Miles de moteros hacen «leyenda» en Segovia en su edición más internacional
Los vecinos de Cantalejo reciben el evento que cada año reúne la pasión por el motor como «una fiesta más» en el pueblo
Miles de aficionados a las motos han elegido por tercera, séptima o novena vez consecutiva cumplir con la cita motorista que cada año tiene lugar ... en Cantalejo. La concentración invernal La Leyenda Continúa asume una vez más el reto de pulverizar el récord de asistentes justo cuando celebra su décimo aniversario. También aspira a convertirse en un lugar de regreso para aquellos que visitan la provincia de Segovia por primera vez, que cada vez responden a un perfil más internacional.
Los vecinos de la comarca ya no se sorprenden al ver el humo y las llamas que nacen del pinar colindante con el recinto de El Hoyal en Cantalejo. Es un ambiente que envuelve a toda la población y que anuncia el rugir de las motos que acuden fieles a la llamada de La Leyenda. El recibimiento que dan los briqueros a los miles de inscritos a la concentración despierta las mejores expectativas. «Cada vez hay más colaboración y simbiosis entre el ambiente motorista y el del municipio», subraya el presidente del motoclub organizador, Mariano Parellada. «Es como una fiesta más en el pueblo», añade.
La respuesta a esta cálida bienvenida es positiva. «La gente madruga cada vez más y vienen antes», declara. Las actividades comienzan el jueves, que en esta ocasión ha sido «un día grande», pues acogió a más de 4.000 inscritos cuando la mayor afluencia tradicionalmente se observa en la jornada del viernes. Sin embargo, son decenas de personas las que levantaron su tienda de campaña a principios de la semana, lo que «nos hace pensar que seguramente se va a incrementar el número de participantes», se alegra. La pasada edición cerró con 12.800 asistentes, que se traduce en un aumento del 24% respecto a 2023. Son cifras históricas que han experimentado un notable repunte desde la pandemia y que se esperan rebasar a lo largo de este fin de semana.
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Entre los recién llegados hay muchos rostros nuevos. Los jóvenes alcarreños Guillermo y Marcos van a vivir la primera experiencia motera de la mano de sus padres, aunque sea yendo de «paquetes», bromearon. «Nos regalaron un cheque de gasolina y en algo lo teníamos que gastar», aseguraron. El plan inicial del viaje era familiar, aunque sabían que no iban a estar solos en su llegada. Nada más instalarse en el pinar compartieron un guiso de albóndigas con sus vecinos de acampada procedentes de Alcalá de Henares y Torrevieja. «Este es el espíritu de la concentración», remarcaron.
La familia Toro, de Tarragona, también debuta en esta aventura ayudando a levantar la tienda a otros aficionados moteros de Vitoria. «Nosotros llegamos el jueves y ya lo tenemos todo montado; nos pilló la lluvia encendiendo la hoguera y es cierto que ha hecho frío, pero sabíamos a lo que veníamos: sarna con gusto no pica», defendieron.
El encuentro tiene un carácter invernal y su seña de identidad es el frío, aunque el clima este año «será benévolo si nos respeta la lluvia», asegura Parellada. La misma opinión comparte un grupo de amigos y familiares originarios de Viana do Castelo, en Portugal. «Venimos huyendo de la lluvia de Galicia, aquí hace de maravilla», coincidieron. Es el primer año que participan en el evento briquero, pero no será el último. «Venimos porque es un ambiente muy tranquilo y familiar, lo que queremos es disfrutar», celebraron con entusiasmo pese a las seis horas de viaje y el más de medio millar de kilómetros recorridos.
Camaradería internacional
El portugués no es el único acento que se puede escuchar en la zona de acampada del Hoyal. Las banderas polacas, francesas y rumanas ondean junto a las húngaras, italianas o belgas, entre otras muchas nacionalidades que tienen destacada presencia en La Leyenda. «Lo que queremos es que los motoristas encuentren lo que esperan sin importar su origen», remarca Parellada. «Lo más importante es la camaradería y el buen ambiente, se trata de un punto de encuentro donde se comparten historias, risas, anécdotas y también algunas lágrimas», asevera.
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El segundo fin de semana de enero ya es una fecha marcada en el calendario por multitud de personas. Borja, vecino de Bilbao, reserva estos días para quedar con sus compañeros de Asturias. «Empezamos a venir a la concentración el primer año que se organizó, en 2016, y nos gustó tanto que ya venimos siempre», declaró. El plan que llevarán a cabo las próximas horas está claro. «Nada más llegar aparcamos las motos y a disfrutar», sostuvo. Lo mismo sucede con el Motoclub 2 Noches, que aprovecha la ocasión para reunir a sus miembros de Valladolid, Asturias, Madrid o Alicante.
La décima edición tiene preparados numerosos platos fuertes. Sobresale la entrega de reconocimientos a agrupaciones y personalidades, como es el expiloto profesional Fonsi Nieto. «Nos dijo que le hacía mucha ilusión», asegura el portavoz de la organización. Parellada hace hincapié a su vez en los desafíos, a los que se ha unido el equipo Etiquetadoras Marcpal, formado por seis valencianos que rescataron sus vespinos del lodo de sus garajes en Algemesí y no dudaron en ponerse en ruta hacia Cantalejo.
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