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«Cuando logremos abrir una brecha feminista, habrá cambios importantes»

«Cuando logremos abrir una brecha feminista, habrá cambios importantes»

Virginia Gómez está al cargo de la nueva Unidad de Igualdad, Género y Diversidad de la Diputación Provincial

lAURA lópez

Segovia

Domingo, 15 de marzo 2020, 18:39

Virginia Gómez es la nueva encargada de poner rostro y acciones a la igualdad en la provincia de Segovia, después de asumir su nuevo cargo de agente de la recién creada Unidad de Igualdad, Género y Diversidad de la Diputación, dependiente del Área de Asuntos Sociales. La Diputación de Segovia ya contaba desde hacía años con esta figura, pero este cargo era ocupado por diferentes personas de forma temporal, ya que dependía de subvenciones, y esto generaba inestabilidad a la hora de tomar medidas eficientes en el órgano de Gobierno. Por ello, y a raíz de la creación el año pasado del Consejo Provincial de Igualdad, que reunió a diversos agentes sociales y políticos en asambleas generales en dos ocasiones durante el 2019, surgió la necesidad de crear esta unidad, encabezada ahora por Gómez.

Según explica, una de las funciones de la unidad es, precisamente, coordinar este Consejo y hacer de él un órgano «vivo y dinámico» de forma que su actividad no esté limitada a las asambleas bianuales, sino que la comunicación entre instituciones y agentes sociales sea una constante. Otro de los objetivos es la formación en igualdad, la mayor apuesta de este nuevo departamento y en la que esta agente, que trabajó durante trece años como educadora social en los Centros Agrupados de Acción Social (CEAS) de la Diputación, cree firmemente. «Aclarar conceptos, desmontar prejuicios, clarificar bulos que niegan o disfrazan la realidad» son algunas de las metas a conseguir a través de talleres y actividades de formación, y abrir así lo que ella ha denominado una «brecha feminista». Para atajar un problema, «lo primero que hay que hacer es saber reconocer que existe», explica la educadora: «Cuando surja esta toma de conciencia y consigamos abrir una brecha feminista, va a ser ese canal por el que se va ir colando una serie de actitudes que consigan materializar los cambios importantes».

Un ejemplo de esta estrategia es la labor de formación llevada a cabo por la recién creada unidad la pasada semana, a través de unas jornadas que Gómez impartió a una veintena de alcaldes y concejales, que se apuntaron voluntariamente a los talleres. La agente valora como «muy positiva» la experiencia, ya que percibió que todos ellos «disfrutaron» de las charlas, e incluso se quedaron «con ganas de más». Los talleres consistían en exponer una serie de principios sobre la desigualdad de género, con cifras y datos sobre esta problemática, información sobre los antecedentes históricos del feminismo y algunas claves de cómo los ayuntamientos pueden hacer su aportación para ayudar a tomar esta conciencia social.

Para Gómez esto es especialmente importante porque, a su juicio, «no se puede intentar cambiar las instituciones o un sistema patriarcal si uno mismo no se lo cree», en referencia a los responsables de las administraciones públicas. Por ejemplo, la educadora animaba a los ayuntamientos durante las charlas a implicarse sobre Igualdad de la misma forma en que lo hacen con otras causas como el deporte, y cita el caso del piragüista David Llorente en Palazuelos del Eresma, localidad que ha conseguido hacer de este deporte su sello de identidad, de forma que los vecinos del municipio lo sienten como algo «suyo», a pesar de que muchos nunca hayan practicado tal actividad.

Sin embargo, Gómez reconoce que queda «mucho por hacer», ya que también percibió «ciertas estructuras de resistencia» durante la actividad impartida hace unos días. Según su análisis, los destinatarios de estos talleres acostumbran a reconocer que existe un problema, ilustrados por los datos que evidencian la existencia de la desigualdad de género y, sobre todo, percibe una especial inquietud en relación a los más jóvenes. Sin embargo, a la hora de ponerse «manos a la obra» para atajar el problema o emplear cierta terminología, como la palabra «feminismo», surgen ciertas dudas: «En cuanto se dice que aquello se soluciona con el feminismo, enseguida aparecen reparos», explica, como una connotación negativa de «feminismo radical» y otra serie de actitudes que son las que, en opinión de Gómez, «bloquean» la posibilidad de «acometer» cambios importantes.

«Cuando florecen estos sistemas de resistencia que tienen que ver con desmontar el sistema patriarcal, que es una obra de mucha envergadura, te das cuenta de lo bien instaladas que están las estrategias de este sistema para que nada cambie», ilustra la educadora. Por ello, uno de los temas que se abordan en los talleres es la perspectiva histórica del movimiento social por la igualdad, para que los destinatarios entiendan cómo surgió, qué ha conseguido y cómo ha llegado hasta nuestros días.

Ante la negación, los datos

Gómez también considera que para llevar a cabo estas labores de concienciación es de gran apoyo que exista en España un fundamento jurídico fuerte, que blinda la causa, y está materializado en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, firmado en 2017 por distintos grupos parlamentarios, independientemente «de sus colores políticos», apunta la agente. Ante la irrupción de la extrema derecha en España, que critica con dureza al movimiento feminista y cuestiona el citado texto, Gómez aboga por la información objetiva y el conocimiento: «Podemos hablar, todos tenemos derecho a opinar, pero igual que uno no se pone a opinar de cosas que no sabe, como de ciencia o medicina, porque no osa meterse en contenidos tan específicos, las cuestiones sociales también lo son, porque son campos de mucho estudio e investigación».

«Los salarios bajos tienen rostro de mujer»

Otra de las preocupaciones en materia de Igualdad son las del mundo laboral, que pasan por la precariedad, la brecha salarial o fenómenos como el «techo de cristal» o el «suelo pegajoso». Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la diferencia en tasa de empleo entre hombres y mujeres en Segovia fue del 11,67% en el cuarto trimestre de 2019, en la línea de provincias como Soria, Valladolid o Palencia. Según Gómez, esta desigualdad tiene mucho que ver con la construcción social y cultural de género que sitúa a las mujeres en la esfera doméstica, mientras que a los hombres se les atribuye la «productiva y social», un esquema que se refuerza por una situación de precariedad laboral feminizada. Esto es porque en las familias, a la hora de prescindir de uno de los salarios, es más probable que ella sea quien sacrifique su carrera profesional, porque cobra menos, según razona la agente.

Según un informe de UGT, el 69 % de las personas que cobraron el salario mínimo interprofesional eran mujeres: «Los salarios bajos tienen rostro de mujer», señala la educadora. La brecha salarial se situó en el 21,99 %. En la actualidad solo 36.809 mujeres acceden a los salarios más altos, frente a 105.807 hombres. Estos datos se explican mejor con las ciencias sociales, a través de las cuales Gómez destaca fenómenos como el 'techo de cristal', que explica la dificultad que tienen una mujer a la hora de promocionar en su carrera profesional por razón de su género. «A ellas se les exige que demuestren en mayor medida sus habilidades para ser tenidas en cuenta en los altos cargos», afirma. A esto hay que añadir el 'suelo pegajoso', que es la construcción social y cultural que dicta que las mujeres están más preparadas emocionalmente para los cuidados. Este esquema es el mismo que las cuestiona y las castiga si son ellas las que deciden anteponer su éxito profesional a la familia, mientras que, dice Gómez, en el caso de ellos «ni se les pregunta, ni se les plantea, ni se les cuestiona». La educadora ve muy positiva la medida de aumentar el salario mínimo interprofesional hasta los 950 euros, puesto que las mayores beneficiarias serán las mujeres, y aboga por potenciar medidas como las negociaciones colectivas o los planes de igualdad en empresas.

La educadora también explica que existen múltiples observatorios llevados a cabo por organismos independientes y del propio Gobierno que arrojan los datos aplastantes que evidencian realidades tan brutales como la violencia de género. Pone de ejemplo la cifra de quince mujeres asesinadas a manos de su pareja en lo que llevamos de 2020. Según apunta la educadora, se puede observar que esta cifra no difiere de las registradas años atrás en estas fechas (en 2006, 2007, 2011 o 2014 también fueron quince), lo que quiere decir que la situación no mejora.En opinión de Gómez, este extremo no se debe a que la normativa actual no sea la adecuada, puesto que, según apunta, se trata de textos alabados internacionalmente por «integrales y avanzados», sino que no se aplican correctamente y no se materializan en la realidad.

En la provincia de Segovia, a pesar de que, según celebra la agente, hace varios años que no se lamentan víctimas mortales, esta violencia sí está presente, tal y como reflejan otros datos. En 2019, se registraron 322 denuncias por violencia machista en la provincia, el teléfono de asistencia 016 recibió 200 llamadas pertinentes por los mismos motivos y se impusieron 42 órdenes de protección al respecto. Además, actualmente hay 171 casos activos dentro del Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior. De estos, 19 son de riesgo medio y uno, de alto.

Una de las misiones de la Diputación en materia de igualdad es la de llevar a cabo esta formación fuera de la capital, a los municipios más pequeños, una labor que Gómez, desde su experiencia como educadora social en los CEAAS de la Diputación, califica de esfuerzo titánico. Por ello, los trabajadores de los CEAAS, según la educadora, «mueven montañas» para sacar adelante eventos como los organizados recientemente con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en localidades como Cuéllar, Prádena o Cantalejo, algunos de los cuales han sido suspendidos tras la alarma sanitaria del coronavirus.

Gómez considera que es muy importante esta labor para acercar la causa al medio rural, puesto que la realidad de las mujeres en estos municipios es muy diferente a la de la población de la capital: «Ni mejor ni peor, es diferente», apunta. La educadora también destaca la solidaridad de los vecinos de los pueblos, que ponen sus recursos como el transporte a disposición de los vecinos para que tales actividades puedan llevarse a cabo. «La gente clama por la necesidad de aumentar los recursos destinados a este tipo de iniciativas».

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