El último fin de semana de julio Ayllón se llena de gente. Y no lo hace como la mayoría de los pueblos con motivo de las fiestas patronales de la localidad, sino por la celebración de una feria medieval que en su vigésimo segunda edición vuelve a ser un éxito de participación. Los vecinos de la villa se vuelcan con el evento, retroceden varios siglos y hacen sentir a los cientos de turistas que llegan este fin de semana al municipio segoviano que están de visita a la Edad Media.
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Para lograrlo no son pocas las actividades que recrean los tiempos en los que el feudalismo era el sistema de organización económica, social y política. Las empedradas calles de la villa próximas a la Plaza Mayor se llenan con puestos que venden productos artesanos o gastronómicos en los que se asa el cerdo al estilo milagros. La Plaza de Ayllón también se convierte este fin de semana en el lugar donde el herrero daba forma al hierro, con los blasones medievales colgados en los balcones de la viviendas de la villa.
La música de la época tocada por Los Ministriles de Cuéllar, los dulzaineros de Ayllón o los Tambores de Teruel también ayudaron a recrear el ambiente medieval en la villa, donde las aves rapaces también fueron protagonistas. Aunque sin duda, los orcos son los seres que más llaman la atención durante un fin de semana que sirve para comprobar de primera mano cómo era la vida en Ayllón durante la Edad Media.
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