Un buitre leonado alza el vuelo en el entorno del Refugio de Montejo.

Cinco especies de buitres prosperan en Montejo

Este año se cumplen 40 de la creación del Refugio de Papaces cercano ala Parque de las Hoces del río Riaza

el norte

Domingo, 7 de septiembre 2014, 12:34

El Refugio de Rapaces de Montejo es uno de los pocos lugares de Europa donde se han registrado cinco especies distintas de buitres, según detalla Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo, presidente del Fondo para el Refugio. Este entorno se encuentra entre el nordeste de Segovia, el sur de Burgos y suroeste de Soria, cercano a las hoces del Riaza y, para concienciar a la población sobre esta especie, el como cada 6 de septiembre celebró el Día Internacional de Concienciación sobre los Buitres, establecido «ante el dramático declive de estas soberbias aves en gran parte del mundo», comenta Fernández en un informe recogido por la agencia Dicyt.

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Una de estas cinco especies de buitres que han podido ser observadas en el Refugio de Montejo es el quebrantahuesos, aunque «sólo ha sido visto de forma excepcional», apunta Fidel José Fernández. En el caso del buitre moteado de África, «el ave de la que se ha comprobado el vuelo más alto», se ha registrado en siete ocasiones, en las que son las observaciones más norteñas en España.

Respecto al buitre negro, se observó por primera vez en el Refugio en 1977 y ya se ha visto en 545 ocasiones en las hoces del Riaza, y otras tantas en parajes cercanos, y cuyo récord data del año 2006 cuando se avistaron 28 buitres negros en Campo de San Pedro. Hace años, en 2000, 2001 y 2006 esta ave intentó criar sin éxito en la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) de las Hoces del Riaza. En la actualidad baja con frecuencia al comedero de WWF en el Refugio, incluido el de Maderuelo.

Mientras, los alimoches de esta zona, también conocidos como buitres blancos, fueron unas de las poblaciones más densas de todo el continente. A pesar de ello, la especie tiene una alta mortandad y es que en 40 años se han tenido noticias de 24 alimoches muertos, tanto en el Refugio como en las inmediaciones, siendo el veneno la causa de la muerte en trece de ellos. En este año se han censado, en las hoces e inmediaciones, 11 parejas de alimoche.

«Las cifras del Refugio son inferiores a los de años precedentes; pero la gráfica de los censos que he realizado durante 40 años refleja raras oscilaciones para esta rapaz tan extraña. Suponemos que la población, que parece tener tranquilidad y comida en la zona, y que sin duda está en contacto con las poblaciones cercanas, seguramente podría recuperarse si las amenazas externas (incluyendo distintos tipos de veneno) no lo impidieran», recalca el presidente.

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El buitre leonado también ha sufrido una elevada pérdida de pollos, siendo en muchos caso el hambre el motivo. Este año, y gracias a los comederos, el problema parece resuelto ya que se han registrado muy pocas muertes o desapariciones. Entre mayo y julio seis casos, «la cifra más baja de los trece últimos años», comenta Fernández.

El problema del hambre

Como señala el presidente, el problema del hambre no debería ser tal debido a las nuevas normativas, tanto europeas y nacionales como autonómicas, y es que no entiende que «a los ganaderos se les haya denegado la solicitud de dejar de nuevo a los animales muertos para los buitres, mientras sí se les autoriza al pastor vecino, en ambos casos con el argumento de considerar cubiertas o no las necesidades alimenticias de las aves carroñeras».

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Los buitres son los vertebrados europeos que se reproducen más despacio. En los años 1974 y 1975, ante la evidencia de su disminución, «muchas personas y entidades trabajaron conjuntamente para convertir en Refugio de Rapaces una zona bien conservada, las hoces del Riaza e inmediaciones» recuerda Fidel José Fernández en relación a la creación del Refugio.

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