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Por amor o por necesidad vital. Para probar fortuna en la tierra prometida de Europa y huir de miserias e indignidades; para juntarse con el ser querido, para labrarse un trabajo, una residencia y crear una familia... Hay poderosas razones que hacen maletas y las colman de ilusiones. Motivaciones que empaquetan sueños de lograr una vida mejor lejos del lugar de cuna. Con todo el pesar de dejar atrás amigos, familia, compañeros y empleos, pero con el formidable anhelo de que el nuevo destino será más generoso. La inmigración, aunque no sea consciente, ha poblado y rejuvenecido el disperso territorio autóctono y ha sostenido la demografía.
Un nuevo capítulo del Observatorio Sindical de Migraciones de Comisiones Obreras (CC OO) radiografía la situación en la que viven los extranjeros que cruzaron fronteras para asentarse en la comunidad autónoma. Los datos actualizados de este exhaustivo estudio vuelven a revelar que Segovia es tierra de acogida. La población nacida fuera de España supone más del 10% del censo total de la provincia. En términos relativos, es la comunidad foránea más abundante de Castilla y León. Este informe subraya cómo duplica la representatividad media en Castilla y León y se sitúa muy por encima del promedio nacional.
En función de la fuente que proporcione los datos, la cifra difiere. Por un lado, a tenor de los números del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la provincia hay empadronadas 15.918 personas extranjeras. Esa era la previsión a principios del ejercicio actual.
Isabel Caballero, técnico del Centro de Información a Trabajadores Extranjeros de Segovia de la Secretaría de Mujer y Políticas de Igualdad de CC OO de Castilla y León, indica que, si se hace caso al Ministerio del Interior, la población inmigrante sube y mucho hasta rondar los 25.000 ciudadanos que contarían con el certificado de registro o la tarjeta de residencia en vigor. Esa acreditación es documento suficiente para los extranjeros acogidos al régimen de libre circulación de la Unión Europea, según Caballero.
¿Les parecen muchos? ¿Pocos? Lo mejor quizás sea usar el algodón de la comparación y rascar la superficie para detectar que ha habido más no hace mucho tiempo. Es más, el anterior observatorio de Comisiones del año 2016 informaba de la existencia de 16.666 ciudadanos foráneos en tierras segovianas, según el INE. En un año se han dado de baja de los padrones 648 ‘forasteros’, lo que equivale a un descenso de casi el 4%. La caída se acumula a la registrada en los últimos ejercicios. En 2013 la comunidad extranjera la conformaban 21.797 personas. Es decir, en cuatro años ha disminuido la presencia de inmigrantes en la provincia en torno a un 27%.
El fenómeno de la inmigración ha perdido fuelle porque la crisis en España, y por supuesto en Segovia, ha roto muchos de esos sueños con los que partieron de sus países de origen. Ya no es aquella tierra prometida. Sin trabajo, no hay residencia; tampoco hay asentamiento estable, ni formación de un hogar, ni el deseado reagrupamiento familiar cuando inician la aventura en solitario. CC OO sí detecta una procedencia que mantiene el tipo y que «sostiene la población en la provincia» frente al crecimiento vegetativo negativo y las emigraciones. Se trata de ciudadanos de Sudamérica, apunta la técnico del sindicato, ya que «los comunitarios se marchan cada vez más a otros países o a sus lugares de origen en busca de unas perspectivas laborales más interesantes».
Esta decepción se nota también en las adquisiciones de nacionalidad española. Según el estudio, en el último curso han cumplido con los trámites administrativos y han accedido a ella 374 extranjeros. Hace cuatro años fueron 531. Esta progresiva tendencia a la baja en los procesos de españolización de ciudadanos foráneos parece haberse suavizado, a tenor de los números que revela el Instituto Nacional de Estadística, que arroja en Segovia una media anual de unas 400 obtenciones de nacionalidad.
Isabel Caballero precisa que este trámite «es más fácil para las personas que proceden de Latinoamérica, Portugal o Guinea, por ejemplo, que han tenido o tienen una conexión con España». En estos supuestos, la portavoz sindical explica que se acortan los plazos.
La radiografía de la organización sindical sitúa a la provincia a la cabeza de Castilla y León en lo que se refiere al porcentaje de nacionalizaciones por nacimiento, que suponen prácticamente una de cada tres oficializadas en el último curso. Sin embargo, con tan solo un 4,3% de los casos, Segovia es el territorio de la comunidad autónoma con menor proporción de la adquisición de la nacionalidad a través de haber contraído matrimonio.
CC OO también extrae otra conclusión del maremágnum de cifras y porcentajes. Según la central, los datos ponen en solfa y rompen algunos tópicos instalados en la sociedad sobre la población inmigrante. Así, que el 90% de los extranjeros tengan una residencia de larga duración significa que existe «vocación de estabilidad y propósito de permanencia porque quieren trabajar aquí y que sus hijos se eduquen aquí», apunta Caballero. Para ello eligen fundamentalmente el medio rural. Y es que más del 63% de la comunidad foránea segoviana ha fijado su hogar en pueblos.
Destaca Fuente el Olmo de Fuentidueña, pequeño municipio de 178 habitantes donde más de la mitad de su padrón está integrado por ciudadanos inmigrantes.
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