Los cinco factores que evitaron la catástrofe en el incendio de la sierra de Guadarrama
Los implicados en la extinción del fuego califican de «milagro» que las llamas no se expandieran por más superficie
Eduardo Redondo
El Espinar
Sábado, 3 de agosto 2024, 07:59
Un milagro. Esa es la sensación que tienen todos los vecinos de El Espinar que en la tarde del pasado jueves temieron lo peor cuando ... una enorme columna de humo blanco asomaba entre los pinos de La Garganta. Concretamente, el fuego se originó a las 18:30 horas en un punto entre el Collado Marichiva y los Ojos del Río Moros, en una zona intermedia entre Peña Bercial y el Cerro Minguete. Sin embargo, la rápida actuación de los servicios de emergencias permitió a los técnicos catalogar el fuego como «controlado y perimetrado» a las 13:45 horas de de este viernes.
Durante la noche del jueves y toda la jornada del viernes las cuadrillas se afanaron en perimetrar la zona. Coordinados desde el puesto de mando, cuatro helicópteros, dos ELIF, brigadas aerotransportadas, dos Romeos, cuadrillas de tierra, tres autobombas, una nodriza autobomba del Ayuntamiento y dos bulldozer trabajaron sin descanso con el respaldo de la Guardia Civil, Policía Local y miembros del Consistorio espinariego que proveyeron de víveres a los trabajadores.
Aunque aún no es oficial, los técnicos señalaron desde el primer momento que la causa del fuego se debe a un 'rayo latente' caído en la tormenta del pasado lunes 29 de julio. En realidad, lo que provocan a veces estos rayos tras impactar con árboles o materia combustible son fuegos latentes, es decir, el calor se queda acumulado en las raíces de la vegetación bajo la tierra hasta que encuentra las condiciones idóneas para aparecer. Por suerte, al tratarse de una zona muy alta de montaña los pastos estaban muy verdes y no permitieron un avance rápido de las llamas.
Los primeros en llegar a la zona, en su mayoría civiles voluntarios, temieron lo peor porque se trataba de una zona de difícil acceso, imposible para los camiones de bomberos. Las llamas cogieron mucha fuerza, pero en ningún momento alcanzaron las copas de los pinos. Un factor fundamental fue la cercanía del incendio con los pantanos que abastecen de agua a la localidad. Los helicópteros pudieron cargar sus depósitos a escasos metros refrescando la zona constantemente y provocando una cadencia de descarga muy continuada. Tras su retirada, los 'Focas', aviones destinados a incendios forestales con gran capacidad para transportar agua, terminaron de sofocar las llamas.
De esta manera, todos los implicados en el incendio catalogan lo ocurrido como «un milagro» que contó con varios factores a favor: la rápida actuación de vecinos voluntarios que trabajaron sin descanso, la labor de las cuadrillas de tierra que realizaron un gran trabajo, la ubicación de las llamas muy cercanas a los pantanos, la baja intensidad del viento y la frescura del terreno. Gracias a todas estas variables el incendio no superó el nivel 1 de alerta y en la tarde de ayer ya se encontraba controlado y con un nivel 0. Un gran susto que no terminó en catástrofe, pero que sirve de advertencia para lo que resta de verano.
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