El granito del Acueducto procede de canteras de Ortigosa, La Granja, Valsaín y el barrio de San Lorenzo

El pasado verano, coincidiendo con los mismos días para compartir el uso de una grúa alquilada para el efecto, un equipo formado por los arqueólogos Néstor Marqués y Miguel Fernández cogió muestras de la construcción romana a través de un escáner de rayos láser y fotografías, mientras que los geólogos José Mediato y Javier Martín, del IGME, tomaban pruebas de los sillares con rayos Xy un microscopio óptico. El estudio acerca de la composición de la piedra de la que está formada el Acueducto tenía como objetivo saber la composición del material de construcción para clasificar qué tipos de granitos fueron utilizados en su levantamiento y posteriores restauraciones y fijar así su lugar de procedencia. Para ello, con un equipo analizador portátil de fluorescencia, se dispararon rayos X a la piedra, con el fin de identificar los elementos químicos que componen la roca, e inspeccionaron el mismo material con un microscopio óptico digital, que permitió observar en detalle la textura de los cristales, los minerales y el estado en que se encuentran. En total se tomaron cinco medidas de 142 sillares del Acueducto, que resultaron en más de 700 análisis puntuales.

Los datos se compararon más tarde con los extraídos en las posibles canteras de suministro y que, según se sospechaba, están ubicadas en diferentes puntos de las inmediaciones de la ciudad. La concejala de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento, Clara Martín, explica que, con aquel análisis, se identificaron tres zonas extractivas: El 55% de las piedras analizadas proceden de la cantera del Berrocal, situada en Ortigosa del Monte; el 32%, de la cantera ubicada en las localidades de La Granja y Valsaín, y el resto, de diversos lugares, sobre todo del entorno de San Lorenzo y La Lastrilla (zona de Venta Magullo).

La caracterización petroquímica de las piedras es básica para conocer sus componentes y analizar los factores de deterioro del granito, que son diferentes en función del tipo de minerales. Esto será especialmente útil para futuras actuaciones. Sobre posibles próximas intervenciones, Clara Martín informa de que este año solo está prevista la retirada de algún tipo de vegetación que, a largo plazo, puede dañar la estructura del monumento. Hay otros que no tienen incidencia, como los líquenes, que lejos de deteriorar la piedra, funcionan como una película protectora.

El equipo especializado en tecnología aplicada al patrimonio que trabajó el pasado mes de agosto en el Acueducto tomó una documentación lo más detallada posible del monumento para crear una réplica digital hiperrealista. Para ello, los especialistas captaron 250 muestras con un escáner que funcionaba como una estación de topografía: lanzaban un rayo láser millones de veces contra un cristal, que lo distribuía 360 grados, para registrar las medidas y distancias del monumento y su relación con los edificios de alrededor. Después, esta combinación de miles de millones de puntos se han reproducido en el ordenador y, una vez cruzados con la textura y el color aportados por las fotografías tomadas desde todos los ángulos posibles de la construcción, han ayudado a generar un modelo 3D «perfecto» del monumento.

La documentación digital tenía tal resolución, que los archivos eran muy pesados, por lo que fueron entregados a finales de año a la Concejalía de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento en varias partes, según relata Clara Martín. El resultado ha sido la obtención de un modelo 3D de la totalidad del Acueducto a una resolución menor y la información relativa a cada una de las pilas de forma individualizada, a máxima resolución. En total, se obtuvo aproximadamente un terabyte de datos. Actualmente, la principal utilidad que se ha dado a este modelo es el análisis de las partes y recovecos menos accesibles del monumento, desde el ordenador, sin necesidad de una grúa, lo que será muy útil para futuras intervenciones o estudios arqueológicos.

Otro de los usos interesantes de este proyecto será repetirlo dentro de mucho tiempo, para observar cómo ha sido la evolución de la construcción, al milímetro. Esto no será hasta dentro de ocho o diez años y, para entonces, se espera que la toma de muestras sea aún más sencilla porque existirá otra tecnología mucho más avanzada. «No hay más que pensar que, en los años noventa, cuando se restauró el monumento, también se hizo un estudio de fotogrametría, y se usó una tecnología que ahora mismo está totalmente obsoleta», explica Martín.

La técnica utilizada también permite la realización de réplicas a escala menor. Esto fue lo que ocurrió en 2019 con la Virgen que había colocada precisamente en la hornacina del Acueducto. Con la misma tecnología, se creó un modelo 3D «fiable al cien por cien» y después se sacó una réplica del mismo tamaño con resina. «Pero, claro, no es lo mismo hacer eso con una escultura de la Virgen que con todo el Acueducto», expone Clara Martín, que no descarta que algún día la puedan realizar a pequeña escala, como una especie de maqueta: «Los recursos didácticos que se pueden crear son numerosos», añade.

El próximo paso para la divulgación de este modelo 3D de forma que pueda servir a los ciudadanos para conocer un poco más esta joya de la Antigüedad sería disponibilizar en abierto la visualización de la réplica virtual, algo que el Ayuntamiento valorará más adelante, una vez que la página web municipal acabe de actualizarse y estudien cómo pueden insertarlo en ella. «De momento es documentación que sirve para trabajar a nivel interno, pero si podemos darle un uso para la difusión, bienvenido sea, tenemos que verlo aún», subraya la concejala.