Cuéllar muestra su devoción por la Virgen del Henar

El Santuario de Nuestra Señora la Virgen del Henar ha vuelto a convertirse en el centro de devoción y fervor de la comarca con motivo de la celebración de la Solemnidad de Nuestra Señora y su tradicional romería popular. Los actos atrajeron a miles de personas que participaron en las diversas liturgias, como la vigilia y el tradicional rosario de antorchas, en el que la pradera situada frente al Santuario quedo iluminada con sus velas.

En la madrugada del domingo muchos fueron los fieles que llegaron caminando desde distintos puntos de la comarca, principalmente de municipios de las provincias de Segovia y Valladolid. Los actos centrales comenzaron al mediodía con la misa mayor de campaña, una eucaristía presidida por la imagen de la Virgen y que fue seguida por cientos de personas desde la pradera. A continuación, la imagen de la Virgen fue portada en andas hasta su carroza, donde decenas de fieles esperaban para poder acompañar la imagen durante los primeros pasos de una procesión en la que no faltaron las flores, las danzas o la música de dulzainas y tamboriles, y en la que los niños fueron protagonistas.

Más de dos horas duró la procesión, en la que un cordón de seguridad formado por voluntarios impidió las aglomeraciones junto a la imagen de la Virgen, seguida por cientos de fieles durante todo el recorrido. Con su llegada a las puertas del Santuario llegó uno de los momentos más emotivos de la calurosa jornada con el canto de la Salve popular, entonada por miles de personas que vieron como la imagen volvió en andas al templo.

Al mismo tiempo que miles de personas presenciaban la procesión, cientos de fieles optaron por visitar la imagen original de la Virgen, que permanece guardada en su camarín desde que los padres Carmelitas de El Henar decidieron que fuera una copia la que saliera en procesión para evitar posibles deterioros. Una decisión que no ha restado fervor a los actos religiosos y que ha permitido sumar más visitantes al camarín de la Virgen, donde se puede besar su medalla, y a la sala de exvotos.

Los actos religiosos no fueron los únicos atractivos de una jornada en la que numeroso público decidió acudir al gran mercado de venta ambulante. Forma por unos 250 puestos, se vendieron productos de textil y calzado, bisutería, juguetes, herramientas o artesanía. Además, los más pequeños tuvieron dos áreas con atracciones e hinchables en los que divertirse, mientras en la zona de la chopera, junto al mercado, se instalaron bares, heladerías y churrerías para reponer fuerzas. Tampoco faltaron a la cita los tradicionales puestos de venta de frutos secos, donde las obleas y las avellanas son productos típicos que la mayoría de los visitantes los adquiere durante la romería.