El Ayuntamiento de Cuéllar asume la gestión del albergue
Las instalaciones, que serán catalogadas como turísticas, permanecerán cerradas en febrero y marzo para realizar algunas reparaciones
mónica rico
Cuéllar
Sábado, 15 de febrero 2020, 13:12
El Ayuntamiento de Cuéllar llevará la gestión directa del albergue municipal La Magdalena, después de que el pasado 31 de enero finalizara el contrato con la empresa que se ha encargado de él durante los últimos siete años. La concejala de Servicios Municipales, Lucía Arranz, explicó que la propuesta de remunicipalizar el servicio se llevará al pleno del mes de marzo.
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Las instalaciones permanecerán cerradas en febrero y marzo para la ejecución de reparaciones, algunas de ellas a cargo de la hasta ahora empresa adjudicataria, ya que el pliego y el contrato establecían que el lugar debía quedar en unas determinadas condiciones. Otros arreglos corren a cargo del Ayuntamiento con el fin de mejorar las instalaciones de cara a la gestión directa del servicio.
En paralelo a las mejoras, la Concejalía de Servicios Municipales está realizando un estudio económico para presentarlo al resto de grupos municipales, que incluye también el análisis de los precios públicos y los costes que tendrá la gestión del personal. La intención es que las instalaciones reabran sus puertas a primeros de abril, aunque no se cuenta con reservas hasta entrado el mes. La concejala confía en que a lo largo de abril «ya esté a pleno rendimiento».
En la actualidad, las instalaciones están catalogadas como albergue juvenil. La intención del Ayuntamiento es que sean consideradas albergue turístico, lo que «nos favorecerá la gestión». Según explicó Arranz, el tener carácter de albergue juvenil apenas suponía ventajas para los jóvenes en el uso de las instalaciones, aunque sí en el precio, y acarreaba «más trabas administrativas, ya que se exige a la persona que lo coordina un título que es muy costoso y tiene muy pocas plazas para conseguirlo». El cambio «apenas se notará», señaló la concejala. En cuanto a las tarifas reducidas que pagaban los jóvenes, el equipo de gobierno está estudiando el aspecto económico de cara a la próxima gestión, aunque en principio no se pretende contar con un precio único. A pesar del cambio de juvenil a turístico, el Ayuntamiento tiene la intención de seguir acogiendo a grupos de estudiantes de colegios e institutos y mantendrá el servicio de comidas. A falta de pequeños arreglos, el albergue se encuentra dispuesto para su uso, puesto que en el contrato firmado hace ahora siete años se marcaba una cantidad prácticamente simbólica, de 50 euros anuales de alquiler, a cambio de que la empresa adjudicataria se encargara de incluir todo el equipamiento necesario para la puesta en marcha de las instalaciones.
El pliego marcaba que, una vez concluyera el contrato, el mobiliario y los menajes revertirían al Ayuntamiento, por lo que este cuenta con todo lo necesario para reabrir el edificio. El albergue cuenta con diversas estancias, como una recepción, vestuarios femeninos y masculinos, cocina, despensa, zona de estar, aseos, duchas, comedor, almacén lavandería y seis dormitorios, entre otros espacios.
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Instalaciones
Tiene capacidad de alojamiento para 54 personas, repartidas en una habitación con diez plazas, otra de dieciséis, una tercera de ocho y dos de cuatro plazas, todas ellas con literas y baños compartidos. Asimismo dispone de la posibilidad de uso de máquinas para el lavado y secado de la ropa. Dentro de las zonas de ocio se encuentran una sala comedor con televisión y capacidad para 54 personas y una sala de reuniones para uso múltiple, con la misma capacidad.
El antiguo Hospital de la Magdalena de Cuéllar, fundado a mediados del siglo XV para atender a personas necesitadas, reabrió sus puertas como albergue juvenil municipal en marzo de 2013.
El año pasado se llevaron a cabo obras de mejora de la cubierta del edificio, que se encontraba deteriorado, pero sobre el que no se había podido actuar con anterioridad puesto que el Ayuntamiento no era propietario del inmueble, cuya titularidad correspondía a una fundación. Una vez que el Consistorio consiguió la propiedad comenzó a trabajar tanto en la ejecución del proyecto, reveló que los principales problemas eran las humedades y las grandes goteras del interior. Además, había unas vigas a punto de ceder, con el consiguiente riesgo para la seguridad.
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