Recetas y cenas en la oscuridad
El apagón que el lunes por la tarde dejó a varias zonas del centro de Segovia sin luz durante casi cuatro horas afectó de manera especial a varios comercios como bares y farmacias
Unos minutos más tarde de las 19:15 horas se produjo el apagón en el centro de Segovia. La reacción inmediata en viviendas y ... comercios fue acudir al cuadro de luces para comprobar que no se habían bajado los plomos. Al certificar que estaba todo bien, las miradas se trasladaron a la calle, donde observaron que el corte del suministro era común en varias zonas de la ciudad.
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La siguiente incógnita era saber el tiempo que permanecerían sin luz, un elemento necesario para el correcto funcionamiento de muchos de los negocios afectados. Es el caso de la farmacia ubicada en la calle San Francisco. Permaneció abierta hasta las 22:00 horas, aunque sin poder atender a sus clientes. Sin electricidad, no podían comprobar las recetas con el ordenador. «No pudimos hacer nada», lamenta Daniel Mateos sobre las casi cuatro horas en las que tuvieron derivar a sus clientes a otras farmacias de la zona. «Son las horas a las que más gente suele venir porque no hace tanto calor», añade. Por suerte, encontraron la colaboración de una clínica situada al otro lado de la calle que sí tenía luz y les permitió guardar las insulinas que deben almacenarse a temperaturas de entre 2 y 8 grados.
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También se da con un canto en los dientes Abraham Palomo, de la carnicería situada tan solo unos metros más arriba. Su negocio estaba cerrado durante el apagón, pero el riesgo estaba en que las cámaras frigoríficas no arrancasen correctamente tras el regreso de la luz. «Menos mal que funcionaron bien», subraya. Pese a las cuatro horas de apagón, el género aguantó bien en las cámaras y no hubo que tirar nada. Eso sí, es un problema «que sucede a menudo», por lo que pide encontrar una solución a los cortes.
También reclama medidas Elizabeth García, de la tienda Burbuja situada en la calle San Francisco. En su caso, el corte de luz sí que provocó que los helados almacenados en los frigoríficos se echaran a perder, con unas pérdidas de alrededor de 150 euros. «Estamos muy descontentos», añade García, quien espera mantener conversaciones con vecinos y con el seguro antes de estudiar posibles reclamaciones.
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Por su parte, Cándido López lamenta la falta de información que hubo acerca del apagón. «Eché de menos alguna explicación», sostiene el responsable del mesón situado en la plaza del Azoguejo. En su caso, lograron salvar el turno de cenas gracias a la comprensión de los clientes, que aceptaron cenar en la terraza mientras había luz. En la cocina, funcionaron con velas y lámparas con baterías y cocinaron con hornos de gas y de leña. «Fue un turno difícil», reconoce.
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