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Ángel Velasco 'Lin', con su familia tras ganar con Palma Futsal la copa Intercontinental. Palma Futsal
Ángel Velasco 'Lin' | Jugador del Palma Futsal

«Los jóvenes vienen fuerte, pero yo sigo ahí dando la talla»

El segoviano repasa tras ganar la Intercontinental con el Palma Futsal su longevidad: «Nunca pensé que iba a llegar a los 39 como he llegado»

Miércoles, 12 de noviembre 2025, 18:30

Ángel Velasco Marugán 'Lin' (Segovia, 16 de mayo de 1986) ha ganado con el Palma Futsal una Intercontinental veinte años después de levantar la primera ... con Inter. La longevidad del cuidado físico y una pasión que no caduca. Y la ilusión de un nuevo proyecto, el balear, que ha ganado las tres últimas Champions sin un solo título nacional.

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–¿Qué valor le da a este título?

–Muchísimo. Ganar nunca es fácil. Fichar por el Palma es algo increíble; encima, llegar y lograr un título es inimaginable.

¿Por qué dijo que sí a Palma?

–Porque es el mejor equipo del mundo. ¿Cómo voy a decir que no? El proyecto es ambicioso y mi familia estaba de acuerdo.

–¿Qué aporta usted a su edad?

–Buena pregunta. Sobre todo, veteranía. Son 39 años y me encuentro bastante bien físicamente, está mal que yo lo diga. Quizás hay un poco de respeto, de imagen, de ver a un jugador de mi edad peleando, intentando dejar siempre el máximo. Eso se lo inculco a algunos jóvenes y otros que son grandes cracks aquí.

–¿Por qué se encuentra tan bien físicamente?

–Llevo muchos años cuidándome. He tomado muy en serio la alimentación y el descanso. Con los niños, mi mujer soporta más carga, lógicamente. Y el trabajo que hay por detrás. Si no hay entrenamiento, hago mis cositas. Aunque estés bien, me gusta pasar por fisios. Soy un afortunado, tendré que agradecer a mis padres cómo me han hecho. Que apenas haya tenido lesiones y me encuentre a este nivel no solo es trabajo, sino suerte y genética.

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–¿Esperaba seguir jugando tanto tiempo cuando empezó?

–Pues no. Y creo que es algo que me mantiene vivo. Cuando tienes 28 ya vas pensando que es difícil aguantar. Tienes compañeros de 34 o 36 que están ahí, al pie del cañón. Siempre dices: «Buah, yo no llego». Cada año, mi meta ha sido un año más. Así llevo desde los 30, contratos de uno o dos años. Nunca pensé que iba a llegar a los 39 años como he llegado, pero mi mentalidad es la misma. Este es el último año, tengo que dar lo máximo porque esto se acaba. Y así llevo muchos años.

–¿Cómo se organiza una vida familiar sin saber qué va a hacer al año siguiente?

–Esto es lo que más me cuesta. Llevo muchos años lejos de Segovia. Siempre he encontrado estabilidad, pero muy lejos de Segovia: en Barcelona, en Rusia, en Sevilla. Y es súper importante que todo esté bien. Si flojeas en casa, se nota en la pista.

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–¿Qué le motiva para seguir?

–Es mi pasión, lo que llevo haciendo toda mi vida, lo que se me da bien. Los jóvenes vienen fuerte, pero yo sigo ahí dando la talla. Me motiva ser veterano y seguir estando como estoy.

–¿Cómo se compite contra gente 15 años más joven?

–Igual que cuando tenía 25 años. Intento luchar más que ellos. Lo normal es decir que este es el veterano, el mayor, el joven va a correr más. Pues no. Tengo algo a favor: la experiencia. Sé muchas situaciones que van a pasar en el campo. Es un aprendizaje de 21 años. Como cualquier trabajo, todo se acaba repitiendo.

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UNA MOTIVACIÓN INAGOTABLE

«Es mi último año, tengo que dar el máximo porque esto se acaba. Y así llevo desde los 30»

–¿Se aprende más de las victorias o de las derrotas?

–De las derrotas. Cuando tú ganas, trabajo bien hecho, se acabó, pero cuando pierdes, tienes que estudiarte a ti mismo.

–¿Cuál ha sido la derrota que más le ha enseñado?

–He tenido bastantes, por suerte. El descenso con el Betis no fue una derrota, sino muchas. Te hacen experimentar momentos que nunca había vivido. Te llevan a otro nivel, te hacen madurar. No puedes pensar que eres el mejor, siempre hay gente mejor que tú.

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–¿Qué se siente ganando?

–Es una alegría tremenda. Cuando se gana, todo está bien, aunque muchas veces no es así.

–¿Es un arma de doble filo?

–Como se suele decir, la mierda sigue debajo del sofá. Los grandes equipos y jugadores miran qué está mal en las victorias.

–¿Hay victorias que no le han satisfecho?

–Ha habido títulos en los que he sentido que podía haberlo hecho mejor. He sido a veces demasiado exigente conmigo mismo.

EL PRECIO DE LA ÉLITE

«Lo que quieres es ganar, esa exigencia no te deja vivir muchos momentos como te gustaría»

–¿Se achaca no haber disfrutado suficiente?

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–Sí, mucha gente lo dice. ¿Estamos para divertirnos? En el mundo de la élite lo que quieres es ganar. Disfrutas momentos, pero en muchos otros es muy difícil. Esa exigencia no te deja vivirlos como te gustaría. Aunque ganes, a veces no disfrutas del camino.

–¿En qué es mejor que antes?

–En cuidarme. Mentalmente, ahora se ha puesto muy de moda. Tienes que autoexigirte, analizarte, serte sincero. La alimentación, el descanso… Cuando eres joven, tu cuerpo puede con todo, da igual si bebes Coca-Cola o te comes una hamburguesa. Hoy en día, no. Lo tengo muy inculcado.

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–¿Hasta cuándo seguirá?

–No sé cuándo me retiraré, nunca me he puesto fecha. Lo que sí hago es exigirme como si este fuera el último partido, el último pabellón que voy a visitar. El día que llegue no me arrepentiré de nada.

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–¿Tiene miedo a ese día?

–No. Ha estado cerca en alguna que otra ocasión y ya lo he visualizado. Será difícil porque dejas de hacer lo que llevas haciendo 21 años, pero mentalizado ya estoy, que es lo más importante.

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