Voluntarios de La Lastrilla llevan ayuda a familias de Benetúser. El Norte

Segovia entrega ayuda puerta por puerta a los afectados por la DANA

Vecinos de La Lastrilla se han apoyado en un grupo de voluntarios asentado en Benetúser para llevar suministros a multitud de familias aisladas

Lunes, 11 de noviembre 2024, 07:03

Decenas de segovianos han aprovechado este fin de semana para echarse a la carretera con destino Valencia para aportar su granito de arena en las ... tareas de limpieza y reparto de productos básicos entre los afectados por la DANA. Algunos de ellos, como es un grupo de vecinos de La Lastrilla, ya han realizado más de tres viajes en apenas cuatro días para llevar los suministros necesarios puerta por puerta a las familias del municipio de Benetúser que viven en fincas más aisladas. «La gente allí no tiene nada, no les llega nada», advierte María Solís, voluntaria vecinal.

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Como ella, hay muchos otros ejemplos de segovianos que nada más enterarse de lo ocurrido en el Levante supieron que «había que hacer algo». Una iniciativa privada impulsada por artistas del circo Human No Limits, con sede en Segovia, empezó a ganar cada vez más popularidad entre La Lastrilla y otros municipios del alfoz. De este modo, se organizaron varios puntos de recogida de material, el cual no tardó en ser trasladado a los afectados por la DANA.

«Estamos trabajando como locos para llevar todo lo necesario directamente en vehículos ligeros, puerta por puerta, pues la gente tiene necesidades más que reales», indica la vecina lastrillana. Gracias a un contacto en Benetúser, lograron coordinarse con un grupo de voluntarios asentado en el municipio, el cual está liderado por el director de una banda de música y policías nacionales en vacaciones.

«Nos escoltaron con quad y una vitara con remolque hasta llegar a una calle que era como un lodazal. Allí los vecinos nos recibieron como agua de mayo: nos pedían guantes, botas, pañales... Todo el mundo estaba volcado con ellos», subraya Solís. No encuentra palabras para describir lo que ha visto con sus propios ojos. «Es espeluznante; ellos todavía no se dan cuenta de lo sucedido, están todos alegres y fuertes, pero tienen una historia muy dura y eso va a pasar factura», considera.

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Una puerta arrancada por la riada sirvió como mostrador para depositar los productos que los afectados iban escogiendo. «En media hora vaciamos el furgón y nos quedamos cortos», relata. Cuando llegaron a Segovia por la tarde, «quería a cargar otra vez para salir de nuevo por la noche». «Nos estamos lanzando todo lo que podamos y más», concluye.

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