Retrasos y «confusión» en el primer día de reorganización de los AVE

Las conversaciones entre pasajeros sobre la reestructuración de los diferentes servicios se multiplicaron en la estación de alta velocidad de Segovia en las primeras horas de la mañana. Renfe había comunicado que se iban a reducir los servicios y, a modo de compensación, se ampliarían las plazas por convoy. Pese a estas aclaraciones, la «falta de información» desencadenó en perplejidad y malestar. Los abonados no habían recibido una comunicación de forma previa en la que se detallaran aquellas circulaciones que iban a ser eliminadas por necesidad de las obras.

«¿Cómo van saliendo los trenes?», preguntó con los primeros rayos de sol una usuaria en un grupo de mensajería instantánea, que supera los 800 integrantes. La primera réplica tardó solo cuatro minutos en llegar: «Es un lío». El primer servicio estaba programado a las 7:00 horas y acumuló aproximadamente ocho minutos de retraso, el segundo (7:22 horas) llegó puntual, pero se paró un tiempo prolongado a la entrada de Chamartín; y el de las 7:38 tardó casi media hora en entrar a la estación de Segovia capital. «Es un caos», asumía otro de los miembros en el chat.

Precisamente, con este último trayecto hay «mucha confusión». Los segovianos que son viajeros recurrentes de los trenes Avant «están recibiendo correos de anulación de los billetes, pero mantienen la plaza reservada en la aplicación móvil», corroboró la portavoz de la plataforma de usuarios habituales en Segovia, Sylvia García. Lo cierto es que esta circulación desapareció de la oferta en un principio, pero el ministro de Transportes, Óscar Puente, confirmó que se había encontrado «una solución» para garantizar a los salmantinos, medinenses y segovianos, gracias a un convoy de Alvia, su llegada sobre las 8:00 a Madrid con el propósito de acudir a los trabajos.

Los avisos sobre algunos cambios puntuales también llegaron por mensaje de texto a lo largo de la semana pasada a algunos abonados. Sin embargo, no ayudaron a resolver las dudas. Aquellos pasajeros que contaban con un billete para acudir a Madrid en las 7:38 horas vieron como este se aplazaba hasta las 8:52, aunque la frecuencia volvió a aparecer unas jornadas después. Asimismo, muchos de los SMS estaban «solapados» y, durante el fin de semana, hubo destinatarios que recibieron al menos cuatro SMS separados en el tiempo por segundos en los que se informaba de nuevas modificaciones.

Las notificaciones enviadas por Renfe advertían a los pasajeros de que su hora de salida se adelantaba o atrasaba y que, si las nuevas condiciones no eran de su agrado, podían anular o cambiar el billete sin coste. Para un mismo servicio, algunos usuarios recibieron tres horarios diferentes de forma simultánea. Todo ello sin especificarse el asiento o vagón. Cuando accedían a la página web de Renfe para intentar cerciorarse de lo sucedido, observaban que sus reservas estaban duplicadas. «Hay mucho desconcierto, y también mucha confusión por parte de Renfe», subrayó García.

Esto se suma a que, en algunos momentos de la tarde, la aplicación móvil dejó de funcionar, lo que los usuarios atribuyeron a la reorganización del transporte ferroviario. La incidencia, que se prolongó durante algunas horas en diferentes terminales móviles, impidió anular la reserva de plazas a los pasajeros, quienes temían perder su abono. El origen de la preocupación está en que que «de forma dictatorial, Renfe nos ha puesto unas condiciones maquiavélicas para este procedimiento», resumió la portavoz. Las cancelaciones deben hacerse una hora antes de la salida del tren, cuando antes el plazo se reducía a cinco minutos.

«Hay gente a la que están sancionando y, cuando tienes tres penalizaciones, no te dejan coger un abono durante tres meses», lamentó. García relató que los incentivos económicos para el fomento de este medio de transprote no se traducen en una mejora del servicio. A su vez, solicitó el compromiso de la operadora para que las frecuencias que se han suprimido vuelvan a estar disponibles de forma inmediata una vez finalicen las obras en la estación madrileña, es decir, a partir de julio.