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Don Felipe ha vuelto, después de muchos años, a unos de sus rincones favoritos: el restaurante La Portada del Mediodía, en Torrecaballeros. Lo hizo con motivo del decimoquinto aniversario de la muerte de su querido amigo, el comandante Ramiro Miguela, que falleció en junio de 2004, a los 41 años, a consecuencia de un cáncer. Minguela, profesor de la Academia de Artillería, fue compañero del entonces príncipe de Asturias en la XLIV promoción de la Academia General Militar de Zaragoza. El rey almorzó este sábado junto a otros compañeros de esa promoción (algunos de ellos ya con relevantes cargos dentro del Ejército), la viuda y los hijos de Minguela, en el mismo restaurante donde tantas veces habían acudido juntos y en el que don Felipe y doña Letizia celebraron su despedida de solteros en 2004. Minguela también participó aquel año en Segovia en la celebración del vigésimo aniversario del ingreso del príncipe en la Academia General Militar de Zaragoza, en un almuerzo que tuvo lugar en la sala de la Galera del Alcázar, y estuvo entre los invitados a la boda del príncipe y Letizia Ortiz, el 22 de mayo de 2004, en el Palacio Real de Madrid. El militar segoviano falleció semanas después. Su funeral, que tuvo lugar en el Academia de Artillería de Segovia el 26 de junio, fue el primer acto público en el que participaron los príncipes de Asturias nada más regresar de su luna de miel.
El rey pasó el sábado unos momentos agradables en el restaurante que dirige Gregorio Rico, que tan bien conoce por haber sido muy frecuentes sus visitas antes de acceder al trono. Felipe VI departió con la plantilla de trabajadores y recordó los momentos de alegría que en este lugar pasó junto a Ramiro Minguela y otros compañeros. Después, regresó a Madrid.
«Ha sido una reunión íntima y entrañable, entre compañeros de promoción y los familiares de Ramiro. Primero degustaron un aperitivo y después accedieron al comedor, donde pasaron un rato muy agradable y almorzaron el típico menú segoviano, sencillo pero delicioso», desvela Rico. Es la primera vez que don Felipe visita Torrecaballeros siendo rey. «Cuando era príncipe recuerdo haberle atendido al menos en siete ocasiones. Para nuestra casa, que venga así, de manera privada, con un grupo de amigos, es algo muy grande», afirma el restaurador segoviano.
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