Piden ocho años de cárcel para un matrimonio por secuestrar y agredir a una compañera de trabajo

Según el relato del Ministerio Público, sobre las 22:00 horas del 22 de abril de 2019 la víctima recibió una llamada telefónica por parte de la acusada, antigua compañera de trabajo y con la que no mantenía una buena relación. En su llamada –según la Fiscalía–, la acusada pidió a la víctima citarse con ella en un parque con la excusa de que se sentía mal y quería suicidarse. Cuando la víctima llegó al lugar se encontró a su antigua compañera de trabajo acompañada del marido de ésta última. En ese momento, prosigue el relato del Ministerio Público, el matrimonio empezó a agredir a la víctima con varios puñetazos en la cabeza. A continuación, fue introducida a la fuerza en el vehículo de la pareja y llevada a un descampado a las afueras de la localidad, «todo ello en contra de su voluntad y menoscabando su libertad deambulatoria».

En el descampado –continúa el relato de Fiscalía–, el acusado sujetó a la víctima para que su mujer pudiera golpearla en diferentes partes del cuerpo, sobre todo «en la cabeza y en la cara, nariz, ojos y recibiendo también patadas en todo el cuerpo». Después le quitaron el teléfono móvil y recibió un «fuerte empujón» del acusado que hizo a la víctima caer al suelo «perdiendo momentáneamente el conocimiento y quedando tendida en el suelo unos minutos hasta que consiguió levantarse». Cuando lo hizo, se percató de que no le habían devuelto el teléfono móvil.

Dos días más tarde, según el relato de Fiscalía, en los juzgados de Cuéllar se volvieron a encontrar los acusados y la víctima. En ese momento, el marido, «con intención de influir en la denunciante a fin de que modifique su actuación procesal, le dice [a la víctima] que cuando salga de aquí está muerta porque se está inventando que él le ha pegado».

Como consecuencia de los hechos descritos por el Ministerio Fiscal, la perjudicada resultó con lesiones en los huesos de la nariz, la columna cervical y un traumatismo craneoencefálico leve.

Para la Fiscalía, los hechos relatados son constitutivos de cuatro delitos. Por un lado, las agresiones constituyen un delito agravado de lesiones por el que solicitan tres años de prisión para cada uno de los acusados, así como la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima o su entorno durante cinco años y un día. Por otro lado, se les acusa de un delito de detención ilegal, por el que piden cinco años de cárcel, así como la misma prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima, aunque en este caso durante diez años. El matrimonio también está acusado de un tercer delito leve de hurto (por el robo del teléfono móvil), por el que Fiscalía pide una multa de dos meses.

Por último, el Ministerio Público también pide 3 años de prisión y una multa de 20 meses para el marido por un delito de obstrucción a la justicia por las presiones ejercidas sobre la víctima en los juzgados de Cuéllar. Por ello, también solicita la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima o su entorno durante seis años.