La duración media del alquiler cae por debajo de los once meses en Segovia
Los universitarios y trabajadores interinos copan un mercado inmobiliario que se caracteriza por la rotación de inquilinos
«Busco piso de alquiler para compartir el próximo curso». Ese es uno de los mensajes que más se repiten tanto en redes sociales como ... en las oficinas de las agencias inmobiliarias que hay repartidas en Segovia. El fin de curso en las universidades supone la rotación de centenares de estudiantes que buscan una vivienda antes del comienzo del periodo lectivo en septiembre o, por otro lado, deciden mudarse a otro hogar. A ellos se suman los trabajadores interinos que firman contratos por un determinado periodo de tiempo e incluso los veraneantes que optan por arrendar una residencia de forma temporal, lo que ha convertido la provincia en uno de los puntos de la región donde el tiempo de arrendamiento alcanza una duración más corta. Los inquilinos apenas logran rebasar los once meses de estancia de forma general.
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El verano se constituye como una de las temporadas altas para la búsqueda de una vivienda en alquiler, especialmente por la previsión que manejan los universitarios. Las visitas a los despachos de agentes inmobiliarios se disparan y el proceso de búsqueda cada vez se pone en marcha con mayor antelación, lo que se confirma por la cantidad de anuncios publicados en portales especializados que en las últimas semanas han salido del mercado tras encontrar un nuevo inquilino. Aunque sea por poco tiempo.
La rotación es algo que distingue a la situación del mercado del alquiler en Segovia, incluso cuando se trata de vivienda para uso habitual. Así lo confirma la estadística actualizada por la Agencia Tributaria, que obtiene información combinada del catastro y la declaración de la renta. Esto permite conocer no solo el importe medio que ingresan los propietarios al rentabilizar los pisos o chalés de su titularidad, sino también la duración media de los contratos de arrendamiento que se firman tanto en la ciudad como en la provincia.
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Los datos recientemente publicados se corresponden con el ejercicio 2023, por lo que los precios fluctúan en gran medida en comparación con la etapa más reciente. Sin embargo, es un análisis que permite conocer que la temporalidad es una seña de identidad del alquiler en Segovia. Esto se debe a que una persona que figura como inquilina en una vivienda suele vivir en ella un promedio de 314 días en la provincia o 322 si el inmueble se ubica en la capital, que acapara la mayor parte de la oferta de arrendamiento. Son poco más de diez meses de permanencia en total, lo que significa que la gran mayoría de los arrendatarios no llega a superar el año de hospedaje.
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La situación es dispar según el territorio, así como el uso que se le da al hogar que ha sido alquilado. Por ejemplo, las personas que se han empadronado en las viviendas y, por tanto, estas se constituyen como residencias habituales -lo que es un requisito indispensable a la hora de solicitar ayudas públicas-, suelen estar mucho más tiempo que los que se hospedan en inmuebles dirigidos a otros fines. Es decir, para una estancia corta o larga, pero temporal, como sucede con los estudiantes -que rara vez superan los diez meses de permanencia- o los trabajadores itinerantes, fundamentalmente funcionarios que cubren un puesto de forma eventual, ya sean sanitarios, profesores o administrativos.
Tipo de contrato
Los pisos o casas que figuran como vivienda habitual acaparan alquileres de unos 339 días de duración, mientras que los que no se corresponden con este uso son mas cercanos a un periodo de 290 jornadas totales en el conjunto provincial. En Segovia capital sucede algo parecido, con 341 frente a 304 días según la tipología. La diferencia entre ambas modalidades va desde un mes y una semana hasta cerca de dos meses según el lugar en el que esté censado el inmueble, siendo la estancia más corta en el medio rural y ligeramente más extensa en la ciudad. En cualquiera de los casos, sin importar la ubicación ni la permanencia que figura en el contrato, el alquiler no rebasa el umbral de los doce meses.
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La mayor variación se observa en la comparativa entre las distintas capitales del país. Lérida retiene a sus inquilinos mucho más tiempo -hasta 120 días- en comparación con La Coruña. El intervalo contemplado en los contratos en la urbe catalana alcanza una media de 338 días, mientras que en la ciudad gallega se reduce a 218. En el primero de los casos, los huéspedes pasan más de once meses en un mismo inmueble de alquiler; en el segundo, rondan los siete meses.
La capital segoviana se encuentra por encima de la media nacional en lo que respecta a la permanencia, pero queda por debajo de Valladolid (331 días), Zamora (325), Salamanca y Burgos (323) en relación a la fidelidad de los arrendatarios. La duración se recorta mucho más si se tienen en cuenta los alquileres que fueron dados de alta en el conjunto provincial, donde se incluye el medio rural, ya que Segovia se consolida como uno de los territorios de Castilla y León con estancias más breves, tan solo por detrás de Ávila y Soria.
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La temporalidad de los empleos que caracteriza a algunos sectores, como es el de la agricultura, es una de las explicaciones a esta merma en el tiempo de permanencia en una misma vivienda de alquiler en los municipios segovianos frente a la ciudad. A ello se suman las rescisiones que se producen antes del periodo comprometido por motivos personales, un suceso que tiene lugar de manera puntual y puede conllevar la pérdida de fianza.
Nuevo registro
También se observa una tendencia a recortar la duración de los contratos por parte de los propietarios, ya sea por temor a la okupación o para hacer uso del inmueble en los meses veraniegos con fines turísticos. Si antes lo habitual era firmar un año e incluso dos, según confirma el portal inmobiliario Idealista, ahora proliferan los acuerdos por meses, un aspecto que corrobora la estadística de la Agencia Tributaria. Sobre todo si la modalidad de arrendamiento es de un piso compartido, es decir, por habitaciones, una opción extendida entre los más de 5.000 universitarios que llegan a la ciudad cada año ante la escasez de plazas de residencias.
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Las cortas estancias están cada vez más presentes en el mercado inmobiliario, de ahí que el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana haya puesto en marcha un registro de alquileres de mínima duración. Desde el pasado día 1 de julio es obligatorio que los inmuebles que se anuncian en línea para alquiler de temporada dispongan de un número identificativo único, emitido por el Registro de la Propiedad y de Bienes Muebles. El objetivo es confirmar que un alojamiento en cuestión cumple los requisitos exigidos por la Administración automática.
El censo elaborado por el Gobierno a través de las declaraciones del IRPF cifraron en más de 8.500 las viviendas arrendadas para uso habitual existentes en la provincia en 2023, mientras que los alquileres temporales rondaban el millar. La suma de ambas tipologías apenas supone el 20% del total de inmuebles residenciales con valor catastral que se distribuyen por el mapa segoviano. Llama la atención que el tamaño medio de los pisos o casas que hospedan a empadronados es mucho más reducido -de unos 93 metros cuadrados- que el de las viviendas que se destinan a las estancias más cortas, cuyo promedio de superficie asciende a 130 metros.
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