Las intervenciones por tráfico de droga se multiplican por cuatro en Segovia en lo que va de año

Los malhechores tratan de que el «negocio» no decaiga y durante los meses de alerta sanitaria han desafiado a la propia crisis de la covid y a las limitaciones de movilidad, a los cierres perimetrales y al toque de queda.

Las operaciones de la Guardia Civil y de la Policía Nacional han fructificado en un considerable aumento de las infracciones penales tramitadas por tráfico de droga. Este tipo delictivo penal se ha disparado trimestre tras trimestre en lo que va de 2021. Entre enero y marzo ya se gestionaron una docena de delitos penales por tráfico de drogas (la mitad en la capital), lo que significó multiplicar por seis las dos infracciones penales contabilizadas en el mismo periodo de 2020.

A esta operatividad hay que sumar los trece casos denunciados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el segundo trimestre del presente curso. En total, 25 infracciones gestionadas a lo largo de la primera mitad del año, más de cuatro veces más que las registradas en el mismo periodo de tiempo de 2020 y tres más incluso que las que se contabilizaron en el primer semestre de 2019, cuando no existía la pandemia ni imperaban las medidas de prevención y control de la covid.

El narcotráfico ha buscado sortear los cierres de la movilidad y de las fronteras territoriales entre comunidades e incluso entre provincias. Así, este tipo de delincuencia ha optado en varios casos también por la producción, lo que explica el aumento paralelo experimentado en las intervenciones policiales para atajar el tráfico de estupefacientes, y en particular el menudeo consistente en la venta a pequeña escala.

Han abundado las operaciones en las que se han incautado plantaciones caseras de cannabis, ya fuera en domicilios particulares o locales como al aire libre, en parajes naturales de difícil acceso incluso donde los delincuentes montaban sus tiendas de campaña y cultivaban sus plantas para su posterior tratamiento y comercialización. Este 'modus operandi' también entrañaba más riesgo y una mayor exposición de los delincuentes.

El decaimiento del segundo estado de alarma incitó a los ladrones a asaltar casas y establecimientos y otras propiedades. El balance de Interior sobre la criminalidad acumulada en el primer semestre del año también refleja un aumento de los robos con fuerza en domicilios, que suben casi un 43% con respecto al año pasado y que se acercan a los cometidos en 2019.

Entre enero y junio se contabilizaron noventa infracciones penales de este tipo, cuarenta en el primer trimestre y cincuenta en el segundo. Los robos con fuerza en locales también se han incrementado en los seis primeros meses de este 2021 en un 30%.