El alma pictórica de Alberto Reguera se reencuentra con Segovia

Llega el día en el que por fin, ya sí, Alberto Reguera será profeta en su tierra. El artista segoviano interioriza como «un honor» la exposición que inaugura este jueves, a las 19 horas, en el Museo Esteban Vicente. La ciudad le abre los brazos y saluda la primera retrospectiva que se hace en España de la obra del creador. La exposición lleva por título 'El aura de la pintura 1990-2015'. Solo el nombre invita a recorrer el itinerario que ha seguido su trabajo plástico en las últimas tres décadas.

El pintor intercala diferentes periodos creativos con las distintas disciplinas o vertientes de su trabajo. «Este criterio se fundamenta en intentar romper una lectura lineal de mi evolución en el espacio expositivo», explica el propio autor, para quien el montaje y la instalación es otro de los grandes desafíos a los que se enfrenta cada vez que exhibe su trabajo.

Reguera admite que, en el caso de la exposición del Museo Esteban Vicente, ese montaje es «aún más arriesgado, pero en consonancia con el protagonismo que doy al espacio». Esta es una de la claves para adentrarse en su obra: cómo concibe el arte en diálogo con las estancias en los que se cobija, ya sea a cubierto o al aire libre, directamente bajo el cielo. «Para mí el espacio es un médium para expresar mi trabajo, al igual que pueda serlo un lienzo o un determinado pigmento». Alberto Reguera entiende el espacio como «un soporte que alberga la obra». Además, el segoviano dice querer cuestionar en algunas de sus creaciones el uso del soporte pictórico en su concepción más tradicional y al tiempo trata de sobrepasar la acepción restrictiva del término 'pintura'.

«Actualmente trabajo de manera simultánea todas las disciplinas que he ido incorporando a lo largo de los años», añade el creador. En la muestra, que estará abierta al público hasta finales de mayo, el visitante encontrará «paisajes abstractos de soporte plano, cubiertos por un manto de pigmento que a medida que ha ido pasando el tiempo han engrosado su materia hasta convertirse en una 'pintura- objeto'», desvela Reguera a escasas horas de la inauguración y de su reencuentro con su cuna.

Esas 'pinturas-objeto' salen de la pared, se independizan de los muros y ocupan el espacio. El pintor las trabaja por todas sus caras y las instala en el suelo hasta culminar la instalación pictórica pretendida. Integra todas esas piezas en una misma estructura visual. Y a partir de ahí, invita a la observación y al descubrimiento de las diferentes miradas y perspectivas. Cada una trata de ser diferente, entablando varios diálogos con el espectador en función de la óptica y la posición desde la que se observe.

Además, la restrospectiva de Alberto Reguera también se inspira en sus viajes. Noruega o Nueva Zelanda han jalonado todos estos años de andadura personal y creativa. 'El aura de la pintura' también incluye obras inspiradas en la música, como por ejemplo 'Mendessohns symphonies', una gran pintura en expansión que ha rescatado de su reciente proyecto individual en el UMAG Museum de Hong Kong, y que tituló 'Blue Expansive Landscape'.

El idilio parisino y el reconocimiento belga

Precisamente a raíz de esa incursión triunfal, el segoviano habla de su arte nómada y confirma el «buen 'feeling' con el mundo del arte contemporáneo en Asia». Comenzó esa andadura hace diez años, exponiendo en Shanghai y Singapur. «Pero es en París donde mi voz fue más veces escuchada, donde tuve mayor numero de exposiciones, mi primer galerista, mis primeros premios, o mis primeras colaboraciones con poetas». Los mayores halagos -recuerda Reguera- siempre le han llegado de Bélgica, donde ahora mismo participa en una exposición colectiva en la galería Pascal Polar.

«Ahora afronto con entusiasmo este nuevo reto en España. Aquí mantengo la relación con gran parte de las personas que confiaron en mis comienzos y eso es emocionante», concluye el pintor segoviano, quien dedica este reencuentro a sus padres y su hermano.