La Segoviana, el coco del noroeste

Tras pedir consulta a las federaciones territoriales, la RFEF mantiene agrupadas a las regiones, pero fueron necesarias las excepciones para cuadrar cada tabla. La Segoviana era uno de esos posibles comodines por su proximidad a Madrid, pero sacarla del grupo noroeste tenía más agravios, por ejemplo, para los riojanos, que pros. La gran excepción fue el Barbastro, aragonés, que jugará con Cataluña, Baleares y Comunidad Valenciana. Los dos extremeños se partieron, de tal forma que el Coria estará con los nueve madrileños, Canarias y Castilla-la Mancha, mientras el Extremadura se sumará a Andalucía y Murcia. El grupo I es el único con un descendido de Primera RFEF, la Sego, por los dos del 5 (Fuenlabrada e Intercity), del 4 (Recreativo y Yeclano), el 3 (Barça Atlétic y Alcoyano) y los tres del grupo 2: Amorebieta, Sestao River y Real Unión, que buscará el ascenso con Ramsés Gil como técnico.

Los azulgranas se reencontrarán con viejos conocidos de Tercera en un grupo de mayoría castellano y leonesa: siete equipos. El ogro es el Numancia, que volvió a caer en la final del 'play-off' con un gol del Teruel en el descuento del partido de vuelta. Será su tercera temporada en Segunda RFEF tras perder el campeonato –y el ascenso– en la última jornada de la 2023-24 con los segovianos. Repiten en el grupo el Salamanca USD (9º) y el Valladolid Promesas, que se salvó en la última jornada. También el Real Ávila, una de las revelaciones, pues fue quinto en su estreno en la categoría y obligó al Cacereño a voltear un 2-0 en la semifinal del 'play-off'. Se suman dos recién ascendidos como el Atlético Astorga, campeón del grupo VIII de Tercera en una cerrada lucha con el Tordesillas, y el Burgos Promesas, que ascendió en el 'play-off'.

La Segoviana volverá a enfrentarse a un filial de Primera División, el Real Oviedo Vetusta, que siguió la línea del primer equipo en su regreso a la máxima categoría del fútbol español con una temporada dominante en el grupo asturiano de Tercera: lo ganó con 89 puntos, por los 76 del Caudal, segundo. La sorpresa la dio el Lealtad de Villaviciosa, que se coló en la última jornada en el 'play-off' de ascenso con 58, pasó las dos eliminatorias regionales y ascendió el pasado fin de semana ante el Llerenense, que había compartido grupo con la Segoviana en la temporada 2023-24. Acompañarán a otro clásico asturiano como el Marino de Luanco, viejo conocido azulgrana con buenos y malos momentos: ante ellos ascendieron por primera vez a Segunda B en 1999 y su victoria en el descuento en Navalcarnero les obligó a disputar el 'play-out' por evitar el descenso a Tercera en 2022. Como el Langreo, el último rival al que ganó Manu González antes de ser destituido aquel año y dejar paso a Ramsés. Un equipo que el año pasado fue sexto, a un paso de pelear por el ascenso.

Entre los gallegos, la próxima temporada brindará también un reencuentro con el Coruxo, que ha jugado en Segunda RFEF en los cuatro años de historia de la categoría. Como el Deportivo Fabril, un teórico candidato a ocupar puestos delanteros tras jugar fase de ascenso, o el Bergantiños, octavo el curso pasado. Se suman la UD Ourense, campeona del grupo gallego de Tercera, con aspiraciones a discutir el título de primer equipo de la provincia con el Ourense CF, uno de los verdugos azulgranas el curso pasado en Primera RFEF. Y la Sarriana, que subió el pasado fin de semana en el 'play-off' tras imponerse en la prórroga al Atlético Pulpileño, uno de esos resultados que terminaron por decantar el grupo de 18 entre las cuatro regiones. Cantabria solo tiene dos representantes tras el descenso a Tercera de la Gimnástica de Torrelavega y del Escobedo. Se mantienen el Rayo Cantabria, filial del Racing de Santander, séptimo el curso pasado, y sube el Sámano, campeón del grupo III. No pudo sumarse el Cayón, eliminado en el 'play-off'.

La breve historia de la Segoviana en Segunda RFEF apunta a mejores resultados cuando ha jugado con Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura. Aquel primer curso en la categoría, encuadrado con la zona norte, arrancó bien –llegó a ser segunda en la sexta jornada– para salvarse in extremis en los últimos nueve partidos, con Ramsés Gil como técnico. Ya en la temporada siguiente, con el segoviano desde el principio en el banquillo, acabó quinta y jugó el 'play off' de ascenso. Finalmente, en la tercera, con una nómina teóricamente muy complicada de cuatro descendidos desde Primera RFEF y diez campos de césped artificial, ganó el campeonato y ascendió. El menú para el próximo curso asegura hierba natural por doquier a cambio de desplazamientos más largos. Y los azulgranas son uno de los cocos a batir.