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Ambiente en uno de los actos del festival Femuka en El Espinar. Eduardo Redondo

Femuka celebra bajo la lluvia una nueva edición de su festival

El mal tiempo no frena la música de las bandas ni sus actuaciones, ni afea el buen ambiente imperante en El Espinar durante el fin de semana

Eduardo Redondo

El Espinar

Lunes, 1 de julio 2024, 11:48

El Festival de Música Callejera (Femuka) de El Espinar tiene una magia especial, una energía que cada año reúne a cientos de personas llegadas de ... distintos puntos del mundo para disfrutar de tres días de música y teatro en la calle. Este pasado fin de semana se celebró una nueva edición, que arrancó en la tarde del viernes con su presentación oficial en el paseo del Salón de la capital segoviana. Hasta allí se trasladaron algunas de las bandas callejeras más emblemáticas del país como Brincadeira, La Nouvelle Helmantique o Gata Brass Band para realizar un pasacalles. Uno de los momentos más especiales fue el nombramiento de Javier Lechago García como 'Musicallejero 2024', Trombonista de origen, ejerce de director de la Banda de Música de El Espinar y de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Amaniel, de Madrid, entre otros méritos acumulados en su dilatada trayectoria musical.

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De él, la organización del evento destaca «sus horas de calle» y el carácter pedagógico que atesora, amén de su labor en general en pos de la difusión musical y en particular, en la escuela espinariega. Es uno de los artífices de que esta entidad cuente hoy con más de 400 alumnos cursando estudios o que los miembros de la banda se hayan multiplicado exponencialmente desde su llegada.

Los actos centrales del festival, como ya es costumbre, tuvieron lugar el sábado y el domingo en el núcleo de La Estación, decorado por sus vecinos para dar color a esta fiesta. Miles de metros de lana tejida por 'Las Tejedoras', un grupo de voluntarias, en su mayoría mujeres, cubrieron todos los rincones de la población para convertirse en otra parte fundamental de la fiesta promovida por El Puntillo Canalla, junto con el soporte económico del Ayuntamiento de El Espinar y la Diputación, organizadores de este festival que se ha convertido en un hito turístico en toda la sierra de Guadarrama.

Algunas actividades como el paseo ciclista tuvieron que ser suspendidas por las inclemencias meteorológicas que en forma de lluvia estropearon la mañana del sábado. Sin embargo, el agua no empañó en ningún momento la alegría de las bandas y batucadas a la hora del vermú. Mercadillos, camionetas gastronómicas, malabares para niños y adultos, talleres infantiles, espectáculos de circo y juegos de rol fueron algunas de las actividades en las que pudieron participar los asistentes. «El secreto del éxito de este festival está en la fuerte implicación de los vecinos y el carácter intergeneracional de la fiesta, teniendo como eje central la música; pero sin olvidar otras propuestas medioambientales, culturales, deportivas o gastronómicas», explican representantes de la organización.

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Este acontecimiento sirve de altavoz para reivindicar el papel de los pueblos y su interés e implicación en la promoción cultural, y en este caso concreto de la música. La cita también hace sitio al medio ambiente, el reciclaje, el baile o el deporte. En general, se trata de unas jornadas intergeneracionales en las que todos los públicos tienen su lugar y su importancia. Con la caída de la noche del sábado se vivió uno de los momentos más esperados, los espectáculos de las diferentes bandas.

El frenesí continuó ayer con nuevas actuaciones, actividades y mucha música. Ya por la tarde, un brindis colectivo despidió la edición, que de nuevo cumplió con las expectativas del publico.

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