Un recién nacido recibe las atenciones y mimos de una sanitaria del Hospital General de Segovia. A. Tanarro

Descubre los nombres más repetidos en Segovia

En los hombres, Jesús es el más habitual, aunque en los últimos años ha ganado protagonismo Daniel; y en la mujeres, Lucía coge el testigo de Mari Carmen

Sábado, 25 de mayo 2024, 11:01

Si sale a una calle de Segovia, tiene muchas probabilidades de cruzarse con más de un Jesús y con más de una María del Carmen. ... Es posible que vecinos, compañeros de trabajo y conocidos suyos se llamen así. No en vano son los nombres más frecuentes en la ciudad y la provincia, según recoge el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE). También es muy probable que esas personas hayan cumplido y superado de sobra los cincuenta años.

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Entre las mujeres, María del Carmen fue el nombre con el se bautizó a más segovianas en las décadas de los 40, 50, 60. En los 70, empezó a emplearse menos, no demasiado, ya que cayó al cuarto lugar de los nombres femeninos más frecuentes en Segovia, superado por las Cristinas, Martas y Raqueles. Pero es a partir de los 80 cuando se nota el cambio sociocultural insuflado por los vientos de la Transición y de una España más abierta y laica.

Los nombres compuestos a partir de 'María' empiezan a ser menos comunes en los registros de familia, aunque como único apelativo se mantiene entre los preferidos de las segovianas ya entrado el siglo XXI, compartiendo protagonismo con Lucías (el predominante a partir del año 2000) Paulas, Saras, Lauras, Albas, Andreas o Martas.

En cuanto a los hombres, ocurre algo parecido. Jesús ha ido cayendo en desuso como otros 'clásicos' como Mariano (el mayoritario antes de la Guerra Civil), o Antonio (el más popular en los años treinta), o José Luis (predominante en los 40, 50 y 60). En los 70 y los 80 se corona David como el nombre masculino más frecuente en Segovia, y en los 90 toman el relevo los Danieles, que mantienen su hegemonía entre los nacidos en los primeros años del siglo XXI, secundado por los Pablos, Alejandros, Javieres y Álvaros.

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En esos albores de la presente centuria empiezan a sonar cada vez más normales nombres que acreditan el asentamiento de comunidades extranjeras en la provincia y el crisol que refleja la convivencia de otras culturas. Por ejemplo, entre las mujeres, Zaira o Erika; y entre los hombres, Mohamed, Ayoub o Kevin.

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