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Segovia, una chicharrera: el calor no da tregua
La capital y la provincia alcanzan los 37 grados en uno de los días más calurosos que se recuerdan
Es la una de la tarde, el sol se alza implacable y el termómetro va camino de alcanzar, como lo hizo el día anterior, los ... 37 ºC. La segunda ola de calor del verano parece peor que la primera y aún no concede respiro. La vida ciudadana se ralentiza, adaptándose al ritmo que marca la temperatura, y en las calles dominan los helados, las sombrillas y la ropa ligera.
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Este era el panorama de ayer en Segovia capital. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) decretó la alerta amarilla por temperaturas máximas en la meseta segoviana y el Sistema Central, y ante la probabilidad del 40% al 70% de que el calor alcanzara su cénit entre la una y las nueve de la noche, como así lo hizo. No fue un fenómeno aislado: provincias vecinas como Ávila, Salamanca, Valladolid, León, Zamora y Soria también llevan varias horas bajo avisos similares, con temperaturas que oscilan entre los 34 ºC y los 38 ºC.
La radiación ultravioleta, con un índice de 9, muy alto, obliga a los segovianos a extremar precauciones: protección solar, hidratación constante y búsqueda incansable de sombra son las consignas. Precisamente, el paisaje urbano refleja una lucha constante contra el calor. Bajo el Acueducto, santo y seña de Segovia, pequeños grupos de vecinos y turistas se refugian en las sombras que los arcos proyectan sobre el Azoguejo. «Aquí, al menos, corre un poco de aire», señala María, una segoviana que, con su sombrero de paja y una botella de agua en la mano, cruza bajo el Acueducto. «Pero no engaña a nadie, esto es un horno. Por la noche no se puede dormir, las casas se convierten en saunas. Anoche no pegué ojo», añade con resignación, mientras se abanica con un paipái.
Las noches tropicales, con mínimas que no bajan de los 21 ºC, están haciendo mella. «Es imposible descansar bien», cuenta Javier. «Abres las ventanas, pero el aire que entra es caliente, como si te soplaran con un secador. Y el ventilador solo mueve el calor de un lado a otro». Efectivamente, el calor nocturno, combinado con la falta de lluvia –la probabilidad de precipitación es de apenas un 30% sin acumulación significativa–, está haciendo del descanso en un lujo difícil de alcanzar.
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El colorido de las calles contrasta con el calor sofocante. Los segovianos, ataviados con ropa ligera –camisetas de tirantes, vestidos vaporosos y sandalias–, buscan cualquier excusa para refrescarse. En las heladerías, se agolpan los parasoles que protegen del sol. Los helados, los granizados y las botellas de agua fría se han convertido en aliados inseparables de los transeúntes. En la Plaza Mayor y en la avenida del Acueducto, toldos y sombrillas son un bien preciado, y no es raro ver a familias enteras compartiendo el espacio bajo un árbol o un toldo improvisado. Tampoco a dos agentes de la Policía Local abanicando a una mujer que se ha sentido indispuesta.
El calor ha cambiado los hábitos. Las horas centrales del día, entre las dos y las cinco, son casi un paréntesis en la actividad cotidiana. Las tiendas cierran, las calles se vacían y solo los más valientes –o los turistas despistados– se aventuran a pasear bajo el sol abrasador. «Nosotros venimos de Bilbao, y esto no es normal», ríe Ane, una turista que, con su pareja, se resguarda bajo el toldo de una cafetería. «Pensábamos que Segovia sería más fresquita por estar al lado de la sierra, pero ¡madre mía!».
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Segovia despide un julio con calor extremo y fresco nocturno
La AEMET ya advirtió en su día que el verano tendría etapas como la de estos primeros días de agosto. Junio fue catalogado como el más cálido de la serie histórica, superando los récords de 2003 y 2022, y agosto no parece dispuesto a ceder terreno. En un aviso especial emitido el lunes, la agencia alertó de que las masas de aire cálido que sobrevuelan la Península podrían prolongarse durante toda la semana, con temperaturas de entre 5 y 10 ºC por encima de lo normal para la época. En Segovia, las máximas de 37 ºC en la Meseta y 36 ºC en el Sistema Central son solo una muestra de esta ola de calor que azota gran parte de España.
Según la AEMET, las condiciones no cambiarán significativamente. Hoy y mañana, las temperaturas en Segovia se mantendrán en torno a los 36-37 ºC, con mínimas que seguirán rondando los 20-21 ºC. La probabilidad de lluvia es mínima, y los cielos despejados auguran más días de calor intenso. Mientras tanto, los ventiladores trabajan a destajo y las persianas permanecen bajadas durante el día para mantener el interior protegido del calor. Y así será hasta que la ola empiece a ceder.
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