El envejecimiento de la plantilla de la prisión de Segovia condiciona su vacunación
La tercera ola de la pandemia ha sido menos virulenta y ha dejado, de momento, quince bajas por positivos y otras tantas cuarentenas
Solo en enero se jubilaron tres trabajadores del centro penitenciario de Segovia. El año pasado fueron diecisiete los que se retiraron tras cumplir la edad ... estipulada, además de dos empleados que fallecieron y tres que se marcharon en comisión de servicios. La plantilla de la cárcel de Perogordo «está envejecida», sentencia el responsable de Acaip en la provincia, Javier Albertos. El diagnóstico de la elevada media de edad que presenta el DNI del personal de la prisión condicionará la campaña de vacunación, sobre todo desde que el Consejo de Salud Pública anunciara esta semana que las dosis que recibirán los funcionarios de las Instituciones Penitenciarias serán las fabricadas por AstraZeneca, que en España solo se inyectan a menores de 55 años.
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Los trabajadores de Perogordo aguardan la citación para empezar el ciclo de inmunización después de que la insistencia sindical lograra que se les incorporara al grupo 3B del plan de vacunación frente al coronavirus, destaca Fermín Pinto, responsable del sector de la Administración General del Estado de CSIF en Segovia. El pasado 18 de enero, la central sindical independiente remitió sendas cartas a la Subdelegación del Gobierno y a la Junta de Castilla y León en las que se pedía que se priorizara la vacunación del personal de prisiones y de los reclusos.
Pinto justificaba esta reivindicación, que ha sido atendida en parte al aceptarse el avance de inmunización de los funcionarios, en que un hipotético brote de contagio ponía en jaque la seguridad de la cárcel y, sobre todo, «suponía una amenaza de colapso para el Hospital General», que a esas alturas del mes pasado empezaba a notar el aumento de casos y de ingresos de la tercera ola de la pandemia.
«Situación crítica» en la primera ola
En la lista de argumentos que acompañaban la petición de CSIF también se recordaba la incidencia que hasta la fecha había tenido el coronavirus. En la primera ola, catorce trabajadores dieron positivo y unos ochenta estuvieron en cuarentena, «lo que puso al centro penitenciario en una situación crítica». Durante la segunda andanada de la covid-19, se detectaron entre los trabajadores diez casos positivos en las PCR y otros 28 debieron de guardar la preceptiva cuarentena.
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La tercera ha embestido también en la cárcel, aunque no tanto como las anteriores y en la medida en la que afecta a otras prisiones. El responsable de Acaip señala que «hemos tenido algo más de suerte, porque entre los internos solo ha habido un positivo, que ya venía diagnosticado de la calle y se le aisló,y en lo que respecta a trabajadores, es cuestión de días que se incorporen los dos que siguen de baja». Desde principios del año se han registrado unos quince contagios entre los funcionarios y otras tantas cuarentenas, apostilla el representante de CSIF.
Ambos portavoces sindicales coinciden en que si más pronto que tarde empieza la vacunación del personal de Perogordo, mejor, ya que hasta ahora «hemos ido por detrás, a destiempo» a la hora de adoptar actuaciones de prevención. Las medidas de seguridad para evitar la propagación de contagios dentro del centro penitenciario segoviano se mantienen, a pesar de que las direcciones de las diferentes prisiones pueden ordenar una relajación o un endurecimiento en función de la situación epidemiológica de cada zona.
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Así pues, continúan prohibidos los vis a vis, permanecen cerrados los locutorios y además está restringida la entrada de trabajadores externos, cita Javier Albertos, quien califica de «diligentes» estas actuaciones.
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