Nueva sombra para el camino de la ermita de San Mamés
Más de 40 personas, en su mayoría familias, participan en la plantación de 60 árboles en el entorno de Campo de Cuéllar
mónica rico
Cuéllar
Domingo, 25 de abril 2021, 11:00
Buena parte del camino que lleva hasta la ermita de San Mamés, en la entidad de Campo de Cuéllar, contará dentro de unos años con ... una rica sombra, gracias a la plantación de 60 árboles realizada ayer por más de 40 personas, en su mayoría familias, gracias a la iniciativa organizada por el Ayuntamiento del municipio y la asociación Segovia por el Clima.
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En torno a las 11:00 horas los primeros vecinos comenzaron a llegar, con sus azadas y palas, preparados para comenzar la reforestación de una zona que hasta el momento no contaba con ninguna sombra. A lo largo de la mañana se plantaron una treintena de pinos piñoneros y otros tantos almendros, plantas autóctonas con las que mejorar el suelo, depurar el aire y aumentar la biodiversidad.
Los árboles se colocaron de forma alterna de especies, «en una alineación que les venga bien a los dos, porque el pino piñonero va a crecer mucho y va a acaparar mucha copa por arriba, y el almendro, que es más pequeño, se queda abajo, pero va a dar una flor muy bonito y el día de mañana incluso almendrucos para comer», según detalló Miguel Ángel Martín, de Segovia por el Clima. Días antes, los organizadores inspeccionaron la zona para escoger el espacio en el que se realizaría la plantación, y posteriormente, desde el Ayuntamiento se marcaron los lugares. Además, el Consistorio de Campo de Cuéllar incluyó una manguera para el riego por goteo de los ejemplares, algo «muy importante, porque aunque plantes, si no lo riegas un poco, estos árboles en Castilla sufren mucho los primeros veranos».
También destacó el trabajo del Ayuntamiento en la selección de la planta, «que es bastante buena. Tanto los pinos como los almendros son de varias savias, tienen varios años, es una planta bastante seleccionada»; y en la iniciativa puesta en marcha por el Consistorio para apadrinar los árboles. Para ello se elaboraron unas fichas, tanto de los pinos albares como de los almendros, para conocer un poco más cada una de las especies, que se entregaron a cada uno de los participantes que quiso apadrinar un árbol, para lo cual se habían inscrito previamente. La idea es que en la parte baja de cada árbol aparezca el nombre de su padrino y que posteriormente, a lo largo de los meses y años se acerquen hasta el lugar y se preocupen del estado en el que se encuentran sus ejemplares, y al mismo tiempo «que esté un poco cuidada la zona».
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Esta es la última de las repoblaciones que pondrá en marcha esta temporada Segovia por el Clima, una asociación ciudadana de segovianos preocupados por el medio ambiente y las consecuencias del mal trato que se le está dando al planeta, que surgió para fomentar y apoyar la conciencia y el cambio en la sociedad. Desde el pasado mes de octubre se han desarrollado a través de la agrupación más de una docena de reforestaciones a través de las cuales se han plantado más de 3.000 árboles. Como se trata de una actividad que se celebra al aire libre, es bastante segura desde el punto de vista covid. La mayoría de las personas acudió con otros miembros de su familia y todos los participantes tuvieron que llevar la mascarilla, vigilando así todas las medidas marcadas por las autoridades sanitarias para evitar contagios.
La jornada comenzó con Martín explicando cómo realizar de forma correcta la plantación de las especies para que todos los árboles tengan posibilidad de sobrevivir. Posteriormente los participantes, entre los que se encontraba un buen número de niños, se dedicaron a plantar los árboles apadrinados, con su herramienta o con la cedida por Segovia por el Clima, que también llevó hasta el lugar azadas y palas para prestar a los voluntarios.
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Entre las indicaciones que ofreció, además de hacer el agujero más grande, también dejarlo más profundo, puesto que lo ideal es que el árbol quede un poco por debajo del nivel del suelo para que recoja el agua de la lluvia. «Aunque lleven un riego por goteo, siempre le viene bien se cae una tormenta o lluvia, el árbol lo va a aprovechar», señalando que no había que enterrarlo demasiado, puesto que si se deja mucho espacio y este se llena de agua, esa cantidad de más tampoco será buena para el ejemplar, más teniendo en cuenta que el pino piñonero y el almendro son árboles que no necesitan mucha agua, «son más bien un poquito de secano».
La ermita
La ermita de San Mamés es un pequeño edificio de una antigua construcción mayor, de la que únicamente queda la cabecera de ladrillo de la que parece ser era la iglesia parroquial del despoblado de Pelegudos. Esta cabecera, para su utilización como ermita, ha sido cerrada con piedra a la altura del arco triunfal, que cuenta con tres roscas apuntadas. El ábside, de estilo románico mudéjar, cuenta con dos filas de arcos de medio punto ciegos, bajo una fila de recuadros o casetones. En su interior se venera el denominado Cristo de San Mamés, una talla por la que los vecinos sienten una gran devoción que se transmite de generación en generación desde hace varios siglos. Muestra de ello es que cuenta con su cofradía, fundada en el año 1902.
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