Antiguo economato de Cáritas en Segovia. EL NORTE

Cáritas cambia su economato por una tarjeta prepago

La entidad prevé un invierno «complicado» y avisa de un nuevo «tipo de pobreza» que afecta a familias que, aun teniendo trabajo, no llegan a final de mes

susana sierra

Segovia

Lunes, 31 de octubre 2022, 12:43

Cáritas Segovia cerró el pasado 1 de este mes de octubre su economato Virgen de la Fuencisla. La medida forma parte de un proceso de ... cambio que ambiciona modernizar el sistema de ayuda a la alimentación que se presta a las familias más vulnerables. Los lineales con los productos de primera necesidad y los carros dan paso a una tarjeta prepago o monedero que los beneficiarios pueden utilizar en cualquier supermercado. Esta nueva forma de ayudar a los hogares a cubrir algo tan básico y fundamental como es la alimentación comenzó a funcionar en febrero. Con su implantación, poco a poco se fue dejando de utilizar el economato hasta su clausura definitiva.

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El presidente de Cáritas Segovia, Ángel Anaya, afirma que la tienda tenía tradicionalmente una función de ayuda, no tanto a nivel económico, sino para facilitar el acceso a artículos de primera necesidad como es la alimentación. Así, las familias más vulnerables acudían directamente a surtirse, aunque previamente se les hacía un control de las carencias para proporcionarles comida en función de sus necesidades. Antes de existir el economato, la organización diocesana entregaba una bolsa con alimentos y productos básicos, pero también se dejó de hacer. La técnico de la institución, Laura Gozalo, explica que «en el economato, la familia aportaba el 25% y el 75% lo ponía Cáritas». De cada cuatro euros de compra que hacía una persona o una familia, pagaba uno.

«Estigmatizados»

Sin embargo, el motivo principal por el que se ha cerrado este establecimiento y se ha puesto en marcha la iniciativa de las tarjetas prepago está orientado a promover la autonomía de las personas. Se trata de respetar su capacidad de elección, dejando de generar espacios o proyectos reservados y de uso exclusivo para la población que arrastra una situación de exclusión o vulnerabilidad, que en ocasiones hacen sentir vergüenza porque se sienten señalados por el hecho de recurrir a la beneficiencia.

«Al final se está estigmatizando a estas personas que están entrando en un lugar de Cáritas, como era el economato, sobre todo en las ciudades pequeñas como es en Segovia», subraya Gozalo. La técnico de la entidad añade que «los prejuicios, las habladurías y demás» hacían que los solicitantes de esa ayuda básica se amedrentaran. «No era del todo digno», apunta la representante de Cáritas.

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Hasta la fecha, a lo largo de 2022, medio centenar de familias se han beneficiado del apoyo en materia de alimentación a través de las tarjetas prepago. Laura Gozalo explica que otra ventaja que tiene este método es que se incentiva la compra en comercios locales, ayudando así a este sector.

«Se trata de una tarjeta que se puede utilizar en cualquier establecimiento de alimentación, no solo se puede usar en grandes superficies sino que además se puede emplear en las tiendecitas de barrio, y también por ello se quiere dedicar un impulso en el comercio local después de estos años tan complicados», explica la técnico de Cáritas.

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El funcionamiento de estas tarjetas es muy sencillo. El importe va en función de los miembros de la familia, los ingresos y las necesidades de las mismas; a su vez, la cantidad se calcula para un mes y tras pasar esa fecha o después de agotar el saldo, las compras son justificadas con los tickets de compra. Estas tarjetas actualmente están financiadas a través de subvenciones que recibe la organización diocesana por parte del Banco Sabadell y Loterías y Apuestas del Estado. En este sentido, Anaya asegura que para que una familia se beneficie de estas tarjetas, hay un control adecuado. «Se realiza un primer control para ver las necesidades que realmente existen, se hace un estudio de la situación que tiene la persona, las necesidades que tiene y finalmente se controla el buen uso de esa tarjeta», hace hincapié el presidente provincial de Cáritas.

«Es un paso más, quizás el más importante, de volver a introducir a las personas vulnerables en el sistema», subraya. «Cuando ayudas a alguien con una bolsa de comida, con un economato, etcétera le estás ayudando aparte; pero cuando le estás facilitando el ir a cualquier tienda al igual que cualquier otro vecino a hacer su compra diaria, lo que estás haciendo en definitiva es volviéndole a introducir también en la sociedad», argumenta Anaya.

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Crecen un 10% los atendidos

Los responsables de la institución afirman que han notado un aumento del 10% en la cifra de personas atendidas con respecto al año 2021 en las mismas fechas. Laura Gozalo indica que el perfil al que más están prestando apoyo en la actualidad corresponde a ciudadanos latinos que han tenido que salir de sus países de origen por diferentes motivos y que viajan a España prácticamente con lo puesto.

«La mayoría de ellos se ajustan a la solicitud de protección internacional, la cual ahora mismo no pueden llegar a hacer porque hay un importante atasco en la tramitación para pedir cita» explica la técnico, quien a su vez señala que al estar en una especie de 'limbo' administrativo el único recurso que les queda es ir a instituciones como Cáritas.

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Por otro lado, Ángel Anaya afirma que la previsión para el invierno es «complicada». Aunque no pueden saber con certeza si recibirán una gran afluencia de personas que vengan del extranjero, según sus estudios internos la tendencia es que haya un aumento de peticiones de auxilio por parte de población española. «Se espera un invierno difícil, pero no solamente por la gente que llega de fuera, sino por las necesidades que se están empezando a generar dentro», destaca el presidente de Cáritas en Segovia. Anaya añade que «cada vez es más frecuente que familias de toda la vida con negocios, con trabajos y que siguen con esos negocios y con esos trabajos, ya no les dé para mantener la calefacción o las necesidades básicas».

Y es que, el encarecimiento de los suministros y la inflación de los alimentos está creando un «nuevo tipo de pobreza». «Gente que incluso teniendo trabajos, teniendo un salario, no llega a final de mes», apunta el responsable diocesano. «Hasta ahora la pobreza la estábamos asociando a la gente que está en paro, que no tiene recursos… bueno pues ya hay incluso gente con recursos de empleabilidad que están trabajando y que están entrando en niveles de pobreza», alerta Anaya.

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