Editoriales y librerías reivindican el retorno de la Feria del Libro de Segovia
'Editantes', iniciativa promovida por la Junta, une a profesionales y público en quince casetas instaladas en la Plaza Mayor de la ciudad
«Puedes tener músculo, pero si no lo ejercitas, se atrofia». El símil lo firma Carlos Rod, cabeza visible de la editorial segoviana La ... Uña Rota. Lo saca a colación de que si no se acercan los libros a la población, la gente se retrae, se acostumbra a sea ceguera y su 'músculo' lector se oxida, con lo que eso significa para el sector, todo una cadena que va desde el autor hasta la edición, la maquetación, la ilustración o la comercialización. Una suerte de eslabones que se enganchan y retroalimentan hasta que la obra se exhibe en la estantería de una tienda para ser la elegida y juntarse con otras que habitan en las bibliotecas de cada hogar o institución.
Rod recurre a la metáfora para luego devolverla a la realidad. «Se echa de menos la Feria del Libro de Segovia». Lo dice como portavoz de uno de esos eslabones que dependen de que la maquinaria esté engrasada y disponible. También lamenta esa laguna en el calendario cultural de la ciudad como responsable y cara visible de una editorial pequeña y peleona, reconocida y reconocible, y con una exigente enjundia 'underground' que la ha llevado a estar presente en las ferias más importantes y cuya aportación a esa cadena literaria recientemente ha sido galardonada con el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural, otorgado por el Ministerio de Cultura.
Los vínculos que se tejieron entre el público de la capital segoviana y el cosmos librero se han descosido después de seis años con el hueco en la agenda que ha dejado la tradicional Feria del Libro. «No se celebra desde 2019, así que este es el sexto año», apostilla con un tono nostálgico. «Es hiriente» que los libreros se hayan quedado sin ese escaparate social y callejero y sin ese encuentro con los ciudadanos. Por eso, ensalza el valor que late en la celebración, precisamente en Segovia, de la segunda edición de la Feria de Editores de Castilla y León. Este encuentro bautizado con el nombre de 'Editantes' ha escogido como punto de reunión –y reconciliación– con la sociedad las quince casetas instaladas desde el pasado jueves y hasta hoy inclusive en la Plaza Mayor.
«Es como el músculo que no se ejercita. Si la feria no se celebra, al final la gente se olvida»
Carlos Rodo
Editor
Es una iniciativa que promueve la Junta a través del Instituto de Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, con la colaboración del Ayuntamiento, la Diputación Provincial de Segovia y el Gremio de Editores de la comunidad.
Los libreros lo agradecen. Es una oportunidad para el reencuentro desde 2019. Jesús Olmos, de Intempestivos, resume la experiencia en una sensación. «Estamos contentos». Defiende que los editores y los libreros han de estar juntos en estos acontecimientos. El pero que pone, ese barbecho de seis años sin el contacto con la gente a pie de calle, que su tienda compensa con presentaciones y encuentros entre autores y lectores. De ese secarral rescata la cita del 23 de abril, es la jornada en la que se reencuentran los profesionales con su público; pero sabe a poco.
«Diálogo interrumpido»
Después de este tiempo con «el diálogo interrumpido» con el Ayuntamiento, como señala Carlos Rod, «hay que volver a acostumbrar a la gente» a que se salga y se acerque a descubrir y comprar sus lecturas, le completa Olmos. De ahí que 'Editantes' pueda ser una buena piedra de toque, un trampolín sobre el que impulsarse. No estaría mal «afianzarlo para que se haga todos los años», piensa en voz alta el librero, que en estos días ha medido las preferencias de los clientes: mucha literatura juvenil e infantil, ensayos y «algo de novela, que no está tan fuerte».
Frente a la «controversia» –como lo define Rod– de si en una feria literaria deben estar solo los libreros o solo los editores, el segoviano es salomónico: los dos van de la mano. Y eso es lo que ha conseguido esta edición de 'Editantes', que también se alza como una llamada de atención, un grito sosegado que reivindica saciar la sed acumulada durante seis años de sequía y acabar con la ausencia de la Feria del Libro en su cita a pie de calle con el público, que al final es que el sustenta el negocio con sus compras. Porque Rod no pierde de vista que el objetivo son las ventas en un foro como el que tiene lugar este fin de semana.
«Estamos contentos. Sería bueno afianzar el evento para que se haga todos los años»
Jesús Olmos
Librero
«Pero se vende lo que se puede ver», apostilla. El escaparate, el contacto de la gente con los libros y quienes los venden, el tocar, hojear y dejarse aconsejar en el intercambio de pareceres son las proteínas que necesitan para que el músculo no se atrofie. En definitiva, conocer, resume el editor segoviano, quien también lamenta «la invisibilidad» en la que trabajan las pequeñas editoriales de Castilla y León.
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