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Javi Borrego pelea por un balón durante el partido en Luanco. Juan Martín / Gimnástica Segoviana

Las dudas de la Sego a domicilio rebajan sus expectativas

Los de Iñaki Bea no pasan del empate en un tedioso duelo en Luanco y están ya a siete del liderato tras su tercer viaje sin triunfo

Sábado, 11 de octubre 2025, 20:34

Es muy pronto para que las conjeturas sean certezas, pero los primeros compases del regreso de la Gimnástica Segoviana a Segunda RFEF apuntan a que ... no tiene las hechuras a domicilio para ser un contendiente al ascenso directo en el grupo I. El insípido empate en su visita a Luanco ante el Marino, un reflejo real de lo ofrecido por dos equipos que llegaban empatados en el cuarto puesto tras cinco jornadas, completa una cosecha de dos puntos en los primeros tres desplazamientos del equipo que dirige Iñaki Bea, queda ya a siete del liderato, el único puesto de promoción directa a Primera RFEF, debido a que el Deportivo Fabril mantuvo su pleno de victorias ante el Langreo. Bajo ese análisis, dejarse puntos en Asturias fue un fracaso. Un enfoque menos ambicioso da valor a un empate en casa de un rival que hasta ahora ha demostrado ser directo por las siguientes cuatro plazas. Cuestión de expectativas, que, en el caso azulgrana, hay que ajustar a la baja por su deficiente rendimiento visitante. Por ahora, es quinta con 11.

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Marino

Dennis, Borja, Somolinos, Orfila, Tomás, Pelayo, Tito, Óscar Fernández, Lora, Dailos y Basurto.

0

-

0

Segoviana

Carmona, Iker, Silva, Morata, Rubén, Manu, René, Juanma, Marc Tenas, Javi Borrego y Álex Castro.

  • Cambios Marino: Benito González por Borja (min. 46), Marcos por Óscar Fernández (min. 62), Guaya por Pedro Orfila (min. 77), Talarn por Dailos (min. 88) y Diego Díaz por Tito (min. 88).

  • Cambios Segoviana: Ibañes por Manu (min. 67), Ivo por Borrego (min. 67), Josín por Juanma (min. 74) y Miguélez por Álex Castro (min. 90).

  • Goles: Sin goles.

  • Árbitro: Jesús López Fernández (comité gallego). Amonestó con amarilla a Borja, Tito, Orfila y Pelayo por el Marino; a Manu, René, Chupo e Ibañes por la Segoviana.

  • Otros datos: Estadio Municipal de Miramar (Luanco): 476 espectadores.

Una tarde que recordó al aficionado de la Sego el bajón de nivel de la Segunda RFEF, por el tedio del juego, por la indigna señal televisiva de Football Club. Iñaki Bea alineó otro once marcado por las circunstancias: el inminente nacimiento de un nuevo hijo para Fer Llorente y los problemas físicos de Ayán, que se cayó a la sexta de una titularidad tras un percance en el último entrenamiento. Con el margen de maniobra justo, el encaje era previsible. Juanma recibió la confianza tras dos actuaciones como revulsivo y ocupó esta vez la derecha, con Javi Borrego por la izquierda y los dos delanteros: Tenas y Castro. El nuevo, Josín, completó el banquillo, con Silva de nuevo en el central.

Empezó mejor el Marino, con dominio territorial por simple empuje, sin necesidad de tejer demasiado con el balón, una competencia a la que no dedica sus esfuerzos. Tampoco necesitó demasiado para que un balón sin dueño propiciase la presentación de Tito, que la picó de primeras, pero no cogió portería. Cuando quiso desplegarse la Sego y forzó sus primeros córners, estuvo a un tris de pegarse un tiro en el pie. Bea priorizaba en la previa la misión de no regalar contras a un equipo que cede la iniciativa para castigar los renuncios. Ese saque de esquina sin finalizar desembocó en dos jugadores locales contra Carmona. Esa jugada imposible de fallar en un videojuego se encontró con el elemento humano de un jugador de Segunda RFEF. Tito no supo quitarse el traje de delantero para ser asistente: condujo más de la cuenta y cuando se le fue largo el penúltimo toque, ya no vio claro el pase de la muerte y decidió definir. Aprovechó la ocasión Carmona, que salió convencido y apagó el incendio. Así perdonó el Marino lo imperdonable.

La ocasión del Marino también fue anecdótica, pues por mucho que se esforzase en acumular efectivos cuando tenía la iniciativa, no había recursos para romper el dibujo rival. Necesitaba, pues, alimento. Y la Segoviana aprendió a no dárselo. La fórmula de Bea de arrollar con la posición y jugar al frontón con los centros laterales. Un fútbol comprimido que en realidad no asustaba al cuadro asturiano, consciente de que era el peaje a pagar para que un error habilitase la autopista del contragolpe. En esas, los visitantes se acercaron al gol en una falta lateral que terminó en un remate de primeras de Álex Castro, desviado. Lo intentó también Borrego con un disparo desde la frontal sin la mordiente necesaria.

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El regreso de vestuarios se pareció al inicio, con un Marino que no necesitaba virtuosismo para imponer su hambre. Como la Segoviana trataba de desplegarse, empezaron a llegar balones divididos. Hubo dos cortes necesarios de Silva, que tuvo la habilidad para que las faltas no desembocasen en una tarjeta. Tito rozaba una y otra vez el caramelo, obligando a Carmona a no perder un segundo para salir a cualquier balón dividido. Con un compromiso total, pues el punta entró con todo y se llevó la amarilla, un lance del que el portero salió indemne. Como Morata, que se lanzó atento al raso para evitar otro disparo propicio en el área. Como el de Óscar Fernández, que empalmó de primeras un rechace tras una falta lateral, pero no cogió portería.

Llegó el banquillo y Bea alteró el dibujo con la movilidad entre líneas de Ivo y extendió su confianza en Ibañes, sólido en el pivote defensivo como refresco al amonestado Manu. Se cumplió el otro vaticinio del técnico vasco: que su equipo está construido para apretar en el tramo final, para inclinar el campo, para encontrar la grieta. Hubo algo de eso, pero no suficiente para llevarse los puntos. La mejor baza la tuvo Castro al engatillar de primeras un balón que sus compañeros no terminaban de tejer: centros demasiado pasados, controles demasiado largos, el hilo narrativo de la tarde. Como si diera un grito, pegó un trallazo que se estrelló en el larguero. El susto pareció generar tendencia porque Marc Tenas repitió con un tiro desde la frontal que despejó Dennis con una estirada con un punto extra de lucimiento. El partido llegó sin romperse al descuento. Ahí llegó una falta lateral frontal de Chupo que se perdió sin rematador por línea de fondo. Y un tiro de Somolinos desde la frontal que no tuvo ni fuerza ni dirección. El Marino no daba para más. Y la Sego, tampoco.

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