Los conejos arrasan cultivos equivalentes a 700 campos de fútbol en Segovia

Según los datos de Agroseguro en la provincia de Segovia, en 2022 la voracidad de los roedores diezmó los rendimientos de 491 hectáreas agrarias. Esta primavera, la invasión se repite, y los profesionales del campo vuelven a poner el grito el cielo y a dar la voz de alarma de la destrucción en explotaciones dedicadas a la producción de cereal y de herbáceos.

Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) en Segovia reclama a las administraciones competentes que tomen cartas en el asunto para compensar la sangría de pérdidas que padecen agricultores y ganaderos por los daños que provoca la fauna salvaje en el campo provincial. La sobrepoblación de conejos es el principal quebradero de cabeza, pero no el único. Adrián Gómez, responsable del área de Vacuno de la Unión de Campesinos en Segovia, también advierte de los perjuicios ocasionados por los jabalíes, corzos, sin olvidar los provocados en las cabañas de vacuno y ovino por los ataques de lobos, así como bandadas de buitres que a veces se ceban con vacas que acaban de parir y que se encuentran debilitadas o con los terneros.

UCCL lamenta que las instituciones «casi siempre se han puesto de perfil, a no ser que, como en el caso de las incursiones de lobos, que se lo diga un juez, y entonces sí, ya se hacen cargo de los daños».

Gómez explica que la proliferación de conejos suele localizarse en toda la provincia, pero es especialmente abundante en los terrenos próximos a nudos de comunicaciones terrestres como la autovía de Pinares o la nacional N-110. «En Perogordo la situación es extrema», llama la atención la organización profesional agraria, pero también se han observado sobrepoblaciones en los taludes de la Vía Verde del tren «después de haberse comido tierras enteras sembradas de cereal». Para UCCL, la masificación de conejos «está rozando la situación de plaga en la mayoría de los pueblos».

Adrián Gómez avisa de un «problema añadido» a la hora de tramitar la indemnización por el perjucio causado en la producción. Llega un momento en que una parcela objeto dos o tres años seguidos de los daños ocasionados por fauna salvaje, como son los conejos, los jabalíes o los corzos, ya no recibe la consiguiente bonificación al bajar el rendimiento del seguro. El cómputo que se hace es una media para el total de las fincas damnificadas, por lo que no se llega al umbral mínimo para optar a la percepción de la indemnización, se queja el profesional segoviano.

El año pasado, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, planteó una estrategia de gestión integrada para resolver los problemas que causa la superpoblación de conejo en el medio rural. Además, profesionales que se han visto afectados coinciden en avisar de la cada vez mayor presencia de conejos híbridos, que son más grandes, más destructivos, voraces y resistentes.

El portavoz del área de Vacuno de Carne llama la atención también sobre los efectos de los jabalíes, otro animal salvaje que se puede encontrar a lo largo y ancho de la provincia. Este mamífero no espera a que haya planta, como sí hace el conejo, que muerde las hojas y merma, por tanto, el rendimiento. «Va detrás de las sembradoras haciendo sus surcos, haciendo el daño antes incluso de que se cultive». Los alimentos que buscan los jabalíes son particularmente leguminosas, como garbanzos, lentejas o guisantes.

La Unión de Campesinos de Castilla y León subraya también la amenaza que entrañan los corzos para algunas producciones. «Campan a sus anchas en manadas por los campos sembrados, catando de aquí y allá aquello que les venga bien, especialmente cereal y leguminosas, a la espera de que se siembre el girasol para ampliar su 'dieta' comiéndose las cabezas recién nacidas», se quejan la representación agraria.