«No nos han obligado a cerrar, pero no tenemos actividad ni tampoco indemnizaciones»
Gerardo Otero, gestiona varias casas rurales: «Me han cancelado todas las reservas del otoño, para este año ya solo me queda la Navidad»
claudia carrascal
Segovia
Domingo, 29 de noviembre 2020, 21:14
Gerardo Otero tiene una casa rural en Cabanillas del Monte y gestiona una en Fuenterrebollo, otra en Gallegos y dos en Aguilafuente. El verano «ha ... sido bueno, pero tampoco excepcional» y desde principios de octubre la actividad se ha desplomado, aclara. A su juicio, se debe a que el 99% de sus clientes proceden de Madrid y tan solo algún puente largo recibe visitantes de otras comunidades como Cataluña, País Vasco o Andalucía, donde hay más tradición de turismo rural, ya que los visitantes de Castilla y León son prácticamente inexistentes.
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Sus esperanzas estaban puestas en las festividades navideñas porque «son momentos muy propicios para reunirse y las casas rurales ofrecen el ambiente idóneo para grupos más numerosos». Aunque ya tiene los alojamientos reservados para estas fechas, es consciente de que todas las confirmaciones penden de un hilo a causa de las restricciones sanitarias. En estos tiempos de incertidumbre, las anulaciones se han convertido en la tónica general: «Me han cancelado todas las reservas del otoño, para este año ya solo me queda la Navidad», especifica. Si logra mantener la actividad esos últimos días del año estima que las pérdidas este 2020 rondarán el 50%, de lo contrario, serán más acusadas.
Otero cree que con estas limitaciones las administraciones están dañando seriamente al sector, ya que «no nos han obligado a cerrar, pero no tenemos actividad ni tampoco indemnizaciones». Algo que en su caso le repercute porque esta es su actividad principal. En cuanto a las ayudas, asegura que son mínimas y los procesos muy lentos, de hecho, todavía están esperando una de la Junta de Castilla y León que otorgará entre 500 y 2.000 euros a cada alojamiento. «Estos apoyos sirvieron para soportar el estado de alarma inicial sin muchas pérdidas, pero después de tanto tiempo cerrados y sin ingresos no son una solución».
Eso sí, admite que la ventaja frente a la hostelería o los establecimientos hoteleros es que ellos no tienen que asumir los gastos de personal lo que facilita la supervivencia de sus negocios, aunque no el sustento de sus familias. Hasta el punto de que, en estos momentos, «estamos tirando de ahorros», matiza.
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