Mónica Rico.

Cuando el instituto es un castillo

CUÉLLAR ·

La fortaleza de la villa, sede del centro Duque de Alburquerque, ha requerido ampliar el número de clases de primero de ESO debido al pequeño tamaño de las aulas

MÓNICA RICO

Cuéllar

Martes, 15 de septiembre 2020, 17:15

Más de setecientos alumnos de Secundaria y Bachillerato de la comarca de Cuéllar comenzaron ayer el curso en los institutos Duque de Alburquerque y Marqués de Lozoya. En el primero de ellos, que se ubica en el castillo de la localidad, la mañana fue «un poco ajetreada», en palabras de su director, Javier Luna San José, quién señaló que se habían notificado ausencias de algunos alumnos que habían dado positivo por covid.

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Los 400 alumnos de ESO y Bachillerato y los 58 docentes del centro con sede en la fortaleza accedieron con normalidad a las aulas, aunque con algunas novedades, como la entrada escalonada. Así, los alumnos de ESO entraron antes de las 8:30 horas, horario que mantendrán el resto del curso, mientras que los de Bachillerato lo hicieron a las 8:35 horas. Aquellos que acudían por primera vez al instituto, es decir, los estudiantes de primero de ESO, accedieron por la zona del gimnasio del centro, en horario escalonado de 8:30 a 8:45 horas, aunque a partir de hoy lo harán como el resto de alumnos, por el patio de armas, donde se ha habilitado un cordón con tres bocas de entrada. «Hay tres vías de acceso, dependiendo a la clase a la que vayan los alumnos, para que no se formen aglomeraciones», explicó Javier Luna, que detalló que todas las instrucciones y medidas sanitarias e higiénicas a tener en cuenta se enviaron con anterioridad a los padres y a los alumnos a través de correo electrónico.

En los próximos días, los alumnos de ciclos de Electricidad y quienes a primera hora tengan Educación Física o Laboratorio, entrarán al centro por la puerta de la Huerta del Duque, mientras que el resto lo harán por el acceso principal de la fortaleza, en el patio de armas. En todos los casos se pide a los alumnos que pasen sin formar grupos, manteniendo las distancias de seguridad. Además del material escolar, que no se podrá compartir, cada alumno debe portar un kit consistente en una bolsa con dos mascarillas de repuesto, un bote pequeño de gel hidroalcohólico, una bayeta, un bote pequeño de alcohol o producto de limpieza sin lejía y un paquete de pañuelos de papel. Además deben llevar el almuerzo en una bolsa con cierre hermético. En el centro se han eliminado todas las máquinas de 'vending' –este instituto no tiene cafetería–.

También se prohíbe el uso de las taquillas existentes en el centro, con el fin de evitar aglomeraciones, y se ha tenido en cuenta que apenas habrá movilidad entre aulas, por lo que los alumnos tendrán sus objetos personales en su clase.

Unas clases donde se han distanciado las mesas 1,5 metros, y donde se han instalado geles hidroalcohólicos y desinfectantes. Luna también destacó que se ha aumentado la limpieza de los baños, que se realizará tres veces al día, y todas las aulas se limpiarán cada vez que se realice un cambio de clase, aunque estos serán los mínimos.

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Debido a las peculiaridades del centro de estudios, que se ubica en el castillo, la mayoría de las aulas son de pequeño tamaño, por lo que ha habido que ampliar las clases de primero de ESO de tres a cuatro, con el fin de poder mantener la distancia de seguridad. La mayoría de las aulas son irregulares, lo que ha dificultado las labores de separación de mesas. Respecto a los recreos, indicó Luna, han reducido su duración a 15 minutos, «que es el tiempo mínimo de contagio». Así los alumnos saldrán de sus aulas de 10:15 a 10:30 y de 12:15 a 12:30 horas y lo harán en dos zonas diferenciadas: por un lado, el patio de armas y, por otro, el patio sur, donde se sitúan las canastas de baloncesto. Se han asignado grupos a cada una de las zonas.

En el caso del Instituto Marqués de Lozoya, el curso se ha iniciado con 350 alumnos de Secundaria y Bachillerato, y medio centenar de profesores. En la primera jornada, se centraron en la vigilancia del cumplimiento de los protocolos, especialmente en los pasillos y en los cambios de clase, así como en momentos puntuales. En este caso no hubo entradas escalonadas, sino que todos los alumnos accedieron a sus clases a las 8:30 horas, aunque lo hicieron a través de diferentes accesos e itinerarios a los distintos edificios. En este caso se realizan entradas por la carretera de Olmedo y por la de Valladolid.

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El recreo se realiza en un único horario, aunque sí se ha optado por dividir los espacios exteriores por zonas para la utilización de cada área por distintos grupos y así evitar aglomeraciones.

En ninguno de los dos centros habrá actividades extraescolares ni complementarias durante este primer trimestre, tal y como marcan los protocolos de la Junta.

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