Conchi Bayón: «Aunque la mujer rural partía de una situación de inferioridad, ha sabido adaptarse y sobrevivir»

Sus inicios en el oficio fueron por casualidad, pero el apoyo de Juana Borrego, presidenta de Femur, ha sido indispensable en su trayectoria. «En mi familia había gran afición por la danza y las jotas, yo quería un traje y como eran muy caros me lo hice yo misma. Después de hacer varios en la feria de Cuéllar me pidieron que decorara el stand del Ayuntamiento, también acompañé con mis trajes alguna conferencia y poco a poco fui profesionalizando mi actividad».

Ahora confecciona trajes para obras de teatro o recreaciones históricas y restaura piezas antiguas. Eso sí, su trabajo más sonado ha sido la vestimenta segoviana para la estatua del Manneken Pis de Bruselas. Este salto demuestra que, aunque vivir de la artesanía no es fácil y menos en un pueblo, «el buen hacer y el boca a boca son la clave para lanzar un negocio, también en el medio rural». Hace cinco años se planteó trasladarse a Segovia con el fin de expandir su actividad. No obstante, reconoce que no dio el paso por el elevado precio de los alquileres de los locales.

Por último, defiende que las mujeres son una pieza indispensable para la vida de los pueblos y destaca que en Castilla y León «siempre han existido los matriarcados, pero a la vez domina el machismo». A pesar de todo, cree que la mujer rural ha sido muy inteligente porque «aunque partía de una situación de inferioridad y no ha tenido las cosas fáciles ha sabido adaptarse y sobrevivir en un mundo de hombres».

En su caso nunca ha tenido que trabajar en el campo, pero su madre sí, y lamenta que la mujer haya realizado un trabajo tan necesario y, sin embargo, «nunca se le ha reconocido porque ha estado relegada a papeles secundarios». Esta desigualdad la atribuye a una carencia en la educación y ve un grave error que se considere a la mujer el sexo débil cuando «es capaz de todo».