Hermoso de Mendoza sale a hombros de la plaza de toros de Cuéllar. D. M.

Hermoso de Mendoza corta dos orejas y sale por la puerta grande de Cuéllar

Leonardo Hernández y Adrián Venegas tuvieron menos suerte durante la tercera cita de la Feria de Cuéllar

DAVID MUÑOZ

Cuéllar

Martes, 30 de agosto 2022, 22:09

Leonardo Hernández abrió plaza con Artillero, un bonito negro listón que manseó desde la salida, buscando constantemente los chiqueros y la puerta de entrada del ... encierro. No pudo lucir el extremeño realizando casi todas las suertes a la grupa. Destacar su labor a lomos de un caballo perla y dos banderillas cortas al violín. Buena labor de su peón de confianza aunque se echó en falta que alguna vez Leonardo sacara al toro de la querencia. Necesitó varios pinchazos para que se echara su oponente. Silencio. Con el cuarto estuvo irregular, intercalando momentos de brillantez con numerosos fallos a la hora de clavar. Un gran par de banderillas a dos manos fue lo más destacado de la faena. Innumerables pinchazos con el rejón de muerte hicieron enfadar a los tendidos. Pitos.

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Guillermo Hermoso de Mendoza poco pudo hacer con el manso Espartero. A lomos de Berlín, puso cuatro banderillas de dentro a fuera. Posteriormente a lomos de Corsario, puso cuatro banderillas cortas en lo alto. Tras pinchar en su primer intento, mató a su oponente con un rejón trasero y un golpe de descabello. Palmas. Faena importante y muy torera del navarro a lomos de Disparate, con el que mostró muy buena compenetración, toreando a caballo, por dentro, por fuera, girando en la cara del toro. Remató la faena con Esencial para poner tres rosas y banderillas a dos manos. Un rejonazo trasero y un descabello acabaron con su oponente, el mejor de la tarde. Dos orejas y puerta grande.

Adrián Venegas intentó lucirse ante el manso Lumoleto. Un solo rejón de castigo para dar inicio a la faena. Posteriormente sacó a Picasso para poner dos buenas banderillas y llenó de palmas el tendido a lomos de Colacao, estando dos veces a punto de ser derribado. El toro perdió las manos cayendo a escasos metros del astado, por fortuna sin consecuencias. Dos cortas con Calimero para intentar calentar al público, un rejonazo y varios pinchazos con el descabello dejaron la labor sin trofeo. Deslucido inicio de faena con el último, un manso de libro que barbeó las tablas buscando la salida y la puerta del encierro. Con Picasso lució en banderillas, conectando mucho con los tendidos. Con Calimero puso nuevamente banderillas levantando los aplausos del público. Volvió a fallar repetidas veces con el rejón de muerte perdiendo un posible trofeo. Vuelta al ruedo.

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