Un exposición repasa tres décadas de encierros en Cuéllar
La peña taurina El Encierro recuerda en una muestra cómo han cambiado los traslados y carreras que se celebran en la localidad
Cuadros, esculturas, carteles, fotografías y otros elementos se pueden ver estos días en la sacristía de San Francisco, donde la peña taurina El Encierro realiza ... un recorrido por los últimos 30 años de historia y evolución de los traslados y carreras que se celebran en la localidad. A través de textos se narran curiosidades y cambios, acompañados de obras de arte propiedad de la peña, que, tras tres décadas de exposiciones, ha ido recopilando un interesante fondo que llamó la atención de los asistentes a la inauguración. Entre ellos, el alcalde de la villa destacó algunas imágenes significativas, como una que muestra la suelta con un caballo, tres personas y un vehículo; una gran diferencia con respecto a la actualidad, en la que cientos de vecinos y jinetes participan en este espectáculo. También se recordó la popularidad de las capeas o la antigua entrada del encierro, reflejada en las fotografías de 'Bias' que forman parte de la muestra.
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Es un recorrido por tres décadas de evolución del encierro y de intensa actividad para la peña, repleto de jornadas taurinas, encuentros con ganaderos, profesionales, corredores, toreros, artistas, viajes, exposiciones, publicaciones y reuniones. En estos treinta años, El Encierro ha acercado a Cuéllar a más de un centenar de protagonistas: ganaderos, mayorales, toreros, corredores y organizadores, entre otros.
Las paredes de San Francisco se llenan de recuerdos, anécdotas, curiosidades e información, que comienza en 1993, cuando la masificación del encierro se hizo patente. Ese año, de las 24 reses que salieron de los corrales, solo 14 llegaron a las calles. El miércoles, los corredores se retiraron al paso del encierro y los vecinos se manifestaron en la plaza de toros y en la Plaza Mayor.
En 1994 se aprobó una nueva ordenanza de los encierros, que limitaba el número de caballos y regulaba su organización. Ese año participaron solo 13 jinetes. Dos años después, los encierros se igualaron en número de reses, ya que hasta entonces el domingo se encerraban siete y el miércoles, cinco. También se recuerda 1996, cuando ninguno de los novillos de Pablo Romero llegó a las calles de Cuéllar; o el año siguiente, cuando se consiguió que un encierro del mismo hierro y edad volviera a celebrarse, algo que ahora es habitual.
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Tampoco podía faltar el recuerdo al año 1999, cuando se celebró el quinto centenario de la ordenanza de los encierros y se añadió un quinto encierro al ciclo festivo, tradición que aún se mantiene. Ya en los años 2000 se destaca cómo todas las reses encerradas pasaron a lidiarse en su totalidad por la tarde durante la feria taurina. Llamaron especialmente la atención 2004 y 2009, los únicos en los que todos los toros y novillos de cada encierro llegaron al recorrido urbano. Otros hitos reflejadosson la aprobación de una nueva ordenanza en 2013; la estimación de participación de 700 caballistas en 2015; o la reducción a 20 jinetes en la suelta del 2016.
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