

Secciones
Servicios
Destacamos
Pancho Ahumada ha roto una barrera del Balonmano Nava consiguiendo el premio a jugador del mes de abril de la Asobal. Lo explica, primero, sus ... cifras goleadoras, alguien que ha marcado en sus últimos seis partidos más que en las 21 jornadas anteriores. Segundo, la movilización de los aficionados naveros para votar en la encuesta del canal de WhatsApp de la competición. Y tercero, quizás el más importante, el apoyo de su país, Chile, pues se empezaron a reenviar mensajes por él como cuando tocaba meter a Esteban Salinas en el siete ideal: «¡Es la primera vez que voy a tener un trofeo por ser el mejor en algo! En todas las categorías inferiores, siempre salí segundo».
Tras su nominación, los compañeros del Nava le animaron: «Llama a todos tus amigos de Chile para que te voten, te lo mereces». Ha obtenido el 48% de los 3.268 votos en la encuesta del canal de WhatsApp y se ha impuesto a Víctor Romero, pivote de Granollers, (41%) y a Xoan Ledo, al guardameta del Logroño (11%). «Esperaba que iba a estar reñido, pero no creía que tanto. Yo sabía que cuando nominaron a Esteban Salinas como mejor pivote de la liga hubo votos como locos desde Chile». Sus mejores amigos y su madre hicieron el trabajo de lobby en los grupos familiares o de la universidad. «Para la gente mayor es un poco más fácil porque no toda la gente tiene Instagram». Con todo, él no se hubiera votado a sí mismo. «Creo que lo he hecho muy bien, pero Xoan lleva dos meses que casi no se le pueden meter goles». El meta fue ya nominado el mes pasado en un equipo que suma 20 de 24 puntos en lo que a de año.
El premio depende de los aficionados, peor su nominación es el verdadero reconocimiento. «Obviamente, es un logro súper importante en mi carrera. Gracias a eso se valora el trabajo, que más gente vea lo que estoy haciendo, tanto yo como el club». Hasta el 30 de marzo, Ahumada llevaba unos números normales: 49 goles en las primeras 21 jornadas de liga. Pero aquel partido ante el Huesca, condicionado por el fallecimiento del padre de Álvaro Senovilla en la víspera, necesitaba líderes y él apareció con 12 goles. «Fue la cuota de confianza que necesitaba para quizás empezar a tirármela un poco más cerrado, tomar peso en los penales… En los entrenamientos estoy haciendo lo mismo, pero se me ha dado la oportunidad. Queríamos la victoria por él y dimos ese 101% como equipo».
Es relativamente frecuente que un jugador tenga el día inspirado, pero Ahumada lo convirtió en rutina, en parte porque solo ha fallado un penalti en 2025. Después de Huesca, marcó diez ante Bidasoa y ante Ademar. Su partido malo de abril fue en Torrelavega y metió seis goles. En los dos últimos, ante Cangas y Cuenca, ha sumado otros ocho. Lo explica por el «buen rollo» con sus compañeros y por hacerlo sin presión personal. «Después de los partidos, quizás yo me cuestionaba mucho haber fallado. Me ha dado mucho el tema de los penales; cuando no era el primero en lanzar, agarraba el balón nerviosísimo y la fallaba por repensarlo todo tanto. Son rachas, en algún momento no va a entrar la pelota y no por eso tengo que achacarme nada».
Una responsabilidad que asumió de forma notable en la primera vuelta Dani Pérez. «Es un lanzador increíble. En los entrenamientos siempre nos quedábamos él, Óscar, yo o Lautaro a lanzar con Luis [De vega], en ese orden, pero como no fallaba, no había necesidad de lanzar». Pero los equipos de vídeo de los rivales hacen su trabajo y empezaron a bajar sus porcentajes, así Carlos Villagrán le dio el testigo a Pancho el día del Huesca y alumbró su nueva versión. «La metí, la volví a meter y así».
Noticia relacionada
También con él han adaptado, pues el Cuenca tenía instrucciones para no darle un centímetro y no tuvo ni un lanzamiento en estático en toda la tarde, todo lo marcó a la contra y desde siete metros. «Y no me gusta. ¡Quiero tocar el balón!» La ventaja es que ese celo en su figura facilita las internadas de la primera línea, de Sasha, que se coló una y otra vez por su lateral. Así que se ha especializado en los penaltis, ganando distancia para tener más visión. «Yo, que soy más pequeñito, intento no pegar el pie a la línea para que el portero no me pueda leer el brazo tan de cerca porque los porteros grandes se quedan en la línea de cuatro metros y no se ve nada». En este partido hizo cinco lanzamientos distintos, pero su línea, a diferencia de Pérez, feliz amagando u a y otra vez hasta vencer incluso al portero, es pensar lo justo. «Prefiero lanzar sin amagar, así el portero tiene menos tiempo para reaccionar».
En el penalti más tenso, en Cuenca, con el tiempo cumplido después de que los locales remontaran un déficit de dos goles en el último minuto, lo simplificó todo. Primero, valora que los árbitros señalizaran una defensa interior a favor del visitante, aunque fuera clara. «Dudé si iban a pitarlo. Hay una acción muy similar entre Anaitasuna y Bidasoa y no lo cobran. Primero, le doy la mano a Pablo por provocarlo. Agarré el balón. ¿Amago o no amago? Miré al portero a los ojos y dije, voy con mi tiro seguro, abajo al palo recto de mirar. Y sin amagar, así no se lo espera, porque en el anterior había hecho un amago. Rápido, me di la vuelta y a celebrar». Nadie como Pérez para entender la presión del lanzador en un momento así, por eso fue el primero en abrazarle. Un premio que reconoce a un especialista y el progreso de una vida asentada en Nava de la Asunción, con su novia chilena, con un año más de contrato, una opción que el club ejecutó en invierno sin dudar. Un día después de su premio, fue convocado en el siete ideal de la liga como extremo derecho. Chile y Nava están listos para votar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.