Segovia

El tráfico en Correos, un «peligro» para los escolares del Domingo de Soto

Es un efecto dominó. Si los conductores que circulan por esta zona no tienen estacionamientos suficientes para dejar el coche y hacer sus gestiones, al final los vehículos ocupan espacios que no les pertenecen. Si además esos puntos presentan un ajetreo de transeúntes como ocurre en el acceso al colegio Domingo de Soto, ese tráfico se convierte en una amenaza para la integridad de los niños y de quienes les llevan o recogen cada día.

La asociación de padres ha hecho saber esta problemática, que se concentra en los momentos de la entrada y la salida de los escolares. Esto es, en torno a las nueve de la mañana y las dos de la tarde, cuando el trasiego de menores alcanza su apogeo. Los hay que acuden solos, por su cuenta o con compañeros que también estudian en el centro, y los hay que van bajo la supervisión de adultos. En cualquier caso, los revuelos de personas que se forman coinciden con instantes en los que el trajín de la oficina central de Correos, anexa a las instalaciones educativas, es mayor, relata la presidenta de la asociación. Es también hora punta para la sede postal, con usuarios que entran y salen y dejan sus vehículos donde pueden.

«Aunque estemos pendientes, hay un peligro latente», reitera la representante de las familias. Sáez añade que «meten los coches por donde pueden por la dificultad de aparcar que hay en el casco histórico» de Segovia. Espera que no haya que lamentar una desgracia para que se adopten medidas de salvaguarda que garanticen la seguridad de los alumnos y de sus supervisores. «No es que pasen uno o dos coches, es que montan varias filas que llegan hasta la puerta del colegio», describe.

Asimismo, alerta de que, por motivos de conciliación de la vida familiar y laboral, hay abuelos que llevan a sus nietos al colegio Domingo de Soto o que acuden a buscarles a la salida de las clases. Algunos de estos cuidadores se mueven con dificultad, han perdido reflejos y puede reaccionar peor ante las maniobras de un vehículo en un espacio reducido.

La representación de los padres ha hecho llegar a la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Fedampa) Antonio Machado la preocupación por esta convivencia de coches y peatones menores de edad en la entrada y salida de este centro docente. A su vez, este interlocutor defendió en el Consejo Municipal Escolar la necesidad de dotar de más vigilancia policial a las horas de más trasiego.

Hasta ahora, las intervenciones programadas de agentes para prevenir cualquier incidencia han sido «pocas, muy ocasionales». Las familias reivindican regularidad. En este sentido, Ángeles Sáez matiza que ya ha habido contactos con el Consistorio para solicitar la presencia de agentes de la Policía Local que regulen el acceso al Domingo de Soto, tanto a primera hora como cuando acaba la jornada. Estos despliegues específicos se llevan a cabo en otros colegios de Segovia, cita la presidenta al justificar la necesidad de que también se les tenga en cuenta. Sin embargo, el Ayuntamiento se ampara en sus respuestas en la escasez de medios, indica Sáez.

La AMPA acepta y acata que no hay agentes suficiente. Pero no se resignan. La portavoz insta a que se estudien otros métodos que no impliquen a lo mejor la presencia física diaria de agentes. Piensa, por ejemplo, en la colocación de conos a modo de corredor de seguridad que protejan el espacio peatonal de la irrupción de vehículos.

El malestar en patente. Hay padres que han recurrido a las líneas de participación ciudadana que brinda el Consistorio de la capital y otros han optado por mandar correos electrónicos para que se solucione el problema de seguridad vial.