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Vista de cumbres de la sierra de Guadarrama, encuadrada dentro de los límites del Patrimonio Universal de la Reserva de Biosfera que conforman el Real Sitio y El Espinar. .A

La Reserva de la Biosfera solo araña una ayuda para señalización en tres años

La unión de los ayuntamientos del Real Sitio y El Espinar con la Diputación no puede, por el momento, acceder a fondos

César Blanco Elipe

Viernes, 22 de abril 2016, 06:50

Dice el alcalde del Real Sitio de San Ildefonso que «no se han dejado pasar trenes». La Reserva de la Biosfera, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en mayo de 2013, marcha por los raíles de la sostenibilidad, del desarrollo socioeconómico y de un modelo de vida y de respeto medioambiental que mereció el reconocimiento universal. La distinción debería haber sido la palanca que accionara el cambio desde la vía estrecha a la alta velocidad en la captación de recursos y para avanzar hacia la deseada dinamización del entorno serrano. Pero está en vía muerta, o casi.

Sí, de acuerdo que se ha creado el consejo asesor hace ahora un año y que está previsto que se vuelva a sentar, quizás el mes que viene; vale que los ayuntamientos de La Granja y El Espinar han ido haciendo algún deber que otro para que la Reserva no entrara en estado de hibernación; pero el proyecto no progresa a la velocidad deseada hacia los necesarios fondos para poner en marcha iniciativas que, de momento, aguardan en el cajón.

Para muestra, un botón. La marca de calidad de la afamada carne de El Espinar al estilo de lo que ha hecho el Real Sitio con su judión está en el limbo de los anhelos. Otro, la red de casas forestales orientada al fomento del turismo sostenible en la zona. Y sobre todos ellos, la generación de empleo local. «Una pena», aseguran quienes trabajan de cerca y conocen de verdad el potencial de una Reserva de la Biosfera que, de momento, pasa desapercibida.

Puede sonarles cruel a los técnicos que dieron forma, contenido y sentido al proyecto que logró el beneplácito de la Unesco, y que de hecho continúan su trabajo a pesar de «ir a ciegas», como admiten. El faro de la financiación está apagado. Solo queda acumular en ese cajón ideas y más ideas susceptibles de que, en cuanto llegue el dinero, reactiven la Reserva de la Biosfera desde varias perspectivas: el empleo, la economía, la conservación, el turismo...

Empezó uno y acabaron tres

El responsable del Comité Español de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, Jesús Bellido, confiesa no tener demasiada información de la Reserva de la Biosfera del Real Sitio-El Espinar. Pero no es el único espacio en España que está en un letargo. «Hay algunas que con más de veinte años que no tienen siquiera a día de hoy un ente gestor», subraya el alcalde granjeño, José Luis Vázquez.

No han de ser el ejemplo a seguir. Ni tampoco lo pretenden los dos ayuntamientos que van de la mano en esta aventura. Pero aunque el del Real Sitio de San Ildefonso exhiba una cara más optimista; la regidora de El Espinar ejerce de Pepito grillo. Alicia Palomo, que comparte siglas socialistas con José Luis Vázquez, tomó el testigo el año pasado, tras la celebración de las elecciones municipales, del popular Francisco Jorge, con quien la villa había entrado en el proyecto de la Reserva de la Biosfera que encabezaron sus convecinos del Real Sitio.

«Me preocupa que la Unesco nos retire la declaración»

  • Alicia Palomo, Alcaldesa de El Espinar

  • Alicia Palomo compartía su temor hace unos días con El Norte de Castilla «me preocupa que la Unesco nos retire la declaración». La ausencia de actividad y el limbo en el que duermen iniciativas de desarrollo sostenible pueden detonar un toque de atención que aún no se ha dado. El organismo internacional evalúa a las Reservas e la Biosfera cada diez años, pero no es excusa para estar parados. De momento, la regidora puede estar algo mñas tranquila después de que en la sesión plenaria de este jueves saliera adelante -con los votos a favor de todos los grupos municipales salvo la abstención del PP- la aprobación de los estatutos de la futura asociación a tres bandas con el Consistorio del Real Sitio y la Diputación de Segovia.

Hagamos memoria por un momento para ver lo difícil que ha sido formar parte del selecto club universal de la Unesco y su patrimonio natural.

El último escollo que salvó la propuesta requería la inclusión de Riofrío y su vinculación con la Reserva de la Biosfera un enclave que dista unos diez kilómetros del núcleo que se registró para la declaración. Esa adhesión fue la excusa perfecta de la candidatura, al principio solo granjeña, para «enriquecer el expediente con la incorporación de El Espinar», aclaró el alcalde del Real Sitio de San Ildefonso en las vísperas de recibir la distinción. Esa suma de fuerzas ya se puso de relieve en 2012 un año antes de que la iniciativa circulara ya por el carril despejado de obstáculos. Fue en el Alto de las Guarramillas (más conocido como la Bola del Mundo). Allí los regidores granjeño (José Luis Vázquez, PSOE) y espinariego (Francisco Jorge, PP) escenificaron la incorporación de este último municipio a la tramitación formal de la solicitud de declaración de patrimonio mundial como Reserva de la Biosfera para un entorno de la sierra Guadarrama que se extiende por una superficie de 35.414 hectáreas.

Esta unidad de acción y los convincentes argumentos esgrimidos para hacer ver que Riofrío merecía estar resguardado bajo este paraguas reforzó el informe favorable del Consejo Científico Español, que avaló firmemente la propuesta.

«Bloqueo»

A mediados de mayo del ejercicio 2013, los dos consistorios recibieron la buena nueva por parte del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Esa comunicación adjuntaba el informe final del Comité Consultivo para las Reservas de la Biosfera reunido en París tres meses antes, en el que se recomendaba al Consejo Internacional de Coordinación del programa MaB la aprobación de la propuesta. Ese dictamen concluía que el proyecto conjunto reunía los requisitos.

Pero aquello ya es historia. La alcaldesa de El Espinar desvela con cierto desasosiego que «en tres años que lleva la declaración, solo hemos logrado una ayuda, y nos metieron como una excepción». En concreto, fue una subvención para la señalización del territorio que luce el reconocimiento internacional de la Unesco.

Desde aquel 2013, no ha habido nada más, salvo acciones sueltas e individuales por parte de cada ayuntamiento. Palomo no lo ve tan claro como su homólogo granjeño. También es más novata en la lid; pero razones para la preocupación le sobran. El «bloqueo» de la actividad de la Reserva de la Biosfera inquieta a la alcaldesa de El Espinar. La asociación que debe hacer de locomotora para acceder mejor y más rápidamente a las ayudas que aguardan en los andenes del Estado y, sobre todo, de Europa, ni siquiera está constituida a día de hoy.

El Gobierno ha sacado recientemente una línea de subvenciones, a través de la Fundación Biodiversidad, en la que encajaría la Reserva, pero no puede ni siquiera optar a ella.

La única figura posible

Y eso a pesar del acuerdo a tres bandas suscrito por los dos ayuntamientos implicados y la Diputación, el tercer y necesario invitado al viaje hacia la consecución de fondos. Necesaria, porque legalmente una asociación de estas características requiere obligatoriamente tres socios. También hay acuerdo en la corporación del Real Sitio y en el seno de la institución provincial, que ambas han dado el vía libre a los estatutos de la fórmula jurídica elegida para amparar el funcionamiento de la Reserva de la Biosfera.

Faltaba El Espinar. En el pleno anterior, una enmienda del grupo municipal del PP, liderado por el anterior alcalde, Francisco Jorge, retrasó el desarrollo de la iniciativa. El texto de la objeción pedía la inclusión en el órgano rector de la asociación de todos las siglas representadas en el Ayuntamiento. Así pues, y en contra del deseo de la regidora, no se aprobaron los estatutos.

La alcaldesa confiaba en que todo se quedara en esa negativa momentánea, en una nueva demora. Y así ha sido. Apenas unas semanas después, el pleno celebrado este jueves en el Consistorio de El Espinar ha dado luz verde a seguir adelante con la asociación de la Reserva de la Biofera, la única figura que encajaba con las aristas de la Ley sobre Administraciones Locales.

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