El obispo de Segovia da fe del traslado de las reliquias, este sábado, desde el claustro a la iglesia del santuario. M. R.
Provincia de Segovia

Las reliquias de ocho beatos mártires carmelitas reposan ya en la iglesia del Henar de Cuéllar

El obispo de Segovia preside y da fe del traslado de los restos de los jóvenes estudiantes fusilados en 1936

Mónica Rico

Cuéllar

Domingo, 22 de enero 2023, 08:38

Fray Daniel García Antón, fray Silvano Villanueva González, fray Adalberto Vicente Muñoz (natural de Cuéllar), fray Aurelio García Antón, fray Francisco Pérez Pérez, fray Ángel ... Reguilón Lobato, fray Ángel Sánchez Rodríguez y fray Bartolomé Andrés Vecilla. Son los nombres de los beatos mártires carmelitas cuyos restos han sido trasladados este sábado desde el claustro del Santuario del Henar hasta el interior de su iglesia.

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Estos ocho religiosos eran un grupo de jóvenes profesos, estudiantes de Filosofía y Teología, «nativos de Castilla La Vieja y que habían ingresado para ser carmelitas en El Henar o habían realizado en el mismo su noviciado». Así lo relata el padre Miguel Arribas en su historia del santuario cuellarano. «Al comenzar la guerra civil estudiaban en el convento del Carmen, en Onda (Castellón), cuando fueron apresados con toda la comunidad, compuesta por treinta frailes, y conducidos a Madrid, haciéndoles creer que les trasladaban a su tierra natal».

En su libro, Arribas recuerda que llegados a la capital de España, fueron sometidos a torturas «para caer acribillados por las balas asesinas en las tapias del cementerio de Carabanchel Bajo, en la madrugada del 18 de agosto de 1936».

Desde el año 1950 sus restos reposan en el Santuario del Henar, en concreto en su claustro; pero ahora se ha decidido que el lugar que deben ocupar sea sacro, más teniendo en cuenta que fueron beatificados en 2013.

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Así, durante la tarde de este sábado, el templo henarense ha acogido el traslado de las reliquias de los beatos mártires carmelitas, un acto que comenzó con la celebración de una eucaristía, presidida por el obispo de Segovia, César Franco, y con las sencillas cajas con los restos de los mártires en el centro del altar mayor. Junto a ellas se colocaron una corona de laurel, «como signo de la gloria del cielo que han alcanzado ellos» y reconocida con su beatificación en 2013, que además estaba adornada con ocho claveles rojos en recuerdo de los ocho carmelitas, y dos palmas, símbolo del martirio. Además, las cajas se cubrieron con una capa conventual propia del hábito de la orden religiosa.

Momento «para la historia»

Un momento «para la historia del santuario, intenso en la fe y en el gozo por estos ocho jóvenes religiosos que sellaron su vida en el martirio, testigos de la fe y de la concordia», tal y como ha subrayado el rector del Henar, Carlos García. Durante la homilía, el obispo ha destacado la figura de los mártires, quienes «han alcanzando esa gloria, ese honor, esa veneración».

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César Franco también ha recordado cómo los jóvenes, en plena juventud (el mayor de ellos contaba con 22 años y el menor acababa de cumplir los 18), «entregaron su sangre por la fe, ofrecieron el mayor sacrificio que podían hacer», apuntó al destacar que estaban preparándose para su vida de entrega y «entendieron que la ofrenda de su vida les alcanzaba a lo que deseaban ser, testigos cualificados de Jesús».

Símbolo de pureza

El prelado ha valorado, además, la figura de la Virgen del Henar como reina de los mártires y destacó la simbología de la capa blanca que cubría las cajas durante la eucaristía, parte del hábito de los carmelitas, pero a la vez simbolizando pureza.

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Durante la eucaristía, además de la ofrenda del pan y el vino, también se llevó hasta el altar un centro de flores con nueve rosas rojas, una por cada uno de los mártires cuyos restos reposan en el santuario, los ocho jóvenes carmelitas, y sor Martina Vázquez, cuyas reliquias se encuentran en el camarín de la Virgen.

Tras finalizar la celebración eucarística, tuvo lugar el traslado de las reliquias desde el altar mayor hasta los pies de la iglesia, donde se ha habilitado un espacio para el descanso de los mártires con una lápida en la que figuran sus nombres. Ya en el lugar, las cajas recibieron la bendición del obispo, y, junto a las reliquias, también se introdujo en la lápida un documento firmado por el prelado, el rector del santuario, el padre prior de los carmelitas de Valladolid y el canciller secretario de la diócesis de Segovia, dando fe del traslado y colocación de los restos.

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El traslado de las reliquias desde el claustro hasta la iglesia se ha decidido por varias razones. Una de ellas porque, tras ser beatificados, «han subido a los altares, por lo que lo lógico es que estén en un lugar sacro como es la iglesia», ya que en el claustro, que ahora se encuentra deshabitado, pasan desapercibidos. Además, el cambio pretende ser un gesto de gratitud a la orden del Carmelo, que estuvo durante casi un siglo a cargo del santuario. «El hecho de que los mártires estén en la iglesia será un recuerdo permanente de la bonita obra que ellos desempeñaron en El Henar», aseguró el rector.

Por último, hay familiares que en ocasiones se trasladan hasta el santuario, y, ante la ausencia del rector, no pueden acceder al claustro al no tener ahora actividad. La iglesia permanece abierta desde primera hora de la mañana, por lo que en cualquier momento podrán acudir al templo y recordar a los jóvenes carmelitas.

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