Varias personas hacen ejercicios físicos en un gimnasio de Segovia. Antonio de Torre

El 'boom' de la actividad física tras el verano reduce la estacionalidad de los gimnasios

Septiembre sigue siendo un mes al alza, con más de un 30% de clientes respecto a agosto, pero el margen se ha estrechado

Domingo, 14 de septiembre 2025, 16:07

El cambio de agosto a septiembre sigue representando un buen chute de inscripciones a los gimnasios, esa penitencia que asumen sus usuarios tras concederse el ... relax de unas vacaciones, de esas comidas sin pensar en la báscula, esos días en los que apetece más la playa que correr la media hora de rigor. Las altas aún suben en torno a un 30%, una cifra reseñable, pero a la baja respecto a tiempos pretéritos en los que llegaba a superar el 50%. Se explica porque el compromiso con la actividad física es cada vez más diario, una conquista de la prevención saludable. Porque cada vez hay más demanda por sudar en los centros, producto de ese enfoque de salud que beneficia a todos. Y porque los jóvenes se han subido al tren. Como no faltan clientes, los baches estivales o navideños han encogido.

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El presidente de la Asociación Segoviana de Empresarios de Actividad Física y Centros Deportivos, Javier González del Caño, compara la reducción de esos periodos de ausencia en el gimnasio a la tendencia cada vez menos frecuente en las vacaciones a coger un mes de golpe. «La actividad física ya es una constante a lo largo del año. Hay gente que se va de vacaciones y busca un gimnasio para entrenar». Una realidad que obligado a cambiar la oferta de los centros. «Antes, el pago por día era una cosa muy residual; ahora ha crecido un mil por cien. Todas las cadenas hemos revisado el protocolo de entrada». Al ser un hábito de consumo consolidado, va unido a los movimientos de población, por ejemplo, hacia segundas residencias. Por eso habla de datos «impresionantes» en pueblos como Otero de Herreros, que duplica sus usuarios en verano. Su gimnasio en Cuéllar ha batido récords en julio y agosto. «Más que en invierno. Ya no se puede cerrar ni en la semana de fiestas». Un día entre semana, a las 11 de la mañana, después del encierro, había 45 personas entrenando.

«Antes, el pago por día era una cosa muy residual; ahora ha crecido un mil por cien», señala Javier González del Caño

Un éxodo que, en cambio, aún vacía las ciudades. «Más de 30% del negocio global en capitales como Segovia, Ávila o Burgos se nutre de gente de fuera». Una realidad que las cadenas tratan de paliar con promociones que en algunos gimnasios de Valladolid llega al 3x1. En los municipios más pequeños, la actividad física está muy ligada a los módulos de deporte social de la Diputación, en calendario escolar. El relato de la asociación, integrada por 13 centros segovianos, es que los bajones se han suavizado. «En Navidades hay mucho menos salto. Antes, la gente se desconectaba el 22 diciembre». Ese aumento de público de más de un 30% que experimentan estas semanas las capitales frente al mes anterior supone uno de los momentos álgidos del año. González del Caño habla de un 4 o un 5% más que un mes «normal». Con todo, menos que antes. «Supondría un 50 o un 60%, seguro».

Ese seguimiento diario a la actividad física también ha cambiado las metodologías, con cada vez más usuarios que ponen en un profesional su itinerario durante todo el año, ya sea por salud o por algún tipo de objetivo, desde pasar una oposición a correr una maratón. «Los centros de entrenamientos personales están saliendo como setas. Eso ha venido para quedarse». Un aumento de inscripciones sin distinción de sexo. «Este sector está atrayendo a un montón de gente que antes no tenía. La inclusión de la mujer en el fitness es total». También de los jóvenes, incluso los menores. «Ahora les resulta muy atractivo ir al gimnasio». Otro perfil que acude cada vez más a los centros de actividad física es la población mayor. «Cada vez los médicos lo recomiendan, vete al gimnasio para esa espalda».

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Mientras Valladolid está viviendo un «momento de inflexión» por la saturación de mucho gran gimnasio, en Segovia aún hay margen para crecer

Un sector que crece a gran velocidad –la asociación habla de un 7% anual– para el que González del Caño vaticina concentración. «Se quedarán dos o tres operadores a nivel nacional, como ha pasado en Europa. Pero han cambiado el paradigma. Hace cinco años, ninguna cadena se planteaba venir a ciudades de menos de 80.000 habitantes y ahora están en todas». Basic Fit, uno de esos «gallos», es uno de lo centros con más usuarios en Segovia; las mochilas que regalan con la inscripción se han convertido en su mejor campaña de marketing, con un coste millonario en publicidad, por ejemplo, para protagonizar el primer anuncio de la temporada en el 'El Hormiguero'. «Se están manejando unas cifras en los cambios de titularidades… Porque es un negocio que, al final, lo vale». Asegura que en las próximas fechas habrá «movimientos» significativos en la provincia.

Mientras narra cómo Valladolid está viviendo un «momento de inflexión, ya no da para más» por la saturación de mucho gran gimnasio, en Segovia ve aún margen de crecimiento. «Está iniciándose, no tenemos siquiera un gran operador». Cita a Forus, concesionario de instalaciones municipales. Basic Fit es una cadena media, con salas de unos 1.000 m2 sin agua ni actividades con monitores. Dreamfit se caracteriza por instalaciones más grandes, pero el de Segovia no se construyó de cero, sino que reacondicionó otro gimnasio anterior, y es uno de los más envejecidos de la cadena en España. Estos centros son los que más matrículas acumulan, una cifra que crece con las clases colectivas.

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La estimación de González del Caño que llegarán más centros porque estos grandes gimnasios no canalizan todo lo que les llega. «Quedan por llegar gimnasios privados de más calidad porque Basic Fit tiene sus carencias en mantenimiento, limpieza y atención. Para el público joven está muy bien, pero para otros…». Y cree que la gente está dispuesta a pagar por ella, por evitar otros centros ya «saturados», como Dreamfit. «La gente no puede estar 45 minutos esperando para coger una cinta de correr. No hay cosa más frustrante que pagar y no poder hacer lo que quieres. El 60% de sus instalaciones está dedicado al cardiovascular. Y aún así, es poco para la demanda que tienen».

El mismo escenario dibuja para actividades muy extendidas como yoga o pilates; ve más atractivo realizarlas en grupos más pequeños. Un mapa que completan los gimnasios de barrio. «Se están intentando reinventar». Una apuesta sostenida por un público especialmente fiel acompañada por un refuerzo identitario: léxico como cueva o guerreros. «Eso sigue atrayendo mucho y no lo puedes hacer en un centro como Basic Fit al que tiene que ir todo el mundo y tiene que ser más neutro».

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