Los embalses están a más de 11 puntos por debajo de la media del año pasado
En Segovia se han decidido cerrar surtidores de las fuentes y caños públicos para preservar el agua, y en el caso de la ganadería extensiva la 'otoñada' ha pasado de largo
silvia g. rojo
Domingo, 20 de diciembre 2015, 13:26
En una comunidad autónoma de contrastes, la situación de los embalses no iba a ser una excepción, y mientras la media de almacenamiento en la Cuenca Hidrográfica del Duero se sitúa en el 47,7%, Ávila rompe la tendencia y no logra superar el 24,2%, que dicho de otro modo se traduce en que Las Cogotas tienen almacenado, a día de hoy, tan solo 14,3 hectómetros cúbicos cuando su capacidad es de 59 hectómetros cúbicos.
En cualquier caso y de manera general, los embalses de Castilla y León no alcanzan ni la mitad de su capacidad de almacenamiento, mientras que el año pasado en esta misma fecha, el dato llegaba hasta el 57,5%. En total, todo el agua embalsado en esta cuenca es de 1.373,6 hectómetros cúbicos.
El director técnico de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Alfredo González, recuerda que se trata de «casi idénticos volúmenes medios a los de los últimos 10 años» pues en este periodo la cifra se ha situado en el 48,0%. A nadie se le escapa que este año ha llovido poco y en algunos puntos de la comunidad se habla de una sequía que está afectando de muy diversas maneras; de hecho, esta misma semana, la Agencia Estatal de Meteorología emitía un balance de las precipitaciones en Castilla y León durante el otoño que han estado comprendidas entre 95 y 200 litros por metro cuadrado, con un déficit que se sitúa en torno al 15 por ciento respecto a su promedio.
En el caso de octubre, las precipitaciones fueron significativamente más altas, aunque no con carácter generalizado. Desde esta agencia estatal sostienen que se trata de un periodo 'normal' o 'húmedo' en la mitad Noroeste y en el extremo Suroeste, mientras que en gran parte del Sur y del Este ha sido seco o muy seco.
Así las cosas, esa falta de lluvias está afectando a ciudades como Segovia, donde el Ayuntamiento ha tenido que ir tomando diferentes medidas en función del análisis que hacen cada semana. A primeros de diciembre ya se hizo una «llamada de atención», indica la concejala de Obras, Servicios e Infraestructuras, Paloma Maroto, «en un otoño de lo más extraño y seco». De manera específica, la falta de lluvias ha provocado que el volumen de agua acumulada en los embalses que abastecen a la capital segoviana sea muy inferior al habitual en esta época del año. En el caso de Puente Alta (Revenga) se halla a un 30% de su capacidad total (2,4 hectómetros cúbicos), y el Pontón Alto almacena 2,6 hectómetros cúbicos cuando su capacidad es de 7,4. Sobre la provincia segoviana habría que hacer una salvedad, ya que si bien es cierto que esa es la situación del abastecimiento de la capital, los embalses de la CHD, Linares de Arroyo y Pontón Alto, suman un 46,8% de almacenamiento.
Con la previsión como norma, el Ayuntamiento de Segovia ha decidido cerrar los surtidores de las fuentes y caños públicos, que solo permanecerán abiertos lo imprescindible para mantener las condiciones de presión en la red. Asimismo, el Consistorio ha optado por cortar el riego de parques y jardines públicos y dejar de baldear las calles con agua procedente de los embalses.
El próximo martes, 22 de diciembre, se celebrará una nueva reunión en la que se podría retirar el abastecimiento a los polígonos y al barrio de la Fuentecilla desde Revenga y recurrir al agua del acuífero de Madrona. En estos momentos, un 30% del suministro llega desde Madrona y el 70% restante desde el Pontón Alto.
La concejala considera que hay agua suficiente como para poder ir tirando sin necesidad de cortar el abastecimiento, que es algo que, de momento, está descartado, «pues está comprobado que provoca mayor perjuicio cortar y volver a arrancar con el consiguiente arrastre», afirma. En otras ocasiones se opta por bajar la presión para ahorrar en agua pero «también está descartado». Maroto insiste en hacer un llamamiento «al sentido común» para que «gastemos lo necesario y no se derroche».
Pero esta sequía afecta de muy diversas maneras, y si en las grandes ciudades se quejan de la contaminación, en el medio rural la agricultura y la ganadería son las grandes perjudicadas. No todas las zonas están afectadas de igual manera, pero a los ganaderos de la provincia de Salamanca, por poner un ejemplo, se les oye hablar abiertamente de sequía. Este año la 'otoñada' ha sido inexistente y al final eso supone que en el ganado en extensivo los costes de producción se disparan ya que si en el campo no hay hierba, ese alimento hay que sustituirlo por pienso con la consiguiente suma a la cuenta de gastos. Si la situación persiste, habrá fincas muy concretas en las que tendrán que abastecer al ganado con cisternas no tardando mucho pero de momento, nadie pierde la esperanza y confían en que el agua pueda hacer acto de presencia, no tardando mucho.
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