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La provincia estrenó ayer el nivel 3 de alerta en Castilla y León sin grandes cambios en el día a día de los segovianos. Unas ... restricciones algo más suaves que durante la última semana en cuestión de aforos o la posibilidad de poder desplazarse sin motivo justificado a las provincias de León y Salamanca (además de Ávila) que no supusieron un mayor alivio para los vecinos y trabajadores de la provincia, que en líneas generales desarrolló sus actividades diarias en condiciones muy similares a las de los días previos.
La hostelería, el principal sector económico de Segovia, apenas notó el cambio de fase. «Apenas nos afecta», declaró el presidente de la agrupación de hosteleros segovianos Aihs-Hotuse, Jesús Castellanos. No obstante, y pese a contar aún con una parte importante de sus plantillas en ERTE, la mayor parte de los establecimientos hosteleros ya ha abierto sus puertas a la espera de que las restricciones sigan suavizándose para intentar salir del socavón que ha provocado la pandemia en el sector.
Para ello, esperan la apertura con la Comunidad de Madrid o que se retrase el toque de queda hasta las doce de la noche. Son las dos medidas que la hostelería reclama para empezar a trabajar a buen ritmo. Aun así, nueve de cada diez establecimientos hosteleros de la provincia ya han subido la verja, mientras que en la capital, después de que ayer lo hicieran por primera vez en semanas algunos de los más grandes y conocidos, el porcentaje de negocios hosteleros abiertos alcanza ya el 80%. «En los pueblos ahora funcionan mejor porque tienen más clientela fija y no dependen tanto del turismo», señala Castellanos.
Pese a haber reabierto ya la mayoría y contar con aforos en el interior y en terrazas de hasta el 75%, las perspectivas para el puente «son horrorosas». No esperan turistas y tan solo confían en que la respuesta de los segovianos vuelva a ser tan buena como el fin de semana pasado. Por el momento, y sin apenas servir cenas por el toque de queda, el sector sí que aprecia un pequeño cambio de hábitos en los segovianos. «Ahora salen antes a tomarse las cañas el café. Antes, entre las cinco y las siete de la tarde teníamos un pequeño parón. Ahora, a las seis la gente ya empieza a venir a las terrazas», señala el presidente de la Aihs-Hotuse. Por las mañanas, sin embargo, notan que el teletrabajo les ha quitado un número importante de clientes habituales.
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