Alicia Torrego y su marido Ernesto, en La Panificadora Sin Gluten. De Torre

Emprendedores frente a la covid: el obrador segoviano que mira por la salud y el gusto de los celíacos

La irrupción de la pandemia truncó la aventura familiar apenas empezó a andar, pero el negocio se rehace poco a poco, aunque «con miedo» al futuro

Jueves, 2 de julio 2020, 12:38

Alicia Torrego, junto a su marido Ernesto, decidieron «echarle dos... para no venirse abajo» cuando sobrevino la crisis del coronarias. Apenas habían abierto ... su local, La Pacificadora sin Gluten, en la capital Segovia, cuando la pandemia les obligó a bajar la verja. Desde el estado de alarma, el 13 de marzo, «estuvimos un mes y medio cerrados, desconocíamos qué iba a pasar, y eso que nuestro producto era de los esenciales». «Fue un tiempo asqueroso porque en casa también lo pillamos», relata Alicia.

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«Habíamos tenido muchos gastos con los hornos, la batidora nueva y ¡menos mal que no compramos una máquina de hacer bollos!» Se tambaleaba la aventura de asentar esa idea original que les rondaba, la de regentar una panadería y a la vez bar que exclusivamente trabajara productos hechos de manera artesanal para conquistar el paladar y preservar la salud de los celíacos, aunque «el plan es que guste a todo el mundo», precisa la empresaria. Tuvieron suerte. «La casera nos perdonó dos meses del alquiler» del local y ahora hemos empezado ya a pagar la mitad», apunta Alicia. Eso les ayudó a no bajar los brazos, aunque admite que «hubo momentos en los que me venía abajo».

Ella y su marido, celíacos ambos, trabajaban en un obrador familiar en Carbonero el Mayor. Cuando les detectaron la intolerancia ya pasaron su mal trago porque «no podíamos comer lo que estábamos haciendo». Les costó Dios y ayuda y cientos de horas de ensayos para mantener el marchamo artesanal y recuperar la esencia gustativa de los bollos, del pan y los pasteles. Alicia piensa ahora en aquellos días de pruebas y errores hasta dar con la fórmula que quisieron llevar a la capital segoviana. A día de hoy, se muestra muy contenta porque a La Panificadora Sin Gluten no solo van celíacos, sino clientela que no sufre este problema y que les felicita por sus pizzas o sus bollos.

La covid les ha ajustado el enfoque del negocio. «Antes vendíamos a tiendas, pero luego empezamos a llevar a domicilios de particulares». «Vamos poquísimo a poquísimo recuperando» la actividad. Satisfechos, pero «con miedo porque no sabemos cómo va a reaccionar» este tiempo extraño que les ha tocado hornear. Han incorporado a su hijo Rodrigo a la plantilla familiar; aunque «nos gustaría meter a dos personas más para que nos echen una mano, pero hasta que la cosa no esté segura...», se lo piensa Alicia.

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