El concejal no adscrito Javier Arranz en una reciente comparecencia.

«Nunca me gustó el pacto que firmó Arahuetes con Peñalosa»

El concejal no adscrito Javier Arranz aprovecha la presentación de sus mociones al próximo pleno para quejarse del «'mobbing' político» al que se ve sometido

César Blanco Elipe

Lunes, 9 de febrero 2015, 14:23

Javier Arranz ha lanzado varios guantes que tienen todos los visos que no van a ser recogidos por los aludidos. El concejal no adscrito tiende la mano al equipo de Gobierno municipal que preside Clara Luquero (PSOE), pero con condiciones. Arranz compromete su voto a favor de las propuestas socialistas hasta final de la legislatura si la alcaldesa «deja de hacer el ridículo». Un parámetro muy subjetivo que engarza con otros dos requisitos que antepone a su respaldo. Exige a la regidora que sea «coherente con el programa» que heredó tras la salida de Pedro Arahuetes y que «deje de enfrentarse a la federación de vecinos, a los comercios, a los empresarios y a los residentes de la avenida Fernández Ladreda».

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El que fuera edil de Deportes asegura que en su cabeza «no está hacer ninguna cruzada contra un equipo de Gobierno». Arranz lamenta que el último pleno del Ayuntamiento fuera «farsa». Como ya anunciara hace unos días, la moción que presentará en la próxima sesión pedirá «la mejora del expediente ya iniciado de la Ley de la Memoria Histórica». En otras palabras, propone la ampliación de su aplicación a calles, monumentos, placas o símbolos que se vean afectados, «eliminando criterios políticos de interpretación y solicitando informes técnicos, tanto históricos como jurídicos, de desarrollo y aplicación de la ley», reza su iniciativa.

«Si se me rechaza, estarán cometiendo una ilegalidad porque no se estará cumpliendo una sentencia del Constitucional», añade. Arranz vuelve a reclamar en esa moción que se tenga en cuenta la opinión de los vecinos a través de una consulta popular para cada caso.

El concejal quiere dejar claro que su iniciativa se desmarca de la propuesta que también presentará el grupo municipal del Partido Popular (PP). «No hay ninguna pinza», asevera. Los motivos son distintos. El edil no adscrito subraya que lo que plantea es «una enmienda a la totalidad a algo que es incoherente y que se puede hacer mejor».

Asimismo, concluye que no va a votar a favor del recurso de reposición anunciado por el portavoz popular, Jesús Postigo. Y añade que la teoría expuesta por el grupo municipal del PP se tendrá que demostrar en los tribunales.

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Los «engaños» de la Junta

Por otra parte, Javier Arranz reabre el debate sobre el proyecto del aparcamiento subterráneo de Los Tilos. Otra de las mociones que someterá a votación el próximo pleno destapa esta infraestructura enterrada por el pacto de gobernabilidad firmado por Pedro Arahuetes y Luis Peñalosa, «un pacto que nunca me ha gustado», ha subrayado.

El argumento esgrimido por el que fuera concejal socialista es doble. Por una parte, retomar un proyecto «necesario» y secundado en las últimas elecciones municipales por más de 25.000 segovianos para revitalizar el casco histórico. Por otro, «comprobar si existe un pacto a tres bandas (como viene criticando en las últimas semanas) entre PSOE, PP e IU) o si hay o no tránsfugas».

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Javier Arranz está convencido de que existe ese acuerdo del 'tripartito'. De hecho, culpa a la corporación municipal de ser víctima de «'mobbing' político». «No cuentan conmigo para nada, no me proporcionan recursos, me excluyen de los protocolos...», lamenta el edil no adscrito. Su petición para sentarse en las comisiones informativas sigue sin respuesta.

Las discrepancias con los compañeros en el equipo de Gobierno y con la Junta de Castilla y León al respecto de la gestión de las obras del pabellón de El Peñascal fueron el detonante de la salida de Arranz. Así lo ha manifestado en su comparecencia de este lunes.

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Una vez más, ha arremetido contra el Ayuntamiento de Segovia «por dejarse engañar» por la Administración regional. El que fuera edil de Deportes ha lanzado otro guante a ambas instituciones. Se ofrece como mediador con la empresa Inporman para desbloquear la finalización del pabellón. «A la obra no le queda más de un mes y medio de construcción», asegura.

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