió unos metros hasta la iglesia de San Martín, para continuar descendiendo por la calle Palacio hasta la plaza del Estudio, pasando bajo el arco de San Martín, junto a la muralla, dejando bellas estampas. Tan sólo unos metros después, junto a la iglesia de San Esteban, esperaba ya El Encuentro con La Verónica, junto a algunas cofradías más que se sumaron al desfile en este punto.

Así, tras el paso de los nazarenos se sumaron los miembros de la cofradía de El Calvario, los de la Vera Cruz y La Verónica, para situarse tras ellos el paso del Encuentro con La Verónica. La comitiva continuó con los cofrades del Cristo Yacente, los de Nuestra Señora de La Soledad, y, finalmente la imagen del Cristo de San Gil, a la que seguían las autoridades eclesiásticas y municipales, además de un miembro de cada una de las cofradías. La procesión la cerraban los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora de La Soledad.

El recorrido continuó por la plaza del Mercado del Pan y la calle Magdalena, para pasar nuevamente por uno de los arcos de la villa, en esta ocasión el de San Andrés, para después continuar por la calle El Henar hasta la iglesia de San Andrés, un recorrido que fue seguido por cientos de personas hasta llegar al templo, donde habitualmente se guarda la talla del Cristo de San Gil, por lo que son muchos los vecinos de esa zona de la villa los que profesan gran devoción por él.

Se trata de una imagen románica, del siglo XIV, procedente de la desaparecida iglesia de San Gil, que se ubicaba en la zona ahora conocida como plaza de San Gil. Fue la primera talla que salió en la recuperada procesión de Jueves Santo, en el año 2003, y a ella se fueron incorporando el resto de imágenes que completan el desfile en la actualidad, si bien este año no se ha podido ver La Oración de Jesús en el Huerto por la falta de cofrades.

La procesión hasta hace cinco años partía del templo de San Andrés, pero con la llegada de Las Edades del Hombre y la ocupación de la iglesia por parte de la muestra de arte sacro, se optó porque la talla saliera del castillo. La gran acogida que tuvo esta ubicación hizo que la Junta de Cofradías decidiera mantener esta salida en los años sucesivos. La misma acogida se espera con el nuevo recorrido estrenado, con el que vecinos y visitantes pueden recorrer buena parte del patrimonio cuellarano a través de su casco histórico.

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