Los 'aizcolaris' de Valsaín, una tradición muy viva

Rubén España fue el ganador en el campeonato individual de corta de troncos que, organizado por el Club de Cortadores de Troncos de Valsaín, tuvo lugar en el polideportivo Los Esquiadores. La segunda posición fue para David Naredo y la tercera para Álvaro García. Fue un reto mano a mano que contó con la presencia de Ángel Martín, Rubén España y Manuel Fraile (Valsaín); Álvaro García (El Espinar), Loritz Gisasola 'Zelai V' (Vizcaya) y David Naredo (Asturias).

«Ha sido duro por ser una fórmula de fuerza, potencia y resistencia que acarrea mucho sufrimiento. Desde el principio he establecido una lucha por unos palos difíciles, que me han frenado, hasta llegar a coger el ritmo a base de coraje y no desistir, y fue en la mitad más o menos cuando poco a poco fui entrando en calor… y ya vi que el concurso lo tenía controlado y empecé a recuperar», explicó Rubén España.

La fiesta popular reunió a un numeroso grupo de atletas, arropados por vecinos y visitantes. Además, se recogieron donaciones con la venta de papeletas para participar en un sorteo y ayudar a colectivos más vulnerables.

La tradición de los concursos de corta de troncos en Valsaín se remonta a 1930, aproximadamente, cuando en las fiestas patronales había desafíos entre vecinos. La Escuela de Cortadores de Troncos de Valsaín se constituyó más tarde como Escuela Deportiva Municipal. En principio, sus integrantes fueron unos siete cortadores. En la actualidad, la forman quince. Cada año participan una veintena de concursos, tanto en Segovia como en otros lugares de la geografía nacional, como el País Vasco. En Valsaín se hacen dos concursos: uno en junio, después de una liga a cuya final llegan los seis mejores, y el que cierra el año, en el que ha vencido Rubén España.

Aestos 'aizkolaris' de Valsaín se les exige una disciplina muy férrea con el hacha. Según explica, si están quince días sin cortar pierden la forma totalmente. La parte del cuerpo que más sufre es la espalda. Es fundamental para este deporte llevar correctamente la respiración, aspirando cuando sube el hacha y soltando cuando baja al corte. Esta actividad también exige mucho gimnasio.

Al esfuerzo físico se suma el económico, ya que tienen que pagar una parte de los troncos. La otra corre a cargo del convenio con el Ayuntamiento del municipio, que les facilita la madera. Al año gastan, aproximadamente, unas 220 toneladas, entre entrenamientos y concursos. También la Junta de Castilla y León realiza alguna colaboración, al igual que particulares y empresas.