«'Los que roban lo cavao', el nombre por el que se nos conoce»

Hay una historia, que forma parte de nuestro patrimonio, y que explica el motivo por el que a los vecinos de Fuenterrebollo se nos conoce, y de ello presumimos, como 'los que roban lo cavao.' Una tarde, un buen mozo, cogiendo el azadón, y las alforjas colgándoselas sobre el hombro, montó en su bici y se encaminó a las viñas, linderas con las de su vecino pueblo.

Era momento de cavarlas y nutrir esas arenas para luego tener buena cosecha de uva para hacer ese vino de pijacha que contentaba las tardes del aburrido invierno y acompañaba comidas y meriendas, entre amigos, en la bodega. El camino se le hacía pesado, malditas las ganas que tenía, pero el genio del padre obligaba, refunfuñando y a trompicones llegó a las viñas y ni largo ni vivo, sino todo lo contrario, corto y perezoso, allí mismo, bajo la sombra de ese pino, continuó la siesta de la que su padre le levantó hacía un rato, y así hasta que se puso el sol y a casa.

Así cada tarde. El padre que sospechaba descubrió al joven: «Bueno Juan, hoy me pasé por las viñas y, después de cuatro tardes que llevas, eso sigue igual que el año pasado, te vas a enterar tu de lo que es bueno» (poniéndose en pie para soltarse el cinturón) y el zagal, vivo respondió: «Pero padre si ya tenía todo cavado, a ver si nos han robado lo cavao los del pueblo vecino». Desde entonces a los vecinos de Fuenterrebollo se les conoce por 'los que roban lo cavao'.