Los niños de Cuéllar juegan a rodar el huevo

Lo primero que se hace es cocer el huevo, lo que hace años se realizaba con hierbas como la rubia, que tenía como finalidad que éste tomara color. Con el paso de los años, son los propios niños los que se encargan de adornarlos con sus pinturas y rotuladores, convirtiendo los huevos en pequeñas obras de arte.

Cada tarde, durante las jornadas de domingo, lunes y martes, los pequeños se reúnen en distintos lugares de la localidad, especialmente en aquellos donde haya alguna pendiente, con el fin de rodar los huevos que previamente están cocidos y decorados. Después llega el momento especial de la merienda, para lo cual en la villa se prepara 'la colación', que hace años estaba formada por un bollo blando, otro duro, una rosquilla de palo o pajarita, una rosquilla de yema, un trozo de chorizo y una fruta, además del huevo. Hoy en día esta colación ha ido variando, el huevo cocido se destina a rodar y para merendar se suele sustituir por uno de chocolate.

También cambian los bollos y demás viandas, pero lo que no varía es la ilusión de los más pequeños por disfrutar de esta tradición durante los primeros días de Pascua. Los chavales han pasado unas tardes estupendas.